Qué proponen las candidatas en materia de cultura

Con temas urgentes como la seguridad y la salud, las campañas tienden a dejar en último lugar los proyectos de cultura. Sin embargo, no es un asunto menor. En esta mirada panorámica, los equipos de las dos principales aspirantes a la presidencia exponen sus prioridades para garantizar el ejercicio de los derechos culturales.
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El único punto en común entre los proyectos culturales de las dos principales candidatas a la presidencia de la república, Xóchitl Gálvez, por la coalición Fuerza y Corazón por México, y Claudia Sheinbaum, por la coalición Sigamos Haciendo Historia, es haber arrancado en enero con una serie de mesas, encuentros y diálogos con representantes de la comunidad artística y cultural de México para, supuestamente a partir de esas demandas y necesidades, elaborar el proyecto cultural de su propuesta de gobierno. La realidad es que solo una de ellas parece haber escuchado a la comunidad y recuperado sus propuestas.

La cultura sí forma parte de los compromisos establecidos por ambas candidatas, compromisos con los que iniciaron sus campañas el pasado 1 de marzo, que, sin embargo, aún no conforman un plan nacional de cultura. A pesar de la ausencia de un plan que establezca las líneas de acción, hay una marcada diferencia entre las diez propuestas culturales de Xóchitl Gálvez, mucho más definidas y sustentadas, y las cinco acciones prometidas por Claudia Sheinbaum, que apuestan a la continuidad de una política cultural establecida por la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador que se centró en los llamados semilleros creativos, columna vertebral del programa Cultura Comunitaria, y la producción de libros a bajo costo desde el Fondo de Cultura Económica.

Dentro del Proyecto de Nación que Claudia Sheinbaum presentó el pasado 1 de marzo en su arranque de campaña en el Zócalo de la Ciudad de México, citó cinco acciones en lo que llamó la “República lectora y cultural”. Entre sus principales proyectos, propone ampliar los semilleros creativos para la construcción de la paz y destinar a las artes algunas de las universidades que se crearán durante su gobierno.

También plantea generar “las condiciones para que los artistas de México puedan desarrollar su actividad” y reciban una remuneración justa por su trabajo “con seguridad social”. Además, propone promover el acceso a la cultura en todos los ámbitos, porque “la cultura también es un derecho”; e impulsar el reconocimiento de “la grandeza cultural de México”, la recuperación de la memoria histórica, por medio del “rescate y el cuidado del patrimonio nacional”.

Otra propuesta, que poco tiene de nueva, es fortalecer la república de lectores que la administración actual ha dejado en manos del Fondo de Cultura Económica. La promesa de la candidata de la coalición formada por los partidos Morena, del Trabajo y Verde Ecologista es promover círculos de lectura en todos los ámbitos. “En el ámbito educativo, en el laboral, redes de librerías, bibliotecas populares, ferias del libro, así como la producción de libros a bajo costo y bibliotecas digitales de libre acceso.”

Lo que muestran las cinco propuestas que conforman el proyecto cultural de Claudia Sheinbaum es la ausencia de iniciativas y demandas que la comunidad artística y cultural planteó en los llamados “Diálogos por la Transformación” en materia cultural, que entre enero y febrero organizaron la cantante y actriz Regina Orozco, coordinadora de enlace con la comunidad cultural, así como la senadora y cantante oaxaqueña Susana Harp, responsable de coordinar estos encuentros. En las mesas, la demanda constante ha sido la recuperación de los estímulos a la creación, incentivos fiscales para el sector, la creación de escuelas de artes y fondos encaminados a apoyar el cine nacional, entre muchas otras propuestas que hasta ahora no han sido tomadas en cuenta.

En una entrevista con Alejandro Páez y Álvaro Delgado, en el programa Los periodistas, el pasado 27 de febrero, la candidata que quiere construir el segundo piso de la Cuarta Transformación señaló que ella quisiera ser recordada como “la presidenta de la educación”, y luego agregó, reiterado por ellos, que también de la ciencia y la cultura, porque dijo que finalmente “un proyecto político es un proyecto cultural”. En otra entrevista dijo que quiere ser recordada como la “presidenta de la prosperidad compartida”.

