Ignacio Ramรญrez "El Nigromante". Foto: Wikimedia Commons.

Amor a la libertad

Al decidir en torno al llamado "Plan B", la Suprema Corte debe inspirarse en los liberales de la Reforma.
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Eran independientes, fiera,altanera, soberbia, insensata,irracionalmente independientes.
Daniel Cosรญo Villegas

La razรณn y la identidad de la Suprema Corte de Justicia de la Naciรณn no debe ni puede ser otra que su independencia de los otros poderes, en particular del Ejecutivo.

Esta verdad esencial de toda repรบblica se pondrรก a prueba prรณximamente, cuando llegue a los tribunales y a la Corte el llamado “Plan B”, que mutila al INE y pone en gravรญsimo riesgo la operaciรณn de las elecciones. No solo estรก en juego la efectividad del sufragio sino el sufragio mismo. Ante la dimisiรณn servil e ignominiosa de la mayorรญa de los diputados y senadores ante el presidente, ยฟdefenderรก el Poder Judicial la libertad de elegir a nuestros gobernantes y representantes?

Si los juzgadores mexicanos admiten los amparos que se presentarรกn, y si, llegado el caso, los ministros de la Suprema Corte declaran la vasta y manifiesta inconstitucionalidad del adefesio, habrรกn prestado un servicio invaluable a Mรฉxico.

ยฟQuรฉ tan independiente ha sido la Corte a travรฉs de la historia? Lo cierto es que, hasta fines del siglo XX, solo en un perรญodo de nuestra historia el Poder Judicial estuvo a la altura de su misiรณn: la Repรบblica Restaurada (1867-1876). Esa รฉpoca debe inspirar a los jueces de hoy.

En aquel tiempo, la independencia de la Suprema Corte frente al Ejecutivo no solo se manifestaba en los laudos y resoluciones que emitรญa sobre los asuntos mรกs diversos sino en la actitud abiertamente crรญtica de los ministros hacia el presidente Juรกrez, por su inclinaciรณn a perpetuarse en el poder. Uno de ellos publicรณ en la prensa estas lรญneas, que reproduce Cosรญo Villegas en su libro La Constituciรณn de 1857 y sus crรญticos:

No pueden encubrir las huellas de la violencia y de la corrupciรณn las urnas electorales que aparecen vendidas al gobierno […] Treinta mil hombres han dirigido sus bayonetas sobre los ciudadanos indefensos; una brigada de empleados ha recibido la misiรณn de transformarse en electores secundarios; quinientos agentes del cohecho reeleccionista han derramado los fondos pรบblicos sobre las puertas que […] se les abrรญan; doscientos periรณdicos se han publicado con el visto bueno del ministerio; no obstante, de nueve millones de habitantes, seis, por lo menos, tienen la resoluciรณn de sostener el fallo que su indignaciรณn acaba de dictar contra la violencia. ยกNo habrรก reelecciรณn!

No era un ministro conservador el autor de este pรกrrafo incendiario. Era nada menos que Ignacio Ramรญrez, “el Nigromante”, tan liberal como Juรกrez. Y asรญ como Ramรญrez hizo pรบblico su repudio a la maniobra electoral, lo hicieron tambiรฉn otros magistrados y personajes de la รฉpoca, todos liberales inmaculados: Ignacio Manuel Altamirano, Leรณn Guzmรกn, Vicente Riva Palacio, Sebastiรกn Lerdo de Tejada, Josรฉ Marรญa Iglesias.

La reelecciรณn fue un caso extremo pero no รบnico de conflicto en el que los ministros mostraron su independencia. La refrendaron, por ejemplo, en el famoso “amparo Morelos” de 1874, en el que la Corte estableciรณ que los ciudadanos podรญan ampararse ante las disposiciones de una autoridad considerada ilegรญtima por irregularidades en su elecciรณn, es decir, que era “incompetente de origen”. Y lo que ocurrรญa en la Corte โ€“explica Cosรญo Villegasโ€“ encontraba su rรฉplica perfecta en todo el aparato judicial:

[…] no hay un solo caso a lo largo de los diez aรฑos de la Repรบblica Restaurada en que la Corte no haya manejado con absoluta independencia del Ejecutivo los miles de amparos que surgieron con motivo de esa suspensiรณn de garantรญas. Para convencerse de ello es menester, por supuesto, leer el Semanario Judicial de la Federaciรณn; allรญ se comprueba la libertad perfecta no solo de la Corte, sino de los jueces de distrito y de los agentes del Ministerio Pรบblico.

ยฟDe dรณnde provenรญa esa actitud de independencia de los ministros?, se preguntaba don Daniel. No de los sueldos (que eran magros) ni de la inamovilidad (que se decretรณ tiempo despuรฉs). Provenรญa del amor por la libertad:

Era una sociedad liberal, creada por liberales, vivida por liberales; una sociedad en que la libertad, lejos de ser la palabra hueca y sin sentido que ha llegado a ser, era una realidad vivida y gozada cotidianamente.

En manos del Poder Judicial estรก la defensa de la libertad en Mรฉxico. Los ciudadanos estaremos atentos a su actitud y a sus decisiones. Y, como se demostrarรก el prรณximo 26 de febrero en el Zรณcalo de la Ciudad de Mรฉxico y en muchas otras plazas del paรญs, somos legiรณn. ~



Publicado en Reforma el 19/II/23.

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Historiador, ensayista y editor mexicano, director de Letras Libres y de Editorial Clรญo.


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