En memoria de Franz Peter Oberarzbacher Niederwolfsgruber.
El segundo piso del ITAM era caos a las cuatro de la tarde. A esa hora, unos pasillos jesuitas, construidos para unos cuantos sacerdotes silenciosos, se transformaban en un laberinto de hormonas universitarias, discusiones acaloradas y estudiantes que se contorsionaban para atravesar el trรกfico humano y llegar a tiempo a clase. A las cuatro con cinco, atravesรกbamos las puertas de los salones, unos embudos estrechos que nos separaban de la masa humana y nos regresaban nuestra individualidad. El silencio volvรญa a reinar los pasillos.
Entre la multitud, habรญa un hombre alto y delgado, siempre vestido de traje acadรฉmico. Caminaba a su propio ritmo, con pasos largos y firmes. Se detenรญa al lado de una columna y veรญa el espectรกculo. Una frente amplia con un poco de cabello plateado y menguante, bien peinado. Ojos azules sostenidos por unos lentes de montura dorada. La solemnidad alemana hecha persona.
Cuando Oberarzbacher terminaba de pasar lista e iniciaba la clase, el mundo exterior desaparecรญa. En un pequeรฑo salรณn en San รngel, con la luz dorada del atardecer y el sonido del viento entre los รกrboles, comenzaba la guerra. Abrรญamos los libros y apuntรกbamos con letra apresurada nuestras armas para el embate: algunas ocurrencias que, con algo de suerte, podรญan convertirse en argumentos decentes.
Despuรฉs de un breve silencio, aparecรญa el mayor provocador que he conocido hasta ahora. En cuanto abrรญa la boca iniciaba su campaรฑa contra el reduccionismo y la estrechez mental. No me malinterpreten: no era un militar. Simplemente, predicaba la herejรญa contra la ceguera dualista y practicaba la rebeldรญa contra la estupidez.
Las palabras que siguen son suyas. Me limito a reconstruir las frases arrebatadas al breve tiempo que pude escucharlo.
((En sus clases, tomaba apuntes con una computadora. En estos apuntes transcribรญ de la manera mรกs precisa que pude sus palabras. Sus clases se componรญan de una explicaciรณn de algunos minutos, que fijaba las bases para discutir. Cuando veรญa que la discusiรณn estaba basada en una comprensiรณn errรณnea del tema a tratar, intervenรญa e intentaba aclararlo. Evidentemente (para quienes lo conocimos) tambiรฉn incitaba la confrontaciรณn entre nosotros y nos provocaba de vez en cuando. Las transcripciones adaptadas y dramatizadas que siguen son, sobre todo, de la primera parte de las clases.))
Asรญ hablรณ el alemรกn mexicanizado.
Contra el reduccionismo y la objetividad
โNingรบn conocimiento es objetivo. Toda objetividad estรก mediada por un sujeto que interviene para producir el conocimiento y que lo comprende a travรฉs de su interpretaciรณn subjetiva. La comprensiรณn de un objeto no es reducible a su inmediata percepciรณn. Si asรญ fuera, ciencia, filosofรญa y epistemologรญa serรญan innecesarias.
ยป ยกVer la mesa no es comprender la mesa! โsi Franz no hubiera gritado esas palabras mientras golpeaba la madera como protesta intransigente contra el reduccionismo, quizรก nunca hubiรฉramos entendido realmente su significadoโ.
ยป Definir es elegir. Cada vez que se define, se elige. Elegir es una distorsiรณn, porque solo se toma en cuenta un aspecto. La objetividad no es sino una representaciรณn de la selectividad forzosa, una modalidad del reduccionismo.
ยป Y la cosa se pone peorโrisa pรญcaraโ.
ยป Tenemos que agregar el concepto de inconsciente, que influye a la parte consciente. Para cada individuo, โrealโ es solo aquello a lo que se presta atenciรณn. Ni siquiera sabemos por quรฉ le prestamos atenciรณn a algo y no a lo otro. Esto le incumbe al inconsciente.
ยป La objetividad no es la ciencia de lo real, y debe ser reemplazada por el concepto de complejidad, que significa que en la comprensiรณn de cualquier fenรณmeno interviene todo el universo. ยกVer la mesa no es comprender la mesa! En cada objeto habita todo el universo. Ningรบn objeto existe aisladamente y todo estรก interconectado โen ese momento, dejaba que el silencio asentara las ideas en nuestra mente; sus ojos azules buscaban, con esperanza y desesperaciรณn, un poco de comprensiรณn en nuestras miradas.
