En 1940 se fundรณ la Casa de Espaรฑa en Mรฉxico, dedicada a dar asilo acadรฉmico e intelectual a los exiliados republicanos en nuestro paรญs. Dirigida primero por Alfonso Reyes y despuรฉs por Daniel Cosรญo Villegas, la Casa de Espaรฑa fue el primer espacio de acogida a las brillantes mentes del exilio republicano. Conviene recordar que nuestro paรญs fue el รบnico que, de manera sistemรกtica y puntual, defendiรณ la legalidad de la Segunda Repรบblica Espaรฑola, a la que reconociรณ hasta 1976, y el รบnico que no reanudรณ relaciones con Espaรฑa hasta la muerte del dictador Francisco Franco y el regreso a la legalidad democrรกtica. Este gesto inmortal de Lรกzaro Cรกrdenas, continuado por todos los gobiernos posteriores, le permitiรณ, en contraparte, a Mรฉxico recibir a un nutrido grupo de republicanos que contribuyรณ, con su labor creativa y su trabajo, a trazar el Mรฉxico moderno. Muy significativo fue el aporte de los republicanos en la pedagogรญa, con la continuaciรณn de las ideas de Francisco Giner de los Rรญos en distintas instituciones; la filosofรญa, con las aportaciones de Joaquรญn Xirau, Antonio Gaos y Eduardo Nicol; el mundo editorial, con las empresas fundadas por Joaquรญn Diez-Canedo, Josรฉ Bergamรญn o Vicente Rojo; las ciencias exactas, con la brillantez de un Santalรณ o un Carbonell; o las letras, con la obra de un Leรณn Felipe, un Luis Cernuda, un Max Aub, y las artes en general.
La Casa de Espaรฑa se convirtiรณ en una instituciรณn estable y plenamente nacional una vez que se supo que el rรฉgimen de Franco durarรญa mรกs allรก del fin de la Segunda Guerra Mundial. Entonces, se mudรณ el nombre a El Colegio de Mรฉxico, que poco a poco se fue consolidando como lo que es hoy: una de las mรกs prestigiadas universidades y centros de estudio de humanidades de la lengua espaรฑola. Resumir su trayectoria y sus aportaciones a la cultura mexicana, hispana e universal es tarea de un equipo completo y motivo no de una veloz nota, ni siquiera de un libro, sino de una enciclopedia, pero al menos sirvan estas lรญneas al cierre para celebrar el paso simbรณlico que representa recibir el Premio Prรญncipe de Asturias de la Ciencias Sociales no ya para una instituciรณn como el Colmex, que encuentra su justo reconocimiento seis dรฉcadas despuรฉs, sino para el propio Premio y, por extensiรณn, a Espaรฑa y su monarquรญa parlamentaria, que con ello cierran un ciclo de amnesia histรณrica, saldan una deuda y cierran una herida que se abriรณ en el รฉxodo republicano de 1939. Paradรณjicamente, la Corona premia a la Repรบblica. –
(Barcelona, 1973) es editora y periodista.