Lo ha contado el periodista Willy Veleta en CTXT. El final de la pelรญcula documental El silencio de otros es falso y los directores lo sabรญan. Una de las historias que narra es la bรบsqueda de Timoteo Mendieta, el padre de Ascensiรณn Mendieta, una de las protagonistas del filme. En la que es una de las secuencias mรกs emblemรกticas, un arqueรณlogo le muestra a una emocionada Ascensiรณn Mendieta el crรกneo de su padre, al fin desenterrado tras las muchas amarguras que se cuentan en la trama. Sin embargo, los restos que se muestran no son los de Timoteo Mendieta, como se supo poco mรกs tarde cuando se comprobรณ el ADN. Los directores lo cuentan en los crรฉditos de manera sucinta, despuรฉs de haber mostrado una escena que se basa en un error. Cuando Willy Veleta le preguntรณ a Almudena Carracedo, una de las directoras de la pelรญcula documental, por quรฉ habรญan seguido adelante con ese final falso, la directora le contestรณ lo siguiente: โNo es una pelรญcula de datos, es una pelรญcula de sentimientos, y ese plano diciรฉndole a Ascensiรณn que ese crรกneo era el de su padre era el final perfecto, y a la familia le pareciรณ bienโ. A la pregunta de por quรฉ no habรญan utilizado otras imรกgenes que tenรญan grabadas que podrรญan haber funcionado, la directora contestรณ que โlo valoramos pero nos encajaba mejor cerrar esta historia como la cerramosโ.
Almudena Carracedo declarรณ en una entrevista a El Salto que el objetivo de la pelรญcula documental era โhablar del legado del franquismo en la Espaรฑa de hoy, no sobre el pasadoโ. En un primer momento, lo que pretendรญan hacer era un documental sobre bebรฉs robados, y entonces se encontraron con la querella argentina que trataba de juzgar los crรญmenes del franquismo. Se empezaron a amontonar asuntos de todo tipo. Algunos de las historias que encontraron eran verdaderamente trรกgicas y estรกn bien narradas desde un punto de vista cinematogrรกfico, como la de Marรญa Martรญn. Otras se entremezclan sin entenderse el motivo por el que estรกn puestas y solo crean confusiรณn. Asรญ ocurre con toda la trama acerca de los bebรฉs robados, que nunca queda resuelta en ningรบn sentido. Ademรกs, el documental no distingue entre asuntos que merecen tratamientos diferenciados. Mete en el mismo saco los asesinatos y torturas de la posguerra, los crรญmenes del รบltimo franquismo, los cambios de nombres de las calles, el secuestro de bebรฉs, Billy el Niรฑo y las fosas comunes.
El silencio de otros pasa de puntillas sobre todos los asuntos complejos que no tienen que ver con los sentimientos de los protagonistas. Por ejemplo, en ningรบn momento se debate sobre las dificultades de que una jueza argentina revise casos de los que no tiene conocimiento directo, ni tampoco se hace ningรบn tipo de evaluaciรณn seria sobre las virtudes y defectos de la tan criticada Ley de Amnistรญa de 1977. No habla ningรบn experto en derecho internacional pรบblico ni nadie que pueda contrastar los puntos de vista que se dan, que son siempre de personas directamente involucradas. Por ejemplo, resulta sorprendente que en ningรบn momento se mencione que la Ley de Amnistรญa de 1977 era una exigencia histรณrica de la izquierda, y que de hecho se aprobรณ con los votos a favor del Partido Comunista de Espaรฑa (en un claro contraste con la Alianza Popular de Manuel Fraga Iribarne, que se abstuvo).
La tesis de El silencio de otros es que los restos enquistados del franquismo son los que explican nuestros problemas para afrontar el pasado y construir un paรญs verdaderamente democrรกtico. Un ejemplo de la demagogia del filme es el plano que va de una multitudinaria manifestaciรณn profranquista encabezada por Blas Piรฑar a una manifestaciรณn de ultraderechistas trasnochados de hace unos aรฑos. Estos planos tienen como objetivo explicar la inoperancia actual de la justicia espaรฑola con los crรญmenes de franquismo, que se deberรญa a la presiรณn ultraderechista. Esas imรกgenes dan lugar a error si no se explica la importancia relativa e influencia de las corrientes ultraderechistas en la Espaรฑa de 1977 y 2014, y tampoco los grados de libertad con los que actuaban los matones ultraderechistas en uno y otro momento. Creer que pocas cosas han cambiado desde la muerte de Franco es un ejercicio de enorme pereza intelectual. A Almudena Carracedo la hubieran detenido antes de 1975 por hacer un documental como El silencio de otros; hoy en dรญa recibe premios, inyecciones de dinero y homenajes por parte de las autoridades.
