Un amor herido

El corazรณn del daรฑo

Marรญa Negroni

Literatura Random House

Ciudad de Mรฉxico, 2022, 144 pp.

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Nadie en el idioma espaรฑol (o nadie vivo, mรกs bien) conjuga la hibridez de una manera tan efectiva como Marรญa Negroni: sus textos mรกs sofisticados habitan el espacio entre la prosa y el verso, conjugan objetos de estudio, memorias personales y mundos propios en una escritura que, de forma generalmente abrupta, hace cortes entre ensayo, narrativa personal, ficciรณn biogrรกfica y escritura lรญrica para dar forma a textos poliรฉdricos, dentro de los que se fugan diversas salidas al mismo tiempo que se forjan extraรฑas continuidades. Negroni opera en el espacio intermedio, umbral, al que aspiran multitudes de pรกginas de teorรญa literaria vertida en literatura poco convincente, sin llegar a eso: no hay en su prรกctica una recurrencia evidente como en, digamos, Vivian Abenshushan o Cristina Rivera Garza, de querer convertir el texto mismo en un sustento teรณrico, sino que ambas cosas (sentido y significado, medio y mensaje) conviven dentro de su estilo con una armonรญa como de algo que estรก a punto de quebrarse. Negroni, entonces, no escribe desde una รฉtica teorizada de la escritura, sino que cada uno de sus libros manifiesta esa รฉtica, postula un lugar nuevo desde el cual preguntarse quรฉ escribir, cรณmo hacerlo, partiendo desde el fenรณmeno mismo de la creaciรณn.

El corazรณn del daรฑo, raramente catalogada bajo el gรฉnero โ€œNovelaโ€ y que comparte la mesa de novedades de Literatura Random House con narradores expertos como Rodrigo Fresรกn y Emiliano Monge, discutiblemente pertenecerรญa al gรฉnero que se le asigna, pues tiene mรกs en comรบn con anteriores libros experimentales de la autora como Pequeรฑo Mundo Ilustrado o Elegรญa Joseph Cornell: obras en las que se cuela, de repente, la ficciรณn dentro de una prรกctica expansiva, registrando gestos y manรญas de personajes que se acumulan a lo largo del libro. Mรกs que un aparato narrativo, este libro es justamente un cรบmulo de discontinuidades por medio de las cuales es posible registrar la memoria de un ser humano, โ€œuna madre desesperada y desesperanteโ€, como se presenta en la cuarta de forros, que vamos construyendo a partir de memorias sueltas, objetos, citas literarias, abstracciones. Asรญ como en Elegรญa Joseph Cornell se nos presentaba el artista outsider a partir de una sรญntesis literaria de sus dioramas, aquรญ no se nos presenta directamente (por imposible que es esto) a la madre, como un personaje mรกs allรก de los gestos que existen alrededor de su presencia: โ€œIncansable corza detrรกs de un secreto oscuroโ€, โ€œFaro que estรกs en los cielosโ€, โ€œAsรญ sonabas, madreโ€.

Si algo queda claro al contemplar la estirpe literaria a la que este libro pertenece, la de libros elegรญacos sobre la madre, es que toda historia que se desee atestar es imposible. Leer este libro en relaciรณn con el brutal cotidiano de Annie Ernaux, o con el recuento lastimoso del Peter Handke de Desgracia impeorable, o con la zozobra monumental del Kaddish de Allen Ginsberg, deja claro que estas obras no se tratan tanto de la madre como de la orfandad en que fueron escritas: como si, al compendiar las pequeรฑas cosas que nos quedan de la vida de los otros, fuera posible resolver internamente nuestra propia circunstancia solitaria. Si, en sus obras anteriores de este estilo, Negroni habรญa logrado capturar instantรกneas del pensamiento y la estรฉtica de artistas โ€œrarosโ€, โ€œexcรฉntricosโ€, lo que hace ahora trasciende el retrato para convertirse en algo mucho mรกs desafiante: formular un estado del ser รญntimo, personal, intransferible, al mismo tiempo que se pregunta (como siempre) por la escritura como un lรญmite epistemolรณgico: no se โ€œsabeโ€ la muerte, sino que se siente. No se โ€œsienteโ€ la escritura, sino que se construye de la forma en que sea mรกs parecida a โ€œsentirโ€.

Donde otras hibridaciones de Negroni terminan por disolver sus centros afectivos en la bรบsqueda intelectual (al cimentarse directamente por ideas o preguntas estรฉticas, y evitar la entrada a algo que se parezca mรกs a la emociรณn directa), este libro se distingue por la capacidad de expresar emociones con una intensidad acuerpada. Apoyรกndose, como suele hacer, en la intertextualidad y en lo metaliterario para alimentar su poรฉtica, la autora superpone su experiencia del duelo dentro de la experiencia de la lectura: autores como Marรญa Zambrano, Joseph Brodsky, Alejandra Pizarnik o Roberto Bolaรฑo aparecen dentro del texto, dejando sus huellas como lugares desde los cuales habitar la pรฉrdida. En este libro, la relaciรณn entre cuerpo y memoria se da directamente a partir de la textualidad: las expresiones personales, รญntimas, estรกn imbricadas en la historia del lector, demostrando que esas cosas que nos llaman la atenciรณn, que nos afectan en la vida, tienen una relaciรณn profunda con nuestras proclividades frente a las obras de arte.

