Digamos que se estrena la Novena sinfonรญa de Beethoven. Al final, luego de la climรกtica โOda a la alegrรญaโ, se acerca al compositor un diletante musical autodenominado melรณmano. Entonces le dice con un tuteo de colegas: โTu obra me recuerda mucho otra de un mexicano. Tienes que escucharlaโ. Y para que no quede duda, se la canta: โFelicidad, hoy te vengo a encontrar, cuรกnto tiempo huiste de mรญโ.
Esto que suena caricaturesco en la mรบsica pasa con frecuencia en la literatura, donde para buena parte de los lectores el tema lo es todo y dos obras se pueden cotejar por el argumento. Incluso he escuchado a brillantes escritores elogiar series de pantalla porque โes Shakespeareโ, como si no fuese viejo el truco de robarse argumentos, pero imposible el de equipararse en lenguaje. Aunque Shakespeare tenga buenos argumentos en sus dramas, Shakespeare es ante todo un poeta.
Pongamos este famoso parlamento de Macbeth, cuando se entera de que la reina ha muerto:
She should have died hereafter;
There would have been a time for such a word.
To-morrow, and to-morrow, and to-morrow,
Creeps in this petty pace from day to day
To the last syllable of recorded time,
And all our yesterdays have lighted fools
The way to dusty death. Out, out, brief candle!
Life’s but a walking shadow, a poor player
That struts and frets his hour upon the stage
And then is heard no more: it is a tale
Told by an idiot, full of sound and fury,
Signifying nothing.
Y su versiรณn para una adaptaciรณn televisiva espaรฑola:
Debieras haber muerto un poco mรกs tarde.
Me reunirรฉ contigo hoy mismo.
Apenas te harรฉ esperar.
Pues sรญ, tanto en la versiรณn original como en la hecha para simplones, pasa lo mismo.
Asรญ las cosas, si Faulkner hubiese sido espaรฑol, su novela se llamarรญa Apenas te harรฉ esperar y serรญa tan deslucida como el tรญtulo. Y como en la traducciรณn de Hamlet โa fellow of infinite jestโ pasa a un deferente y despoetizado โun hombre sumamente graciosoโ, ya nos preguntaremos sobre el tรญtulo de David Foster Wallace.
Si Shakespeare hubiese consentido a desconfiar de la inteligencia de su pรบblico, entonces se habrรญa forzado a refrenar su talento para no darles perlas a los puercos. Pasa con el propio Marcelino Menรฉndez Pelayo, que por pereza o ganas de predigerir, traduce โthe last syllable of recorded timeโ como โsepulcroโ. Y pese a haber estudiado a los retรณricos griegos, le espanta la repeticiรณn, como a los escritores de ahora tan bien educados en escuelas de escritura, y traduce la lamentaciรณn de Casio: โReputation, reputation, reputation! O, I have lost my reputation!โ, apenas como: โยกHe perdido la fama, el buen nombre!โ, pues aunque el estado de rabia y vergรผenza por el que pasa Casio hace que le retumbe la palabra โreputaciรณnโ como martillazo, en espaรฑol es preferible la frรญvola elegancia.
Asรญ las cosas, aquel To-morrow, and to-morrow, and to-morrow habrรญa de traducirse como โAl dรญa siguiente, cuando amanezca, al arribo de la alboradaโ, y no falta quien lo crea mรกs poรฉtico.
Ni los libros sagrados se salvan. Proverbios 26:14, en la Reina Valera 1960, dice: โComo la puerta gira sobre sus quicios, asรญ el perezoso se vuelve en su camaโ. Los chocarreros de la Biblia en Lenguaje Actual traducen, como: โยฟEn quรฉ se parece el perezoso a la puerta? ยกEn que los dos se mueven, pero ninguno avanza!โ. Falta el emoticรณn riรฉndose y hacer ver a los traductores que no se trata del libro de Adivinanzas, sino de Proverbios.
Que algรบn literato mediocre le quiera enmendar la plana a algรบn clรกsico, es entendible, aunque no justificable, ยฟpero corregir a Dios? Aquรญ hay pecado mortal.
Sรฉ de lectores que mucho leen, pero no captan la diferencia entre la buena y mala prosa. Es un lector feliz y agradecido con las editoriales que piensan mucho en รฉl. En cambio cultivar el gusto al punto de necesitar fuerza, belleza, claridad y significado en la prosa se vuelve una maldiciรณn y hace que el lector suela detenerse en la pรกgina cinco de buena parte de los libros.
Para afinar el oรญdo y el gusto por la prosa, no hay como leer a buenos prosistas, pero no todos los ojos y oรญdos nacieron para distinguir el trigo de la paja. Tambiรฉn se pueden comparar dos traducciones, que supuestamente dicen lo mismo. Quizรกs le hablan igual al cerebro, pero no al alma. Veamos dos versiones de un parlamento de Hรฉcuba en la pluma de Eurรญpides, la primera de Aguilar, la segunda de Gredos:
Desagradecida es la ralea de cuantos ambicionรกis honores adulando al pueblo. ยกOjalรก no conociese nunca gentes como vosotros, que no os importa hacer daรฑo a los amigos con tal de poder agradar con sus discursos al populacho!
Desagradecido es vuestro linaje, todos cuantos envidiรกis los cargos de hablar en pรบblico. Ojalรก no me fuerais conocidos vosotros, los que no os preocupรกis de causar daรฑo a los amigos cuando decรญs algo por halago a los mรกs.
Uno de los dos es mejor por prosa y significado. Usted, desocupado lector, sabrรก distinguirlo.
(Monterrey, 1961) es escritor. Fue ganador del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2017 por su novela Olegaroy.