El silencio de otros comete numerosos errores de bulto. Por ejemplo, en ningรบn momento queda claro el origen de la querella argentina, que los directores del documental parecen ignorar. Hay fallos en datos bรกsicos, como cuando un entrevistado dice que Enrique Ruano era del SDEUM y le dieron dos disparos en la cabeza. Como ha seรฑalado Willy Veleta, se asegura equivocadamente que las familias pagaron las exhumaciones, cuando en realidad fueron las asociaciones de memoria histรณrica. En general, en la pelรญcula documental se confunden interesadamente en todo momento anรฉcdotas con categorรญas, sobre todo cuando la palabra la tienen los testigos directos. Los directores toman solo las partes que les interesan de los testimonios de los entrevistados, y no se preocupan por diferenciar entre testigos coherentes e incoherentes, personajes fiables y otros que solo estรกn fabulando. Da la impresiรณn de que desconocen las complejidades a las que se enfrenta cualquier Estado de derecho para juzgar crรญmenes retrospectivamente. En ningรบn momento hay algรบn intercambio de opiniones divergentes sobre los numerosos asuntos que se tratan. Parece que los directores creen que todos estos asuntos han de resolverse vรญa la querella argentina, y sugieren que hay una especie de conspiraciรณn de los mรกs poderosos, que son los herederos del legado franquista, para evitar que las acciones de los querellantes prosperen y la verdad salga a la luz. En todo momento se sobredimensiona la importancia que tiene la marginal y anacrรณnica Fundaciรณn Francisco Franco en la Espaรฑa actual.
Todo esto no ha impedido que el รฉxito haya llegado a El silencio de otros, que ha ganado un Goya a la Mejor Pelรญcula Documental, el Premio Cine por la Paz de la Berlinale, fue preseleccionada para los Oscar y nominada al European Film Awards, entre otros. La mayorรญa de los medios han hablado maravillas de la obra, alabando la importancia de este documental para que en Espaรฑa conozcamos nuestro pasado. En Fotogramas, Carlos Loureda ha escrito que es โel documental mรกs necesario de los รบltimos 80 aรฑosโ por ser un โapoteรณsico clamor contra los ladrones de la memoriaโ. La periodista Stephania Taladrid, en un artรญculo laudatorio sobre El silencio de otros que apareciรณ en The New Yorker, ha analizado la importancia que aรบn tiene el franquismo en la Espaรฑa actual sugiriendo que hay una gran divisiรณn social sobre el asunto. Ni en el documental ni en este artรญculo se mencionan las unรกnimes condenas que todos los partidos han hecho acerca de la dictadura, incluyendo al Partido Popular (Vox era un partido marginal cuando se estrenรณ El silencio de otros). Tampoco el hecho de que la ultraderecha haya sido hasta ahora residual en Espaรฑa, y los motivos por los que esto ha podido pasar. Esa falta de anรกlisis es un sรญntoma de una gran desidia intelectual que hace imposible afrontar seriamente temas tan complejos como los relativos a la memoria y la historia de cualquier paรญs. Sin embargo, los problemas de El silencio de otros son mucho mรกs profundos y tienen que ver con la aproximaciรณn moral que sus directores han tomado como punto de partida para hacer su trabajo.
El tema de adaptar los hechos a la narrativa ideolรณgica, como se hace al final de la pelรญcula documental, es muy serio. Imaginen que, entre todos los argumentos que he dado en los pรกrrafos anteriores, hubiera descubierto que hay algunos que son falaces porque se basan en mentiras. Segรบn la lรณgica utilizada por Almudena Carracedo, para defenderme yo podrรญa aducir que este artรญculo โno es de datos sino de sentimientos, y ese argumento me pareciรณ perfectoโ. Y cuando me preguntaran por quรฉ no he usado otros argumentos que fueran ciertos para dar mi opiniรณn sobre el asunto, yo dirรญa que โlo he valorado, pero me encajaba mejor cerrar esta historia como lo he hechoโ. Al fin y al cabo, contestarรญa, mi objetivo es โhablar de los problemas que documentales sentimentales como El silencio de otros pueden crear en Espaรฑa para que tengamos una concepciรณn madura de la memoria histรณrica, no sobre las virtudes y defectos concretos del documentalโ. Al final del todo, podrรญa aรฑadir en una nota al pie que en realidad algunas cosas que he escrito no fueron tal y como las he contado, y que si algo no fue cierto como hecho lo serรก como sรญmbolo. Ahora imaginen que entre mis argumentos inventados hubiera historias trรกgicas de personas que han sufrido mucho, y que yo las tergiversara conscientemente para que todo fuese en lรญnea con lo que quiero demostrar. En ese caso, creo que convendrรกn conmigo con que merecerรญa una tribuna en The New Yorker o, al menos, un Goya.
Javier Padilla (Mรกlaga, 1992) es autor de "A finales de enero. La historia de amor mรกs trรกgica de la Transiciรณn" (Tusquets, 2019), que obtuvo el XXXI Premio Comillas de Historia, Biografรญa y Memorias.