Sheinbaum parece apostar más por la educación que por la cultura. Varias veces ha insistido en que la cultura es un derecho y hasta ha compartido un video titulado “Derecho a la cultura” en el que se la ve de niña tocando el charango, mientras asegura que “el arte y la pasión son fuerzas que transforman al mundo”. El mensaje que subió al publicar el video, en agosto de 2023, dice: “Queremos que el acceso a la cultura y el arte sea un derecho. México necesita más científicos, más ingenieros, pero también más poetas, escritores, filósofos e historiadores”; sin embargo, esa convicción no ha quedado de manifiesto en su proyecto de campaña rumbo a la presidencia.

En entrevista vía correo electrónico, la senadora Susana Harp aseguró que la base principal del proyecto cultural es “garantizar el ejercicio de los derechos culturales, es decir, el acceso y participación en la cultura de todas y todos los mexicanos, el respeto a la libertad creativa, la salvaguarda del legado cultural del país y reconocer la igualdad de las culturas. Todo ello, encaminado a fortalecer la cohesión social, la paz y nuestra convivencia”.

Dijo que han realizado once foros, mesas de trabajo y reuniones en los “Diálogos por la transformación” con representantes de la comunidad cultural, pero aún continúan y cuando concluyan podrán cerrar el Proyecto Cultural para incorporarlo al Proyecto de Nación.

Y es que esa ausencia en su proyecto más reciente contrasta con las acciones en materia de cultura que Sheinbaum proponía en el Proyecto de Nación 2024-2030, presentado el año pasado, donde planteaba dieciocho acciones, entre ellas, incrementar el presupuesto que se destina a cultura, aunque no especificaba la cantidad. Hablaba también de revisar los derechos a los tiempos oficiales en los medios privados para ser usados en la difusión cultural; de emprender una simplificación administrativa entre creadores e instituciones culturales; de elaborar un directorio nacional de creadores, espacios y ofertas culturales; y de impulsar la colaboración entre Utopías, Fábricas de Artes y Oficios, Semilleros, Pilares y centros culturales públicos y comunitarios.

Pero además prometía reforzar las escuelas profesionales de arte y creación, establecer criterios claros para el otorgamiento de becas, incorporar la educación artística en todos los niveles, realizar una campaña nacional de fomento a la lectura, exentar del IVA a las librerías y establecer una biblioteca pública en cada municipio que no la tuviera. Sin embargo, todas esas acciones terminaron por reducirse a solo cinco compromisos.
 

En contraparte, la candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México, que conforman los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática, Xóchitl Gálvez, ha presentado un decálogo de la cultura que como primer eje busca otorgar el mayor presupuesto para la cultura en toda la historia e incrementarlo año con año, a partir de los 25 mil millones de pesos, pues solo “así podremos generar óptimas condiciones de desarrollo cultural en el país”, dijo en el documento “Por un México sin miedo” que constituye su proyecto de campaña.

En esa labor, promete el impulso a la educación y la promoción artística desde la educación básica hasta la creación de tres universidades de las artes, dos escuelas de antropología e historia y dos escuelas técnicas de guías de turistas certificados, en diversos estados del país; así como promover la mayor creación de infraestructura cultural de este siglo, tanto física como digital, con dos estudios de filmación en distintos estados de la república; cuatro mediatecas, un centro cultural en el norte del país con un teatro, una sala de conciertos, una cineteca y una librería; y la construcción de un conjunto artístico en el actual Centro Cultural del Bosque en la Ciudad de México con diez teatros, salas de ensayo y una sala de conciertos que garantizarán el ejercicio de los derechos culturales.

Otro eje es una política pública para el aprovechamiento sostenible de los diseños y creaciones artesanales; otorgamiento del mayor número de becas para estudiantes de arte, artistas, creadores y agentes culturales tanto en México como en el extranjero; una política digital para el arte y la cultura, que garantice el acceso y ejercicio universal de los derechos culturales de todos los mexicanos a través de los me- dios públicos; y seguridad social para todos los trabajadores y agentes del arte y la cultura.

Gálvez propuso también retomar la política de estímulos fiscales para todas las artes y actividades culturales y la creación de EfiLibrerías, EfiMuseos y EfiBecas, estímulos que tienen el objetivo de incentivar la producción artística a través de proyectos de inversión. “Las distintas industrias culturales recibirán el tratamiento fiscal, legal, presupuestal y de créditos bancarios necesarios, para que contribuyan al desarrollo de la economía nacional y alcancen estándares internacionales”, afirmó Gálvez en su proyecto de campaña “Por un México sin miedo”. Además, habló de la puesta en marcha de una política nacional de capacitación y fortalecimiento cultural en los 2 mil 447 municipios y las 2 mil 96 casas de cultura del país.

