El aรฑo pasado circulรณ en los diarios la noticia de cierto mensaje tirado al mar en una botella en 1969, y recuperado cincuenta aรฑos despuรฉs. El texto no tenรญa importancia alguna. โMe llamo Paul Gilmore, tengo trece aรฑos, soy de Inglaterra yโฆโ. Lo que hizo la noticia fue el tiempo que habรญa flotado en el mar hasta que alguien lo encontrรณ.
Pues he de contarles que a mรญ me ocurriรณ algo mucho mรกs sorprendente.
Sucede que en 1849, un ruso que iba por la vida con el nombre de Ivรกn Goncharov, comenzรณ a publicar los primeros capรญtulos de una novela titulada Oblรณmov. Hubo de interrumpirla por embarcarse en otros proyectos literarios, por tomar diversos empleos oficiales y por andar a sus treintaitantos aรฑos enamorado sin correspondencia de una muchacha de diecisรฉis. Eyes that sparkle and shine. Ademรกs de que, cualquier escritor lo sabe, es mucho mรกs fรกcil iniciar una novela que terminarla. Luego de diez aรฑos de intensa biografรญa, desamores, pleitos personales y legales con Turguรฉniev, asรญ como lapsos de locura, Goncharov pudo terminar Oblรณmov y la publicรณ en 1859.
Pasaron cincuentainueve aรฑos. En Madrid, en un edificio que ya no existe, el seรฑor Nicolรกs Marรญa de Urgoiti fundรณ la editorial Calpe. Era de esos editores antiguos, de los que admiten para su empresa una vocaciรณn cultural antes que comercial. Entre otras, publicaba la โColecciรณn Universalโ, que serรญa suficiente para una vida de lecturas de clรกsicos. Se trataba de libros de precios muy accesibles y formato que hoy llamamos de bolsillo. Poco a poco fue tambiรฉn publicando las primeras ediciones de ciertos autores rusos, traducidos directamente de su idioma original: Andreyev, Gogol, Dostoyevski, Shmรฉliev, Afanasiev, Bunin, Kuprin, Garshin, Garin y, en 1924, Goncharov.
Mucha de esta fortuna de literatura rusa en espaรฑol se logrรณ gracias al exilio de Tatiana Enco de Valera, una pianista rusa que se estableciรณ en Madrid y que, entre concierto y concierto, se puso a traducir algunas de las obras de estos autores.
Vaya uno a saber cuรกl fue la suerte de cada ejemplar de Oblรณmov. Uno de ellos tiene impreso en la portada el precio para Argentina: un peso; pero es muy posible que no haya hecho el viaje al nuevo continente, y aรฑos despuรฉs le pegaron una etiqueta que dice: โEspasa-Calpe, S.A., Pesetas 10โ.
Y es que siete aรฑos despuรฉs de su fundaciรณn, la editorial Calpe se habรญa asociado con Espasa. Aunque el logotipo de Calpe hace pensar en alguna mitologรญa griega o romana, o quizรกs en el peรฑรณn de Ifach, en la costa alicantina de Calpe, lo cierto es que las siglas corresponden a Compaรฑรญa Anรณnima de Librerรญa, Publicaciones y Ediciones. En cambio Espasa, que me parecรญa compuesto por siglas de algo asรญ como Editora Social de Publicaciones Artรญsticas, Sociedad Anรณnima, no es sino el apellido de los hermanos Espasa.
Transcurrieron los aรฑos y, treinta aรฑos despuรฉs de imprimirse, cae Oblรณmov en manos del joven abogado Luis Valle Abad, que entonces se hallaba en Zamora, en la comunidad de Castilla y Leรณn. Ese jurista va progresando en su carrera, y dos aรฑos mรกs tarde ya trabaja como magistrado de la Audiencia Territorial de Sevilla. Tiempo despuรฉs llega a ocupar el puesto de presidente de la Audiencia Provincial de Lugo, hasta que en 1969 Francisco Franco lo nombra magistrado de la Sala Sexta del Tribunal Supremo. Ya en la democracia, en 1981, le dan nombramiento como presidente de la Sala Cuarta del alto tribunal, llegando ademรกs a ser presidente de la Asociaciรณn Profesional de la Magistratura. No sรฉ en quรฉ momento de su carrera se habrรก dado tiempo para leer Oblรณmov.
Algรบn aciago dรญa habrรก muerto don Luis Valle Abad, y su amplรญsima biblioteca habrรก pasado a manos de anticuarios; la supongo amplรญsima, porque los abogados de antes solรญan ser buenos lectores.
De modo que una tarde, caminando yo por la cuesta de Moyano, vi ese bonito Oblรณmov, que noventaisรฉis aรฑos atrรกs se habรญa imprimido a tres kilรณmetros de ahรญ. Ahora no costaba un peso ni diez pesetas sino cinco euros.
Ahora lo tengo aquรญ sobre mi mesa, bajo mi lรกmpara, y leo. Casi un siglo se habรญa mantenido inmaculado, pero ya en la pรกgina nueve me tienta hacer un subrayado: โSus zapatillas eran largas, blandas y anchas; cuando, sin mirarlas, bajaba los pies de la cama, รฉstos infaliblemente entraban en ellas a la primera tentativaโ.
Me siento muy feliz por el viaje de 171 aรฑos de esta botella, que llegรณ a mis manos no para decir simplezas como โMe llamo Paul Gilmoreโ, sino para darle a mi vida otra dosis de alma, reflexiรณn y belleza.
Otro dรญa les cuento que tengo en mi cava botellas que llevaban cientos y miles de aรฑos flotando por mar y tierra con sus portentosos mensajes. Descorcharlas, paladear su contenido es placer de bienaventurados.
(Monterrey, 1961) es escritor. Fue ganador del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2017 por su novela Olegaroy.