Jugar al libro

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Maricela Guerrero

.Peceras

Mรฉxico, Filodecaballos/Conaculta/inba, 2013, 90 pp.

Aquella sentencia de J. M. Castellet de que la literatura se rebela contra un mundo servicial, que niega su valor y anula su funciรณn social, es de alguna manera encarnada en .Peceras, el libro mรกs reciente de Maricela Guerrero (ciudad de Mรฉxico, 1977), que nos incita a pensar en aquellos tรญtulos contemporรกneos clasificables como papeles salvajes, es decir, textos poco complacientes. Eso, sin embargo, no lo convierte en un libro aburrido, ilegible o “difรญcil”. Por el contrario, su conjunto de textos es dinรกmico, porque su mayor acierto es su libertad. Los poemas que lo conforman estรกn plรกcidos en su caprichoso ser sin adaptarse a una instituciรณn, a una editorial, a un lector especรญfico.

.Peceras se divide en tres partes diferenciadas, que funcionan por separado y que constituyen unidades autรณnomas de sentido: “Casa en la orilla”, “.Peceras” y “Materia oscura”. No puede ser analizado entonces con una preceptiva rรญgida y limitada, que espere libros “unitarios”, bien “armaditos”, destinados a aburrir. Es, en cambio, un conjunto heterogรฉneo que pide la participaciรณn lรบdica del lector. .Peceras nos permite leerlo a destiempo, abrirlo en cualquier pรกgina, reescribirlo con nuestras propias claves.

En la primera parte (“Casa en la orilla”, poemas sobre el sentido simbรณlico de la casa), un aspecto que merece interรฉs es la orientaciรณn del discurso poรฉtico para abordar temas sociales: “¿Por quรฉ ellos viven en esas casas? / Porque no les alcanza el dinero para hacer muros y los ponen de cartรณn, / quiero vivir en una casa de papel: huecos: / : en el papel: papeles de propiedad: casas y ausencias/ porque si el lobo aparece…” Los poemas ponen en tela de juicio la idea de la casa como espacio de arraigamiento, de verdad, de solidez moral y social al simbolizarla como muรฑรณn o miembro fantasma, como mudanza, persecuciรณn y bosque, espacio al que un lobo siempre acecha. ¿Quiรฉn es ese lobo? ¿Las instituciones, el Estado, el tiempo? La casa es un espacio de resquebrajamiento interior (simbรณlico), pero tambiรฉn exterior (social y polรญtico). La imagen nostรกlgica de las “millones de casas de interรฉs social que no interesan a nadie…” me parece muy acertada para cuestionar el lugar comรบn sobre la casa “polรญtica y simbรณlicamente correcta”. Las casas de interรฉs social no interesan a nadie, oh paradoja, tu interรฉs no me interesa, a pesar de que son, posiblemente, la รบnica vivienda a la que puede aspirar la clase media: “casas y ausencias / porque si el lobo aparece…” La casa en .Peceras vive bajo una amenaza no abstracta sino material.

Rodrigo Flores Sรกnchez advirtiรณ que a partir de Desde las ramas una guacamaya (Bonobos, 2006) Guerrero habรญa manifestado “una preocupaciรณn constructiva por la corporeidad del poema”. Es esta misma preocupaciรณn la de .Peceras. El ritmo y la sintaxis son un exoesqueleto y, a travรฉs de este, podemos percibir el interior musical corporeizado en cada poema. Sin embargo, no son estos los rasgos mรกs significativos del libro, pues hay otro nivel que me parece mรกs interesante: el de la ironรญa y el sentido del humor. Guerrero explora ambos recursos a partir de procedimientos muy sugerentes, como el juego constante entre voces disรญmiles para representar un discurso esquizoide, entre infantil y adulto. Cuando este concierto de voces tiene lugar ocurre un distanciamiento irรณnico: “¿Quรฉ es una hipoteca? / Es cuando te prestan para pagar una casa y la casa queda en / prenda, / ¿cรณmo? ¿Cรณmo vestido? (oh, dulces… por mi mal halladas): –¿y si no pagas? / –te expropian la casa.” El poema termina con estos versos: “yo no quiero que nos extirpen la casa / ni que nos dejen desvestidos”. En estas voces infantiles se desliza el sentido irรณnico que he seรฑalado con anterioridad. Las apreciaciones son tan crueles –hay que decirlo– que รบnicamente puede plantearlas una voz niรฑa: una casa puede extirparse como un tumor y una hipoteca vencida implica que te desvistan: clase media de hipotecas y desnudamientos. Ahรญ se encuentra el burocrรกtico sentido del humor contemporรกneo; ya no puede ser trรกgico de esa manera sorda en que el destino de los dioses arrasaba con el hombre porque ha quedado limitado a una retahรญla de chistes sobre hipotecas y despojos.

En la รบltima parte, “Materia oscura”, se incluyen los textos que juegan con la movilidad de la pรกgina (“Hervideros”), y uno de los mรกs humorรญsticos del volumen (“Antihistamรญnico”), que cuestiona la pedanterรญa de la “erudiciรณn”. El caso de “Hervideros” es digno de menciรณn, porque presenta fragmentos de prosa colocados de diferentes maneras en la pรกgina. De inicio podrรญamos cuestionar la gratuidad de este recurso tan utilizado por la poesรญa visual, pero se trata de una tรฉcnica que responde a la concepciรณn de Guerrero del poema como cuerpo. Estos textos simulan un concierto de voces distintas –otro de los rasgos significativos de la poesรญa de esta autora– y, al estar situados en diferentes espacios verticales u horizontales, dan la impresiรณn de movimiento. La idea del poema es ofrecernos voces disonantes que coexisten en un mismo lugar y que, quizรก, no guardan ninguna relaciรณn entre sรญ. El efecto es el mismo que apreciamos en la estรกtica de un radio mal sintonizado.

En “Ventanas” y en “Brasier” son notorias las incursiones crรญticas y a la vez humorรญsticas en torno a los actos de escribir y leer. Los textos se alejan asรญ de determinada actitud reverencial, propia de una visiรณn romรกntica que dota a “lo literario” de un papel superior y casi sagrado: “rellenar huecos con pechos o con dolores existenciales es una / forma de jugar a escribir / palabras majestuosas / hasta en la sopa / gallinita soy y preparo sopa de sostenes para psicoanalista…” De ese modo, la crรญtica no solo alcanza a ese discurso obsoleto de determinadas tradiciones literarias, sino que, al burlarse y reรญrse de sรญ mismo, consigue la ironรญa y el sentido del humor ejemplares, de ahรญ que ambos recursos funcionen en todos los textos. .Peceras es un libro para jugar, para reรญr y para entender mejor y sin tantos aspavientos, nuestra materia oscura, negra, negrรญsima, un discurso que hace bromas sobre su propio cuerpo y sobre los cuerpos observados, pero que entiende que el mundo estรก atravesado por una mala suerte que es necesario mirar, relatar y transformar: “el mundo se merece mejor suerte que la que ha tenido hasta ahora”. ~

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Naciรณn en Oaxaca y estudiรณ la carrera y la maestrรญa en letras en la UNAM. Publicรณ los libros de poesรญa De tiranos (Limรณn Partido, 2007) y Contramundos (Instituto Mexiquense de Cultura, 2009).


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