ยป Surgen, por lo tanto, un sinnรบmero de perspectivas interpretativas, de las que se desprende una gran variedad de significados y sentidos. Lo que llamamos socializaciรณn o instauraciรณn de un mundo compartido no es mรกs que el resultado de construcciones tipificadas: definiciones institucionalizadas de la realidad, ficciones reguladoras que son necesarias, pero que, por ello, no son un criterio definitorio de certeza.
Nietzsche
โHay innumerables interpretaciones, casi todas incompatibles entre sรญ, de Nietzsche. รl mismo las propiciรณ intencionalmente: โno hay hechos, solo interpretacionesโ. Nietzsche es inclasificable porque su intenciรณn, ademรกs de epistemolรณgica, es moral y psicolรณgica. Pretende contrariar, irritar, escandalizar.
ยป Sus fรณrmulas actรบan como contraveneno de la estrechez mental (reduccionismo, dogmatismo, objetividad). Juega de modo paradรณjico, antagรณnico y contradictorio, pero el juego permite hurgar y escarbar en las cavidades de difรญcil acceso de los prejuicios mรกs arraigados para, eventualmente, despojarse de ellos con una sola sacudida.
ยป Se puede, sin embargo, encontrar un hilo conductor, y solo eso, de su concepto de hombre, respecto al cual serรก siempre fiel: โuna vez que el hombre se haya confirmado en su libertad, entonces los dioses ya no tendrรกn poder sobre รฉl. Por tanto, he limitado mi obligaciรณn a una sola: ser libreโ.
ยป Recurre a la metรกfora para decir lo que no se puede decir con lenguaje conceptual. Para รฉl, la verdadera ciencia es la ciencia de la creaciรณn, del poder. Lo real es lo actuante, que es el libre poder de acciรณn y despliegue del ser.
ยป El poder nada tiene que ver con sometimiento y dominaciรณn. El poder es libre. Si no, no serรญa poder. No estรก sujeto a ninguna relaciรณn de dependencia ni respecto a una causa, propรณsito o fin. No estรก sometido a ninguna limitaciรณn. El poder consiste en la capacidad de imponer formas, determinaciones, lรญmites.
ยป Nietzsche define al poder como Dionisos, que es energรญa, vibraciรณn que se autodespliega. Hay una incontable variedad de modalidades de vibraciรณn. Ello es el universo, Dionisos, que adopta infinitas formas.
ยป La forma es energรญa contraรญda y, por lo tanto, tiene lรญmite. Dionisos, que adopta todas las individualidades, se convierte en Apolo. Apolo es la infinita variaciรณn de Dionisos, su aspecto inmanente, mientras que Dionisos es el aspecto trascendente.
ยป Dionisos es el elemento orgiรกstico, el รฉxtasis, la abundancia. La tragedia intenta mostrar este entusiasmo, รฉxtasis y plenitud, destruyendo lรญmites y el principio de individuaciรณn. Queda abierto el camino hacia el nรบcleo mรกs รญntimo de la realidad, la no forma. El arte que le corresponde es la mรบsica, los coros. โOberarzbacher pausaba un segundo y nos veรญa a todosโ. Dionisos es placer โy arrastraba la s como una z mal lograda que jugaba al baile de alguna seducciรณn espaรฑolaโ.
ยป Lo apolรญneo son los lรญmites mesurados, la imagen del principio de individuaciรณn. En el arte, es la escultura. La objetivaciรณn se representa con las mรกscaras. Cuando la voluntad adopta forma visible se llama deseo, y la energรญa se llama materia. Detrรกs de la mรกscara se esconde Dionisos. La tragedia griega era un poderosรญsimo intento de discernimiento, de entender esta relaciรณn entre Dionisos y Apolo, aclaraciรณn del misterio de la existencia humana.
ยป Apolo es racionalismo lรณgico, mesura, lรญmite, forma, individuaciรณn, selectividad forzosa. Cuando no entendemos que la objetividad estรก mediada por la objetivaciรณn, adoptamos a Apolo como referencia.
ยป Esto produce carencia, menesteridad, precariedad, desprecio, dolor, sufrimiento y culpa. Trasladamos lo lรณgico a lo moral. Nuestra selectividad forzosa convierte a la diferencia en carencia. Cada uno se define a sรญ mismo a travรฉs de la diferencia, pero la negaciรณn necesita, antes, autonomรญa y afirmaciรณn. Si convertimos la diferencia en carencia, no es posible el amor.
