Mientras escribรญa el capรญtulo sobre Marx y lo que pensaba de la desigualdad para mi nuevo libro, releรญ la mayorรญa de sus escritos (y leรญ por primera vez otros). Como la discusiรณn de Marx sobre la estructura de clase โcrucial tambiรฉn para comprender su idea de la desigualdadโ estรก expuesta mejor que nunca en sus reflexiones sobre la revoluciรณn de 1848 en Francia, en Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850 y El 18 de Brumario de Luis Bonaparte, los leรญ de nuevo. Las luchas de clasesโฆ es un compendio de artรญculos, escritos durante la Revoluciรณn, para un periรณdico alemรกn. El 18 de Brumario es el anรกlisis del surgimiento y la caรญda del poder proletario entre febrero de 1848 y la toma del poder como dictador de Luis Napoleรณn a finales de 1851. Al leer de nuevo El 18 de Brumario me pareciรณ mucho mejor de lo que recordaba, quizรก porque al leer Las luchas de clases y luego El 18 de Brumario pude seguir los acontecimientos mucho mejor, y entender sus anรกlisis y conclusiones.
Es una pena que la ediciรณn inglesa que hay disponible en Amazon es vieja, con una traducciรณn de 1897, y con un gran nรบmero de erratas y frases extraรฑas. El libro pide a gritos una nueva traducciรณn y un buen editor, porque muchos de los sucesos que aparecen no son muy conocidos y las diversas alusiones a hechos histรณricos o comparaciones mitolรณgicas que hace son difรญciles de seguir a menos que uno conozca muy bien la historia francesa y los mitos griegos.
Leyendo a Marx sobre 1848 me acordรฉ de que leรญ hace muchos aรฑos los Recuerdos de Tocqueville, que cubren el mismo periodo de tiempo. Ademรกs, tanto Marx como Tocqueville escriben ร chaud, a la vez que ocurren los sucesos. Los Recuerdos de Tocqueville fueron escritos entre 1850 y 1851 y publicados solo en 1893; el 18 de Brumario fue escrito y publicado en 1852.
En una excelente introducciรณn a la ediciรณn francesa de los Recuerdos, y en un epรญlogo igual de importante, escritos por Fernand Braudel y J. P. Mayer respectivamente (el editor de las obras escogidas de Tocqueville), ambos hacen comparaciones directas entre Tocqueville y Marx. Mayer cree que Recuerdos es โinfinitamente superiorโ aunque admite que Tocqueville nunca llegรณ al nivel de anรกlisis social de Marx. Tocqueville, al contrario que Marx, โno juzga su tiempo usando normas que todavรญa no eran las de su tiempoโ; โTocqueville era un sociรณlogo realista, Marx era un utopistaโ, escribe Mayer. A Braudel no le parece tan obvia la comparaciรณn, evita un juicio directo y parece que coloca a los dos trabajos ex aequo.
Estos dos autores (Marx y Tocqueville) parten de posiciones personales e ideolรณgicas casi completamente opuestas. Tocqueville fue un miembro del parlamento hasta la revoluciรณn de 1848, y siguiรณ en el parlamento despuรฉs de la revoluciรณn, tras ganar en su regiรณn ancestral (obtuvo 110.000 votos de 120.000), en las primeras elecciones de la historia con derecho a voto universal de los hombre adultos. En 1849, despuรฉs de que la segunda ola de revoluciones fueran sofocada, fue durante un breve tiempo ministro de exteriores. Marx, que era trece aรฑos menor que Tocqueville, era un revolucionario exiliado en Francia, y no tardarรญan en echarlo a Inglaterra.
Tocqueville participรณ directamente en los hechos; Marx fue un observador de esos acontecimientos y durante la mayor parte del tiempo desde Alemania. Los Recuerdos de Tocqueville son obviamente personales y la visiรณn desde dentro de la revoluciรณn; el de Marx es un estudio hecho por un revolucionario desde fuera. Tocqueville estaba en contra de la revoluciรณn, Marx a favor.
Sin embargo, hay tres cuestiones en las que estรกn de acuerdo: la naturaleza del rรฉgimen de 1830 de Luis Felipe, la polรญtica del proletariado parisino y el rol del campesinado. El rรฉgimen de 1830-1848 era, segรบn Marx, el dominio de las โaltas finanzas, la gran industria, los grandes comerciantes, es decir el Capital con su sรฉquito de abogados, profesores, oradoresโฆ Era la expresiรณn polรญtica del dominio usurpador de los arribistas burguesesโ. El poder lo ostentaba una โaristocracia financieraโ legitimada por una monarquรญa.
Tocqueville, a pesar de ser diputado durante casi diez aรฑos durante el reinado de Luis Felipe y a pesar de haberse opuesto abiertamente a la Revoluciรณn de 1848, solo tiene cosas malas que decir sobre el rol de la burguesรญa entre 1830 y 1848:
El particular espรญritu de la clase media se volviรณ el espรญritu general del gobierno; dominรณ la polรญtica exterior igual que la domรฉstica: un espรญritu activo, diligente, a menudo deshonesto, generalmente ordenado, lleno de vanidad y egoรญsmo, tรญmido de temperamento, moderado en todo excepto en su gusto por el confort, y mediocre; un espรญritu que, combinado con el de la aristocracia, puede hacer maravillas, pero que solo nunca producirรก mรกs que un gobierno sin virtud y sin grandeza.
