Cuando Enrique Serna publicรณ Amores de segunda mano (1991), a los 32 aรฑos, se dijo que era un cuentista de humor negro, domador de una particular ironรญa. Y ya, sazonados los aรฑos, varios lectores coincidรญan con que aquel conjunto, su primer libro de cuentos, era uno de los mรกs significativos de la dรฉcada. Hoy Serna tiene 63 aรฑos. Es un escritor que ha aprendido, como los mejores, a imaginar con todo el cuerpo. Un organismo fรญsico y mental. Usa oรญdos y ojos para adentrase en sus personajes que varรญan entre una gama de tipos โtravestis, secretarios de Estado, acadรฉmicos, monjasโ y, diferenciรกndose del temperamento actual de la literatura mexicana, narra mundos muy distintos al de su cotidianidad; curiosidad que lo ha llevado hasta la novela histรณrica, interesarse de lleno en Antonio Lรณpez de Santa Anna y โlo cuenta en una charla con Ignacio Solares, medio en broma, medio en serioโ dejarse las patillas largas al idear El seductor de la patria (1999).
Los aรฑos le han concedido fuerzas. Ha indagado, cada vez con mejores resultados, la psique de sus invenciones y, ademรกs, ha aprendido a dosificar sus habilidades y virtudes como narrador. Intuiciรณn y astucias literarias aceitadas con cada libro. Serna es ya poseedor de un orbe propio, de original estilo, y frases como โse burlรณ con una perversidad de alacrรกnโ o โnuestras catarsis se volvieron tan repetitivas como un sonsonete de reguetรณnโ son ya, a mi parecer, tรญpicamente sernianas. La musicalidad, agilidad y emociรณn de su prosa, sus temรกticas donde el poder se derrumba por el deseo frustrado, son algunas de estas distinciones.
Este aรฑo Enrique Serna publicรณ su cuarto libro de cuentos, Lealtad al fantasma (2022), compuesto de siete historias, continuando la tradiciรณn septenaria repetida en Tanizaki, Coetzee, Galindo, entre otros. Cuentos donde los personajes, de pronto, tienen al alcance una conquista que parece pintar como la mรกs grande de sus vidas y el sexo surge como afirmaciรณn de la existencia. Personas que no tienen control de sรญ mismas o libran batallas contra quienes son en realidad. Pesadillas donjuanescas, como las llama su inventor, que, en ciertos casos, logran reivindicar los valores de la fe. Siete cuentos que abren con la vida de un profesor embobado por una alumna de preparatoria (โEl anillo malรฉficoโ) y cierran con las posesiones endemoniadas de un drogadicto francรฉs (โLealtad al fantasmaโ). Fantasmas que cuestionan el hubiera sido o el podrรญa ser. Idealizaciones que representan lo frรกgil de nuestras voluntades. La estela literaria de Serna va acompaรฑada de Luis Spota, Ricardo Garibay y Jorge Ibargรผengoitia, es verdad, pero habrรญa que agregar a la lista a Joaquim Maria Machado de Assis, Josรฉ Agustรญn, hasta llegar al brasileรฑo Rubem Fonseca.
Nieto e hijo de esa fortuna para Mรฉxico que fue el exilio espaรฑol, Enrique Serna es un narrador que se ha interesado en retratar el mundo de la clase alta mexicana โla actual y la del pasadoโ desde sus entraรฑas: el mundo de la gente bien, de los encopetados, la intimidad de los adinerados, de las celebridades y polรญticos. ยฟCuรกntos otros se han dedicado a transformar en palabras esos mundos con รฉxito? Se ha dicho reiteradamente que los cuentos de Lealtad al fantasma son crรญticas al machismo, pero ยฟfue pensado deliberadamente de esta manera? Son asรญ, creo yo, sencillamente porque el punto que retratan cristaliza en machismo. Serna sabe bien que el fortachรณn vanidoso que corre a toda velocidad en su coche รบltimo modelo sobre avenida Insurgentes es acomplejado e inseguro.
De los cuentistas nacidos entre 1955 y 1965, que siguen activos en las letras de Mรฉxico, Fabio Morรกbito, Verรณnica Murguรญa, Eduardo Antonio Parra y Enrique Serna forman un cuarteto consolidado, aunque de voces muy distintas entre sรญ. Morรกbito con estructuras tan bien armadas que sus cuentos pueden decirse oralmente y producir emociรณn. Murguรญa: portadora de un imaginario clรกsico y universal, hacedora de pรกginas que son insรณlitos artefactos de tiempo. Parra: ejemplo de que el terror y la violencia se pueden volver a contar. Y Enrique Serna, el narrador por antonomasia, un escritor capaz de convertir una historia sacada de las noticias o de alguna sobremesa en literatura de verdad.
ยฟA quรฉ se deberรก que Enrique Serna pueda ser un escritor de grandes pรบblicos y, a la vez, un narrador sรณlido y ambicioso? La publicaciรณn de los cuentos de Lealtad al fantasma ratifica ambas condiciones y, tal vez, los deseos y la doble moral de sus personajes sean ejemplos para intentar comprender su magnetismo, como sucede en el cuento โEl paso de la muerteโ en el que un alto funcionario tiene una aventura amorosa con una cรฉlebre conductora y periodista de televisiรณn, a costa de abandonar a su propia familia. Se diga lo que se diga, cada nuevo libro de Serna suscita saludables y fervorosas discusiones en un pรบblico lector vasto e inusual, una situaciรณn palpable no solo a travรฉs de los medios y redes sino a ras de suelo. Casi siempre que veo a alguien leyendo en un vagรณn de metro, pesero, sala de espera, cafรฉ o parque trato de asomarme para ver la portada y autor. Me sorprenden las numerosas veces que he descubierto el nombre de Enrique Serna. Son tan variados esos lectores como los personajes que รฉl ha sabido inventar. ยฟSerรก esa una de las mayores recompensas de la literatura? ~
(Ciudad de Mรฉxico, 1992) es escritor y editor. Autor de Perfil del viento (Ediciones Sin Nombre, 2021) y editor en Ediciones Moledro.