ยป Dionisios no estรก sometido al servilismo de ninguna finalidad porque la finalidad es incompatible con la libertad. La libertad goza de sรญ misma y de la diversidad. Es el autodespliegue multiforme, el juego. Jugar es identificar la diferencia sin verla como carencia o precariedad. No tiene lรณgica de pรฉrdida ni ganancia. Es gratuidad y autorrepresentaciรณn de la infinita variaciรณn de la libertad.
ยป Afirmar el devenir es comprender que la libertad se tiene a sรญ misma por objeto y por meta, es el desarrollo de la diferencia. Si el ser es inseparable del devenir, entonces el eterno retorno es la รบnica ley del devenir, porque retornar es el devenir del ser mismo. El eterno retorno es el ilimitado y festivo sรญ y amรฉn dicho a la vida โcon esta frase, podรญamos intuir sus ojos empapados, conmovidos por la idea, palpable tras ser enunciada, de poder participar conscientemente en la completa afirmaciรณn del serโ.
ยป La visiรณn del cristianismo se sustenta en la culpa y el pecado, premisas que han llevado a la humanidad a su ruina moral y autodesprecio. Su concepto de amor es reactivo porque la redenciรณn tiene como trasfondo el pecado y la culpa. Jesรบs ha muerto para redimir al hombre del pecado, por lo que este es culpable y debe ser castigado. Una moral basada en la culpa es profundamente inmoral. Es una fรกbrica de calumnias que se inspira en la estrategia de sometimiento para domesticar al hombre en una relaciรณn de esclavo-seรฑor.
ยป El sacerdote, como tipologรญa moral, se identifica con el superyรณ freudiano. Se encarga de establecer el principio de realidad y la lรณgica de las oposiciones. Tambiรฉn se dedica a establecer prohibiciones y castigar. Su venganza consiste en introyectar (volver adentro) la culpa. Es el insulto supremo, culminaciรณn del autodesprecio. Y su resentimiento no para ahรญ: tambiรฉn trata de contagiar a los demรกs, lograr que ellos tambiรฉn se odien y se desprecien. Conseguirlo es obtener poder sobre ellos. Con el pecado y la culpa, es posible someter a los demรกs.
ยป Zaratustra proclama el evangelio del ateรญsmo, el quinto evangelio anticristiano, en el que se anuncia la muerte de Dios. El dualismo postula un Dios que crea un mundo y un hombre imperfectos para endosar esta responsabilidad al propio hombre. Declarar la muerte de Dios es declarar la muerte del dualismo.
ยป Con la muerte de ambos, el hombre puede acceder a la comprensiรณn de su dignidad-divinidad. Se abre una concepciรณn nueva del hombre, el mundo, su moral y su psicologรญa. Tambiรฉn mueren los fines que han regido la existencia humana, porque ya no se puede degradar la inmanencia por la trascendencia. Asรญ, se eleva al hombre en amor condicional a รฉl mismo.
ยป Tras un largo camino, el hombre puede transformarse. Puede superar al sacerdote y al camello-esclavo, (el trauma, el resentimiento originado por hacer de la diferencia equivalente a carencia, la incapacidad para olvidar lo odiado en sรญ mismo, el dolor de la individuaciรณn). El hombre puede convertirse en leรณn-dragรณn cuando pasa de la pasividad al desarrollo de su creatividad. Es el artista que se convierte a sรญ mismo en su propia obra de arte.
ยป Pero hay una transformaciรณn mรกs: convertirse en niรฑo. Ser niรฑo significa ser su propio fin. No es necesario someter, sacar ventaja o convertir a otros en medio. Es estar mรกs allรก de la ganancia y la pรฉrdida, reconocer la propia plenitud, la propia inocencia. Amor y libertad se rinden recรญprocamente el homenaje supremo. El niรฑo es juego, sรบper hombre, voluntad y eterno retorno.
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Espero dejar una pequeรฑa constancia del privilegio que vivimos quienes fuimos tus alumnas y alumnos. Con suerte, quienes te conocimos podremos sentarnos a escuchar al gran provocador un dรญa mรกs. Mi ambiciรณn es mรกs grande: espero que tu voz me acompaรฑe todos los dรญas de mi vida.
No te deseo un pacรญfico descanso. Sin miedo, enunciamos la verdad: tu retorno al eterno baile del devenir. Sin forma, sin carencia y sin tristeza. Fundido en la nada, volviste a abrazar el todo.
Consultor en Derecho Anticorrupciรณn y litigio estratรฉgico.