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AdiĆ³s al verano

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DifĆ­cil escribir a cualquier hora, yo escribo

               [a cualquier hora,

quiƩn fuera perro

y ladrara a cualquier pƔjaro porque sƭ,

porque ya no hay enigma, el amor

no es ningĆŗn enigma.

 

AdemƔs no ando pensando en eso de la

               [muerte,

ni le voy a escribir

ningĆŗn diario a la muerte,

eso para los diestros en musiquilla,

que pase y entre

y que si quiere que se acueste.

 

Asco de eternidad, esa no suena, lo Ćŗnico

               [que suena

son esos autos que llegan hasta el sol con

               [todo el estrĆ©pito

del verano, las playas estƔn llenas,

las moscas lo embrutecen todo, me habrƩ

               [leĆ­do

diez mil en el obituario del domingo ese

               [Rojas

que me puso mi padre, pero no, no

               [aparezco.

 

ĀæY el ruido emputecedor de los libros de

               [lujo? Caros,

demasiado caros, la remolienda de las ferias

               [no da. Volvamos

a Tzara que era inocente, a los dos grandes

               [bueyes:

el Cervantes y el Lichtenberg que araron en

               [las estrellas

y no le cacarearon la farsa a nadie,

eso era humor y estado de gracia. Hoy

la eironeia socrƔtica es puro comercio

                                     [quirĆŗrgico, te sacan

la nariz, te ponen la nariz, te desembotellan

el corazĆ³n, lo tiran al abismo.

 

Y eso que hoy es jueves, los jueves

son azules, los beso

a tus ojos,

no alcancƩ a decirte que te amo,

que es casi seguro que te amo

pero los beso,

por internet los beso.

 

Me preguntas por el Mal,

es que no queda, hubo

pero no queda, habrĆ”

perversos hasta la cresta del horror

del Apocalipsis, pero no queda,

quimio

quedarĆ”.

 

Claro, un poco de Baudelaire (1857)

mezclado con un poco de Sade,

todo eso en un cilindro parisino, mƔs

el CalĆ­gula que se comiĆ³ las tetas de su

               [madre, mĆ”s

todos los stalineros en los potreros

                      [congelados de Siberia, mĆ”s

el FĆ¼hrer que lo fĆ¼hrorizĆ³ todo hasta el

Ćŗltimo Wagner del inferno.

 

Al que me gusta oĆ­r en la quebrazĆ³n

de estas fechas mĆ­seras es al Barack

Obama, tan afro, tan entero,

parado en sus dos pies, tan piloto en

plena borrasca

 

ā€“ Nos vemos, muchacho,

Whitman te dĆ© el timĆ³n

de la imaginaciĆ³n, Pound el cortante no a la

               [usura. Todos

somos Ɓfrica desde los grandes dƭas del

               [ParaĆ­so,

todos somos Ɓfrica,

firmo aquĆ­ al desgaire

venceremos. ~                                            

26/ii/2009

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