Leรญ una biografรญa sobre Max Perkins, uno de los mรกs respetados editores de literatura que trabajรณ durante aรฑos para Scribnerโs. No me impresionรณ. Por mรกs que el biรณgrafo lo querรญa enaltecer diciendo que habรญa descubierto talentos como F. Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway y Thomas Wolfe, ciertamente habrรญa que ser miope para no descubrirlos. Ademรกs, lo cierto es que a Hemingway lo โdescubriรณโ el propio Fitzgerald y Wolfe llegรณ a la editorial por obra y gracia de una agente.
Tuvo el mรฉrito de defender la publicaciรณn de estos autores en una editorial conservadora y muy orientada a las ventas, tal como siempre han sido los grupos editoriales por mucho que hablen de literatura. Eran los aรฑos veinte y treinta del siglo XX. No todo el mundo se sentรญa escritor, asรญ es que los manuscritos no caรญan en masa sobre las editoriales, y los editores tenรญan el tiempo y la voluntad de leer los originales que recibรญan, comentarlos y escribir corteses cartas de rechazo.
Hoy dรญa esos grupos editoriales suelen advertir que no reciben manuscritos, que no tratan con autores, que cualquier asunto ha de conducirse a travรฉs de los agentes literarios.
Llama la atenciรณn que hace cien aรฑos, los editores lidiaban con las mismas roรฑas que ocupan a algunos el dรญa de hoy: ciertas palabritas que conviene no imprimir porque pueden damnificar a los mostrencos. โCreo que se deben evitar ciertas palabras para que la gente no se distraiga de los atributos del libro y en cambio se ponga a discutir sobre temas impertinentes y extrรญnsecosโ, escribiรณ Perkins a Hemingway y le pidiรณ que modificara doce pasajes para apaciguar los โrebuznos de muchos burros chabacanos, santurrones e imbรฉcilesโ. Los insulta, pero se deja vencer por ellos.
Aunque no se censuraron por completo, habรญa que reducir al mรญnimo tรฉrminos como fuck o bitch o tits o cock o tantas otros. A veces se recurrรญa a la chiquillada de borrar letras. F- you! Son of a b-! Asรญ como en algunas novelas mexicanas leemos recortes como โjijo deโฆโ o โviva Mรฉxico, caโฆโ o eufemismos como โay nanitaโ o โhijos de su rebomba madreโ o โde la tiznadaโ o โme lleva la chifoscaโ.
El libro cuenta que en las escenas de tauromaquia, los toros hubieron de ser descritos sin sus โembarrassing appendagesโ. Supongo que se refiere a las criadillas. Hemingway defendiรณ a capa y espada que pudiera emplearse la palabra bitch para referirse a la protagonista. Tal intransigencia sirviรณ de poco a los lectores en espaรฑol, pues una traducciรณn dice fulana, y otra, mala mujer.
Asusta ver cรณmo Perkins programaba novelas que no estaban terminadas aรบn: โYa te anunciรฉ en el catรกlogo de otoรฑoโ, y luego se echaba encima del autor para presionarlo; o cuando obtiene el compromiso de Thomas Wolfe para que cada semana le entregue cien pรกginas corregidas del manuscrito, entre las que hubo de quitar 524 lรญneas โpor obscenidades o tรฉrminos inapropiadosโ.
Tambiรฉn es de notar que buena parte de los intercambios con sus autores eran mรกs comerciales que literarios. En cierto momento, Max le recomienda a Fitzgerald que termine una de sus novelas con alguna moraleja porque โel gran pรบblico ingenuo no va a entender la sรกtiraโ. Las famosas concesiones para el lector.
En otra carta, Fitzgerald se muestra preocupado de que El gran Gatsby no le guste a las mujeres โporque no tiene personajes femeninos importantesโ o que โno le guste a los crรญticos porque trata acerca de los ricosโ. Con vocaciรณn de comerciante, Fitzgerald esperaba vender 75 mil ejemplares. En caso de no lograr el รฉxito comercial, โvoy a renunciarโ como novelista e โirรฉ a Hollywood para aprender el negocio del cineโ. En Tierna es la noche resolverรญa el asunto del personaje femenino.
Un inconveniente para vender El gran Gatsby fue que solo tenรญa 218 pรกginas. Los lectores preferรญan mรกs volumen, y los libreros gustaban de libros gordos y caros con los que pudieran ganarse un buen margen. Por eso Hemingway, con textos finos como jamรณn cortado a mano, tuvo que aprender a meterles un poco mรกs de carne, no de grasa.
Tambiรฉn por cuestiรณn de bajo precio, los libros de bolsillo o paperbacks no fueron populares entre los libreros y comenzaron vendiรฉndose en farmacias y supermercados. Hoy mismo las ediciones econรณmicas son mรกs para quioscos que para librerรญas. El quiosquero no pide mucho por cada venta.
Alguna vez mi editorial me programรณ una ediciรณn con letra muy grande y caja muy pequeรฑa. Me explicaron que asรญ el libro tendrรญa mรกs pรกginas, se venderรญa mรกs caro y nos tocarรญa mรกs lana. Les pedรญ que volvieran al formato de siempre. La publicaciรณn se pospuso algunos meses, se bajaron alrededor de ciento cincuenta pรกginas y apenas se redujo el precio veinte pesos. Para los que estamos del otro lado del negocio, siempre ha sido un misterio por quรฉ un libro cuesta lo que cuesta.
Hemingway fue siempre quien mejor supo defender sus textos. Cuando le pidieron hacer unos โpequeรฑos cambiosโ en los vulgarismos que empleaban sus soldados, รฉl respondiรณ que la castraciรณn era cirugรญa menor, pero tenรญa profundas consecuencias. Ademรกs, aprendiรณ que las palabras prohibidas eran permisibles si estaban en espaรฑol. En For whom the bells toll, escribe: โYou hijo de la gran putaโ, he said softly, o โThat for you, cabrรณnโ y tantas otras sin que su editor tuviera reparos.
Supongo que los editores leen este libro sobre Max Perkins. Algo se aprende. Ademรกs se empapa uno de nostalgia por aquellos dรญas en que la relaciรณn con una gran editorial era personal. Fitzgerald podรญa enviarle a su editor un cable desde Parรญs. โMe quedรฉ sin lana.โ De inmediato el editor veรญa el modo de enviarle dinero. Quรฉ felicidad. O quizรก siga siendo asรญ para algunos, pero eso nunca lo sabrรก un worstseller como yo.
Lo leรญ en inglรฉs. Se titula Max Perkins, editor of genius. Prefiero a los escritores. Yo lo habrรญa titulado Editor of geniuses. El libro estรก en espaรฑol. Max Perkins, el editor de libros. Muy chafo tรญtulo. Me cuentan que se hizo una pelรญcula. No sรฉ para quรฉ. El รบnico interรฉs de este libro estรก en las palabras. ~
(Monterrey, 1961) es escritor. Fue ganador del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2017 por su novela Olegaroy.