La propuesta cultural de Xóchitl Gálvez incluye el desarrollo de un proyecto estratégico internacional para retomar la promoción artística y cultural de los creadores a través de las embajadas, “para lo cual se designarán a los agregados culturales de manera conjunta entre la cancillería y la Secretaría de Cultura, con el propósito de recuperar el liderazgo intelectual y la presencia protagónica de México en los organismos multilaterales y en el mundo”.

Este decálogo para cultura denominado “La reconciliación nacional a través de la cultura. Proyecto de la transición política mexicana del siglo XXI”, que ha sido desarrollado por un equipo que encabeza Consuelo Sáizar, quien fuera presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y directora del Fondo de Cultura Económica, parte del compromiso de destinar la mayor asignación presupuestal a la cultura en toda la historia. Iniciaría con 25 mil millones de pesos en 2025, y cada año incrementarle 5 mil millones hasta llegar en 2030 a un presupuesto de 50 mil millones de pesos para el sector.

De acuerdo con Sáizar, este decálogo deja en claro que la cultura debería ser un espacio de reconciliación y de diálogo, un “espacio de la posibilidad de establecer una nueva plaza para conversar y para reconocernos como mexicanos todos, en un país que se encuentra, después de seis años, con un empeño por dividirlo entre prácticamente los diferentes y los afines”.

“Xóchitl hace una propuesta muy clara: hay que vivir sin miedo acompañados con el proyecto cultural”, dijo en entrevista Sáizar, quien el pasado 19 de febrero, en Jalisco durante la reunión de Xóchitl Gálvez con líderes del ámbito de la cultura y las artes en México, titulada “Voces de la emergencia cultural”, afirmó que “el desastroso manejo de la cultura será uno de los grandes reproches a este gobierno; resolverlo será el gran desafío para nuestra generación y para todas las que nos sucedan”.

El proyecto cultural de la candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México sigue en proceso y seguirá sumando y fortaleciéndose, a decir de Consuelo Sáizar, la gestora cultural que ha propuesto al equipo de Claudia Sheinbaum un debate para confrontar sus proyectos en materia cultural.

“Por primera vez vamos a tener dos proyectos de administraciones ya probadas. Vamos a tener un proyecto que será el de una coalición que fue quien creó los institutos, que fue quien logró el mayor presupuesto de cultura de la historia, que fue quien creó la Secretaría de Cultura, que fue quien creó el Fonca, y vamos a tener por otro lado un proyecto en donde lo que ofrecieron fue una cultura comunitaria que no se llevó a cabo porque utilizaron lo que siempre se había conocido como casas de cultura en los municipios, un proyecto que dijo que iba a descentralizar la cultura y ni siquiera se pudo trasladar a Tlaxcala, un proyecto que ha venido recortando el presupuesto, es decir, un proyecto que quiere construir un segundo piso cuando no tiene cimientos porque no los pudo poner”, subrayó Sáizar.

La invitación está hecha. Ya hay conversaciones con el equipo de Claudia Sheinbaum y es posible que se repita aquel encuentro de 2018 cuando, a iniciativa de Eduardo Cruz Vázquez y el Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura (Grecu), se confrontaron los proyectos culturales de los candidatos, en ese entonces, representados por Alejandra Frausto, quien habló de Cultura Comunitaria, la propuesta del entonces candidato Andrés Manuel López Obrador; el proyecto que presentó Raúl Padilla, en representación de Ricardo Anaya; Beatriz Paredes, coordinadora del proyecto cultural de José Antonio Meade; y Consuelo Sáizar, en ese momento asesora en materia cultural de Margarita Zavala, candidata independiente.

Ese encuentro para confrontar proyectos culturales de las candidatas podría ser muy importante para la ciudadanía y la comunidad cultural, sobre todo si se puede sumar la propuesta del candidato de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, cuyo equipo no atendió la solicitud de entrevista ni compartió su programa de cultura. Habrá que esperar. ~

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es periodista cultural del diario El Universal. En 2024 ganó el Premio Nacional de Periodismo FILEY.


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