Habรญa caรญdo el Muro de Berlรญn. Occidente reivindicaba los valores de la democracia y la libertad por los que la revista Vuelta โdirigida por Octavio Pazโ habรญa luchado desde su fundaciรณn, a fines de 1976. Para celebrar la nueva era, pensamos en organizar un encuentro con algunos de los principales intelectuales del mundo. Intentarรญamos hacer con ellos un balance del siglo XX y arriesgar algunas hipรณtesis para el XXI.
Lo primero fue el diseรฑo intelectual. Los temas de la agenda global que elegimos fueron muy amplios: las perspectivas de la libertad de expresiรณn, los lรญmites de la economรญa de mercado, los nuevos y viejos nacionalismos, los fanatismos religiosos y raciales, el futuro de la democracia, el papel de los escritores. Las invitaciones se enviaron por carta pero para asegurar la presencia de los autores de Europa del Este y la URSS, Isabel Turrent y yo los visitamos en persona.
Lo llamamos “Encuentro Vuelta: La experiencia de la libertad”. Para apelar a un pรบblico amplio, pensamos en llevarlo a cabo en televisiรณn abierta. Octavio Paz persuadiรณ a Emilio Azcรกrraga y, para financiarlo, convencimos a diez empresas privadas. El proyecto no era barato ni sencillo. Habรญa que pagar bien a los invitados, traerlos, cuidarlos, pasearlos. Se puso en marcha toda una logรญstica a cargo de un notable ingeniero, Jorge Kanahuati.
Nada se dejรณ al azar. El dramaturgo Miguel Sabido diseรฑรณ un escenario impresionante: en una mesa con forma de media luna se sentarรญan el moderador (Octavio Paz o yo) y cuatro o cinco invitados. Como en un foro romano, los otros participantes y los invitados especiales presenciarรญan el debate desde las gradas y, despuรฉs de una hora, tomarรญan la palabra con plena libertad. Habรญa traductores simultรกneos en varios idiomas. Detrรกs del panel de conferencistas, Sabido colocรณ un gran cuadro de Rufino Tamayo que impregnaba la atmรณsfera de una gravedad peculiar. Era un teatro de las ideas.
Vinieron representantes de todo el mundo, con la excepciรณn de China y รfrica. Mencionarรฉ, entre otros, a Czesลaw Miลosz, Leszek Koลakowski, Adam Michnik, Tatiana Tolstaya, รgnes Heller, Michael Ignatieff, Hugh Thomas, Hugh Trevor-Roper, Josรฉ Guilherme Merquior, Jean-Franรงois Revel, Jorge Semprรบn, Carlos Franqui, Jorge Edwards, Lucio Colletti, Ivan Klรญma, Norman Manea.
El encuentro tuvo lugar hace exactamente treinta aรฑos y una repercusiรณn inesperada, sobre todo por el momento en que Mario Vargas Llosa declarรณ que Mรฉxico era la “dictadura perfecta”. Pero esa libertad crรญtica no fue la excepciรณn. Varios exponentes de la izquierda mexicana intervinieron tanto en las mesas como en los debates. Uno de ellos, el respetado maestro Adolfo Sรกnchez Vรกzquez, vindicรณ de manera apasionada su fe marxista. Irving Howe y Daniel Bell afirmaron la posibilidad de un socialismo compatible con la democracia y la libertad.
Alguien en la prensa doctrinaria acusรณ a los participantes de “pertenecer a la internacional fascista”. Entonces Octavio Paz decidiรณ convocarlos a todos. Fue emocionante. Parecรญan revivir sus grandes batallas ideolรณgicas. Y redactaron un manifiesto que vale la pena recordar:
En la jerga estalinista, heredada por varias sectas de izquierda, todo el que luchรณ contra la esclavitud, la tortura, la censura y la tiranรญa es automรกticamente fascista. O sea: un fascista es aquel que luchรณ contra esos horrores en todas partes, en lugar de distinguir entre tortura de derecha y tortura de izquierda o entre esclavitud progresista y esclavitud reaccionaria.
En esta lรณgica, a personas que fueron vรญctimas tanto del nazismo como del comunismo โeste es, precisamente, el caso de muchos de los participantes en el Encuentro Vueltaโ se les ha llamado una y otra vez fascistas.
Para todos esos estalinistas, maoรญstas, castristas, que lamentan con histeria el derrumbe de las tiranรญas comunistas, fascistas equivale aproximadamente a liberal. Segรบn ese criterio, Koestler, Silone y muchos otros defensores de las libertades cรญvicas y de los derechos humanos fueron fascistas. De todo esto se desprende que los participantes en el Encuentro Vuelta no estamos en mala compaรฑรญa.
Denunciamos esto ante la opiniรณn pรบblica mexicana: ese mal disimulado residuo de la mentalidad y de la actitud estalinista, en gente que no ha aprendido nada…
Quienes no habรญan aprendido nada entonces, nada aprendieron despuรฉs. Y ahora estรกn en el poder. Pero quienes aprendimos las lecciones del siglo XX, tambiรฉn estamos aquรญ y no olvidamos la experiencia de la libertad.
Publicado en Reforma el 6/IX/20.
Historiador, ensayista y editor mexicano, director de Letras Libres y de Editorial Clรญo.