Historias de Javier Tomeo

Se cumplen diez años de la muerte de Tomeo. Además de un gran escritor, era una inagotable fuente de anécdotas, que sus amigos contaban al estilo de la película Broadway Danny Rose.
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Javier Tomeo, de cuya muerte se han cumplido diez años, fue un gran escritor y un gran personaje. Anagrama ha reunido varias de sus novelas en un compendio, Pez de plata ha reeditado El cazador y Alpha Decay ha publicado unos cuentos inéditos, Vampiros y alienígenas. Era una gran fuente de anécdotas, como Broadway Danny Rose o Sidney Morgenbesser. Luis Alegre recopiló algunas de las mejores. Una tarde Tomeo pidió a Alegre que le pusiera el vídeo de la final de la Recopa que ganó el Real Zaragoza gracias a un gol de Nayim en el último segundo de la prórroga. En un momento del partido, el locutor anunció la sustitución de Nayim. Tomeo se levantó furioso y empezó a gritar: “Pero no te vayas, que tienes que marcar el gol”. La sustitución, claro, era una falsa alarma y al terminar el vídeo Tomeo le dijo a Luis: “Si no es por mí ese tío no marca el gol”. Otra vez, Tomeo le pidió a Alegre que le pusiera Él Luis Buñuel. De nuevo Tomeo se levantó indignado del sofá: “¡Buñuel es un  canalla, me ha plagiado!”. (Él es de 1953; la primera novela de Tomeo salió en 1967.) En otra ocasión lo llamó por teléfono: “Luisito, qué vergüenza, la Renfe va cada vez peor. Subo al tren en Zaragoza para ir a Barcelona y aquí estoy: en Calatayud”.  Como corresponde a un novelista cuyo gran tema era la incomunicación, Tomeo pasaba mucho tiempo hablando por teléfono. A mi casa llamaba de vez en cuando. Preguntaba por mi padre. A veces le decía que era yo y él dejaba un recado, otras veces le decía que era yo y él hablaba conmigo como si yo fuera mi padre, y yo no le corregía porque a saber cuál de los dos tenía razón. Ismael Grasa, otro de sus grandes amigos, contaba que Tomeo visitaba a menudo el hospital Miguel Servet en sus viajes aragoneses: su salud era delicada y le gustaba oír el acento aragonés de las enfermeras. Cuando Zaragoza presentó la candidatura de Tomeo al Premio Nobel de Literatura en 1999 -era concejal de cultura Juan Bolea- fuimos luego un concierto de Bob Dylan en el Príncipe Felipe. Tomeo estaba molesto: habría preferido ir a cenar unas magras con tomate. Decía: “colonialista, canta en español”. Otra vez estábamos juntos en el teatro en el estreno de una obra colectiva. Le sonó el móvil. “Hola, no puedo hablar mucho, estoy en el teatro, viendo una obra malísima.” Colgó y me preguntó: “Pero ¿quién ha escrito esto?”. “Javier, tú.” Hice una edición de sus cuentos en Páginas de Espuma en 2012 y nos entrevistó Miguel Mena en Radio Zaragoza. Tomeo le dijo que si le daban el nobel tenía el problema de que no volaba y el problema del cachirulo: si García Márquez había ido con kimono, él iría con cachirulo y con el tamaño de su cabeza era difícil encontrar uno adecuado. Murió un par de años después que Félix Romeo. “Lo echo de menos. Pienso cada día en él”, me decía. “Veo a un gordo a lo lejos y pienso en él.”

Publicado originalmente en El Periódico de Aragón.

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Daniel Gascón (Zaragoza, 1981) es escritor y editor de Letras Libres. Su libro más reciente es 'El padre de tus hijos' (Literatura Random House, 2023).


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