Nunca, que yo recuerde, has escrito de esa experiencia.
No he tenido ocasiรณn de contarla. Esa imprenta, Josรฉ Marรญa, fue el escenario favorito de mi infancia y temprana juventud. Mi abuelo tenรญa su sastrerรญa y enseรฑรณ el oficio a su hijo Moisรฉs, mi padre. Trabajaron juntos varios aรฑos mientras mi padre estudiaba. Terminรณ la carrera de ciencias quรญmicas y quiso ser empresario. Hacia 1944, รฉl y su amigo Alfonso Mann compraron una pequeรฑa prensa y poco a poco el negocio comenzรณ a prosperar, hasta convertirse en una litografรญa de cierta importancia. Estaba en el sur de la ciudad, en el viejo barrio de Coyoacรกn. Se llamaba Etiquetas e Impresos. Mi padre habรญa trabajado desde niรฑo en la sastrerรญa y me indujo esa devociรณn por el trabajo. Guiado por don Ismael Ramรญrez (el maestro de producciรณn de la imprenta) aprendรญ las distintas fases del proceso. Tenรญa una relaciรณn de gran afecto con los trabajadores. Desde los siete aรฑos dedicaba las vacaciones a trabajar en la imprenta. Era mi vรญnculo principal con mi papรก, un vรญnculo que durarรญa toda su vida activa. Yo admirรฉ y quise mucho a mi padre. Trabajรฉ junto a รฉl hasta los aรฑos noventa. Muriรณ en 2007.
ยฟCรณmo era ese trabajo?
Llegรกbamos antes de las ocho. Siempre me quedaba viendo un ratito el mural de la entrada, al aire libre. Era muy raro que una fรกbrica tuviera uno, a uno, como los de Diego Rivera. Mi papรก pasaba a su oficina, y yo iba a ยซchecar tarjetaยป y a comenzar mi jornada. Recuerdo todo el proceso: la bodega de papeles, tintas y cartones; el fotolito, donde se revelaban negativos y hacรญan las placas; las prensas offset, las suajadoras, las guillotinas, las pegadoras, las grabadoras. Pero sobre todo recuerdo a cada uno de los obreros en sus mรกquinas. Recuerdo sus nombres y apodos (ยซel Mamutยป, ยซel Burroยป, ยซel Chupiroยป), en quรฉ mรกquina trabajaba cada uno, su humor, su carรกcter, sus historias personales, sus dichos, sus ยซchanzasยป. Me gustaba particularmente montar tipografรญas, labor que me enseรฑรณ Chucho Garcรญa, a quien aรบn veo. Muchos venรญan de la provincia y me contaban sus historias. Con ellos iba a comer a las fondas cercanas y en las noches me llevaban al box, a la lucha libre y al futbol. Me enseรฑaron a ยซalburearยป. Lo idealizo, seguramente, pero sentรญa que no me trataban como al hijo del dueรฑo (al que llamaban ยซel ogroยป) sino como su compaรฑero.
ยฟPor quรฉ se le ocurriรณ a tu padre encargar un mural? ยฟQuรฉ representaba?
Mi padre estudiรณ en la Escuela Nacional Preparatoria que en tiempos virreinales fue el antiguo colegio jesuita de San Ildefonso. Uno de los edificios mรกs bellos de la ciudad. En 1922 el ministro de Educaciรณn Josรฉ Vasconcelos encomendรณ a los muralistas Josรฉ Clemente Orozco y Jean Charlot pintar los muros de la escuela con su visiรณn sobre la Revoluciรณn y la historia mexicana. En un edificio muy cercano, Vasconcelos hizo un encargo similar a Diego Rivera: pintar su versiรณn de la epopeya revolucionaria. Mi padre, como toda su generaciรณn preparatoriana, creciรณ contemplando esos murales. Ademรกs, era amigo de Guadalupe Rivera, la hija de Diego. Me contรณ que iban juntos a visitar a Diego que pintaba entonces los murales en el Palacio Nacional. En un viaje a Guadalajara, Lupe le presentรณ a Orozco, que pintaba los murales del Hospicio Cabaรฑas. Me contรณ que Orozco era difรญcil y algo hosco, mientras que Diego era expansivo y afable. Ese es el antecedente. En 1952 mi padre encomendรณ el mural de su fรกbrica a la pintora Fanny Rabel. Proveniente de Polonia, como mis padres, Fanny era una militante de izquierda, muy amiga de Frida Kahlo y discรญpula directa de Diego Rivera. El mural representaba una variaciรณn de La maestra rural, el famoso fresco en la Secretarรญa de Educaciรณn Pรบblica: en un รกrido paraje del campo mexicano, como en una misa cรญvica, un pรบblico respetuoso y atento escucha a la maestra: un viejo campesino con su sombrero en mano, una mujer con su bebรฉ bajo el rebozo, hombres circunspectos, mujeres descalzas, un niรฑo con una hoja de maรญz. Era la imagen del pueblo. Pero al lado, en vez del guardia rural de la escena original, destacaban las prensas de pie y las mรกquinas offset en plena producciรณn de unas publicaciones. Mi padre y su socio Alfonso aparecรญan tambiรฉn, trabajando con los obreros. En el extremo inferior un humilde niรฑo vestido de overol y con cachucha voceaba los impresos que llevaba en sus manos. Podrรญan ser periรณdicos o revistas. En uno de ellos se leรญa: ยซLa imprenta al servicio de la culturaยป. Yo sueรฑo con esa imprenta. Han pasado casi setenta aรฑos desde que comencรฉ a trabajar ahรญ, y nunca dejรฉ de frecuentar a los obreros. Aรบn veo a los pocos sobrevivientes.
ยฟQuรฉ ocurriรณ con el mural?
Hace unos aรฑos lo recobrรฉ. Estรก en mis oficinas de la revista Letras Libres y la editorial Clรญo. Ahรญ me saluda cada maรฑana, como entonces.
Fragmento de Spinoza en el Parque Mรฉxico, reciรฉn publicado por Tusquets.
Historiador, ensayista y editor mexicano, director de Letras Libres y de Editorial Clรญo.