Como es un libro muy personal (despuรฉs de todo, se titula Recuerdos) y como trata de la Francia de su รฉpoca, Tocqueville expresa mรกs claramente que nunca sus prejuicios aristocrรกticos antiburgueses. Es relevante que los รบnicos retratos que son claramente positivos en el libro, y hay muchos, son los de aquellos socialmente inferiores a Tocqueville (campesinos en su pueblo ancestral a los que pastorea para que voten en masa por รฉl, y su propio sirviente) mientras que los retratos que hace de la burguesรญa dominante, otros diputados, los amigos de Tocqueville e incluso su cuรฑada (y tambiรฉn Luis Felipe y Luis Napoleรณn) son mordaces en su detalles, y cada virtud personal que seรฑala va acompaรฑada de un vicio mucho mรกs serio.
Lo segundo en lo que Marx y Tocqueville estรกn de acuerdo es en el igualitarismo del proletariado parisino. En el 18 de Brumario, Marx hace una descripciรณn negativa de todos los grupos sociales excepto del proletariado parisino y exalta el espรญritu igualitario; Tocqueville, por su parte, considera ese espรญritu igualitario irreal y peligroso, surgido de la avaricia y la envidia: โVi en Parรญs una sociedad partida en dos: aquellos que no tenรญan nada unidos por una envidia comรบn; los que poseรญan algo, unidos en una preocupaciรณn comรบn. Sin embargo, Tocqueville seรฑala dos cuestiones muy importantes.
En primer lugar, dice que despuรฉs de las anteriores revoluciones, que eliminaron otros privilegios como la desigualdad legal basada en la clase y los impuestos discriminatorios, la poblaciรณn siguiรณ creyendo que la desigualdad en la propiedad era un obstรกculo claro para la igualdad completa:
La propiedad desigual fue el รบnico obstรกculo para que los hombres alcanzaran la igualdad, y aparentemente el signo mรกs obvio de esa desigualdad, por lo tanto, ยฟno es obvio que aquellos que no disfrutan de la propiedad consideren necesario abolirla, o al menos que surgiera la idea de hacerlo?
La eliminaciรณn de la desigualdad de propiedad, y quizรก incluso la propia eliminaciรณn de la propiedad privada, era, para algunos, el รบltimo y necesario paso para alcanzar la igualdad plena. Tocqueville, por supuesto, no apoya esta idea, pero identifica esa lรณgica detrรกs de los acontecimientos. Mรกs adelante, solo dos pรกrrafos despuรฉs, hace una declaraciรณn mucho mรกs contundente:
Me atrevo a decir que lo que creemos que son instituciones necesarias son solo instituciones a las que nos hemos acostumbrado, y que en cuestioens de organizaciรณn social, el campo de lo posible es mucho mรกs vasto de lo que cualquier persona de una รฉpoca concreta puede imaginar.
Uno podrรญa copiar esta frase y ponerla en el 18 de Brumario y nadie notarรญa nada extraรฑo.
El tercer punto en el que coinciden Marx y Tocqueville es en el papel del campesinado. Marx no tiene buenas palabras hacia los pequeรฑos propietarios franceses que experimentaron los placeres de la propiedad privada despuรฉs de que la tierra se distribuyera con la Revoluciรณn de 1789:
Los agricultores parcelados son una masa inmensa, cuyos miembros individuales viven en condiciones idรฉnticas pero nunca se relacionan entre ellos. Su mรฉtodo de producciรณn los aรญsla uno del otro, en vez de unirlos en una causa comรบn. Este aislamiento estรก provocado por las precarias comunicaciones de Francia, junto con la pobreza de los campesinos. Su campo de operaciones, las pequeรฑas parcelas que cultivan, no les permiten una divisiรณn del trabajo ni la oportunidad de aplicar la ciencia; en otras palabras, les impide desarrollarse de diversas maneras, la diversidad del talento y el lujo de las relaciones sociales.
Marx dice, ademรกs, que son estos campesinos los principales partidarios de Luis Napoleรณn cuando decidiรณ tomar el poder. Tocqueville no trata esta cuestiรณn porque va mรกs allรก de los lรญmites cronolรณgicos de su libro, pero estรก de acuerdo en que las opiniones del campo eran muy diferentes a las de Parรญs:
Reinaba entre los trabajadores de la ciudad un tipo de agitaciรณn demagรณgica, es cierto, pero en el campo, los propietarios, cualquiera que fuera su origen, sus antecedentes, su educaciรณn o sus bienes, estaban mรกs cerca unos de otros. La propiedad, entre quienes la disfrutaban, se convirtiรณ en una especie de fraternidad. Los mรกs ricos eran como los primos mayores, los menos ricos como los primos mรกs jรณvenes; pero todos se consideraban hermanos, con un interรฉs comรบn en defender su herencia. Como la Revoluciรณn francesa [de 1789] ha extendido la propiedad de la tierra al infinito, toda la poblaciรณn rural parecรญa incluida en esa enorme familia.
Por eso, a pesar de sus diferencias en preferencias y opiniones, hay una notable convergencia entre Marx y Tocqueville con respecto a estas tres cuestiones sobre un mismo suceso histรณrico.
Las referencias son de Tocqueville, Souvenirs, Gallimard, 1978 y The 18th Brumaire of Louis Napoleon, traducido al inglรฉs por DDL, Septiembre de 1897.
Traducciรณn de Ricardo Dudda
Publicado originalmente en el blog del autor.
Branko Milanovic es economista. Su libro mรกs reciente en espaรฑol es "Miradas sobre la desigualdad. De la Revoluciรณn francesa al final de la guerra frรญa" (Taurus, 2024).