Al mismo tiempo que testamento del dolor y ensayo de miniaturas, El corazรณn del daรฑo puede entenderse como un corte de caja para la obra de Negroni. A lo largo del libro encontramos experiencias personales, anรฉcdotas literarias, enfrentamientos con lo sistรฉmico y hostil del mercado de la literatura que subsume identidades en un intento de encasillar desde el fetichismo (โ€œLamentamos no poder aceptar su manuscrito: no califica como literatura latinoamericanaโ€, dice una carta de rechazo sobre su libro Islandia), y meditaciones sobre cรณmo se sostiene, quรฉ significa, ser un escritor latinoamericano en el panorama internacional. En estos fragmentos, la madre aparece como un otro con quien se cohabita, y a quien se le pueden narrar con confianza esas cosas que no le dirรญamos a nadie. Entrecruzando al menos tres gรฉneros literarios (el ensayo, la poesรญa y la narrativa) con tres vectores temรกticos (la vida de la madre, la pรฉrdida como se siente en lo รญntimo y la pregunta por la escritura), el libro se convierte en una vasta red de experiencias personales que va formando la historia de una relaciรณn, por medio de la cual la autora va generando una imagen (por difusa y compleja que sea) de ella misma. La madre que se llora en este libro no es, entonces, solamente un faro o un recuerdo, sino, de alguna manera, representa un duelo por descreimiento: una orfandad que va mรกs allรก de la pรฉrdida mรกs personal concebible.

La orfandad hacia la que apunta El corazรณn del daรฑo es, entonces, el intento por observar la existencia desde un acto radical de descreimiento. De mirar la vida sin romanticismo, adentrarse en recuerdos incรณmodos, en cartas viejas, en conversaciones perdidas, al mismo tiempo que se evalรบan los gustos propios y los lugares comunes en donde uno se refugia en el santuario escaso de la literatura, resulta tambiรฉn una claridad abrumadora, como la que se respira en los mejores momentos de este libro. โ€œTanto esfuerzo para llegar a esto. / Tanto renglรณn ingenioso y ninguna caricia. Me estoy haciendo aรฑicos melodiosamente.โ€ Negroni sabe que al tentar una escritura tan personal como a la que se arriesga (en momentos) en esta obra corre el peligro de convertirla en una autoflagelaciรณn extendida, de esas que les gustan mucho a ciertos sectores del mercado. Serรญa muy fรกcil, tal vez, escribir desde la intimidad y la tristeza, desnudar el ser para apelar al pathos de los otros, pero nuestra autora es demasiado inteligente como para dejarse llevar por eso: al interior del libro, de su indagaciรณn autocreadora (o autodestructiva) por la escritura, la pulsiรณn de muerte que uno espera de un libro elegรญaco se convierte en un cuestionamiento por la necesidad de la elegรญa: โ€œLa escritura no consuela, no compensa de nada, apenas cuesta cada vez mรกs. Lo darรญa todo por el don de las lรกgrimas.โ€

Habrรญa que cerrar este texto, en donde he intentado atestar algunas de las preguntas y complejidades que me han quedado despuรฉs de un par de lecturas de este libro, preguntรกndonos por el estado de la รฉtica de la escritura de Negroni, aquella que definรญ al principio de mi reseรฑa como ejemplar: ยฟha logrado, al transponer lo personal con lo teรณrico, lo poรฉtico con lo narrativo, la ensayรญstica con la lรญrica, encontrar un espacio en el que no se dรฉ a la contemplaciรณn de tรบmulos vanos, a la autoconmiseraciรณn, o a la simple narraciรณn de la pรฉrdida? Me parece que no, y esto es por diseรฑo: el libro lleva dentro de sรญ mismo, dentro de su compleja ejecuciรณn, la seรฑal de un fracaso ineludible. El libro es, como bien indica la misma autora, una recopilaciรณn, un montรณn de escritura, una serie de viรฑetas yuxtapuestas que juntas componen un todo complejo, difรญcil de entender solo como una cosa o la otra. En tanto que es fragmentario, poroso, el libro estรก consciente de su propio fracaso, de que el proyecto de transmitir emociones, conceptos o miradas personales en su totalidad, siempre terminarรก en una obra tan inconclusa como la anterior y acaso mรกs que la siguiente. A lo largo de su carrera, Marรญa Negroni se ha enfrentado una y otra vez con esa imposibilidad que ella misma reconoce. Es un deleite verla fracasar. ~

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(Naucalpan, 1994) escribe poemas y ensayos. Su primer libro, Fracciรณn continua, fue publicado por el FOEM en 2022.


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