NOFX: El viaje urgente y largo hacia el interior

La banda californiana, que toca en Madrid el 14 de mayo, sigue siendo la élite del punk y sus canciones son un canto a la igualdad: disparan a todo el mundo.
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¿Qué tenemos que aprender de un drogadicto millonario que mató a su madre, que da de beber pis a la gente sin su consentimiento, que no evitó una violación de la que fue testigo? Si escribo esto es porque creo que podemos sacar algo valioso, aunque solo sea el hecho de que todas esas historias, y otras del mismo calibre, salen de la boca del propio personaje: Fat Mike, cantante, bajista y compositor del grupo de punk NOFX.

La banda se formó en Los Ángeles en 1983 y es particularmente conocida a raíz de la segunda eclosión del punk, capitaneada por Nirvana, Green Day y The Offspring en la década de 1990. Pero NOFX es harina de otro costal: puntúa al máximo en la mezcla de libertad moral, independencia y parresía propias del punk. Un ejemplo: en la cresta de la ola decidieron no ser complacientes con el éxito, y en la portada de su siguiente disco optaron por representar una escena de bestialismo. Fue prohibida en Alemania1.

De su música solo diré que su estilo ya es clásico e inocuo hasta el punto de que una versión suavizada abre la serie infantil La patrulla canina desde 2013. En cualquier caso, esta lista de reproducción contiene las canciones que mencionaré: Spotify | YouTube

Trascendamos, pues, la experiencia estética. ¿Qué hace posible el arte? Me interesa cómo son las vidas, los valores y las personalidades de quienes optan por la incomodidad de llegar hasta el fondo de la existencia. En qué parte del proceso atraviesan los inevitables límites morales e ideológicos en los que nos refugiamos la mayoría de las personas, que no dan ninguna respuesta satisfactoria a quien quiere seguir avanzando duda a duda hacia el absurdo.

El punk fue la enésima expresión artística y vital de esa búsqueda. Podemos trazar una genealogía al menos desde las vanguardias del siglo XX en lo que se refiere a la unión entre revolución y embriaguez, y en la tensión de normas y tabúes para sacar al público de sus convicciones ideológicas y seguridades morales. El arma de unos y otros fue la corrosión semiótica, que los situacionistas bautizaron como “détournement” (“tergiversación”) y de la que el punk brinda innumerables ejemplos, como la esvástica en el brazalete de Siouxsie Sioux o el collage dadá de la reina de Inglaterra en el disco de los Sex Pistols.

Humor y honestidad

En NOFX los principales elementos corrosivos son un humor y una honestidad feroces aplicados sin piedad a cualquier tema. Sirven de espejo sobre el que reflejar nuestras miserias sociales y personales, pero su crudeza no es para todos los públicos y mucha gente los puede encontrar ofensivos. La clave, sin embargo, está en la intención: la interpretación ofensiva es responsabilidad del receptor, no del emisor. “Hablo en lenguas y sarcasmo, para mi está claro, para ti es absurdo. No me conoces, y menos mis intenciones, las acciones no siempre hablan por sí mismas” (“We threw gasoline on the fire and now we have stumps for legs and no eyebrows”, 1998).

No hay détournement honesto hacia afuera si antes no hay hacia adentro. “Bienvenido a nuestra declaración de intenciones, la autodegradación total”, canta en “60%” (2006) Fat Mike, cuyo apodo también da una pista de ello. Se ríe de sí mismo para hacer reír a los demás, y es feliz y libre2 porque no tiene vergüenza ni orgullo, las dos cosas que hacen del mundo un lugar horrible3. Su propia música también es objeto de parodia recurrente (pero no voy a hablar de su música).

El siguiente objetivo a corromper es todo lo demás4, y la lista de personas y temas difamados es larguísima. Se trata de no dar nada por sentado, confundir al público para que algo inesperado se cuele en el transcurso del pensamiento. “Canto canciones y cuento historias para exponer a la gente a distintos puntos de vista y que el mundo sea menos moralista”.5

Un ejemplo es “Liza and Louise” (1992), una canción muy explícita y divertida sobre una iniciación lésbica. Tiempo después de su lanzamiento, una dominatrix le contó a Fat Mike que la canción le dió la seguridad para salir del armario cuando tenía 16 años.6 Otro es “72 hookers” (2012), inspirada en un comando suicida yihadista desarticulado, formado por unos adolescentes que entendían mejor la recompensa de las 72 vírgenes que la constitución del Estado Islámico. La propuesta de Fat Mike es inevitable: solo cuando todo el mundo reciba felaciones tendremos paz mundial. “No nos odian a nosotros, solo odian sus vidas, y la gente desesperada aprende a despreciar”, canta.

Tal vez el episodio más duro e hilarante fue cuando en 2010 pasó de las palabras a los hechos. Aclararé que en los cuarenta años de trayectoria de NOFX podemos distinguir una primera etapa de humor idiota adolescente (Fat Mike fundó el grupo a los 16 años), seguida de una más política durante las décadas de 1990 y 2000, ambas coronadas desde entonces por una última de letras brutalmente íntimas y personales en las que mira a los ojos a la soledad, la depresión, las adicciones, la paternidad, la autoestima, el amor y la muerte. Los límites son difusos porque hay una pizca de todo en cada época, pero es esta tercera la que da una dimensión mucho más profunda e interesante a toda su carrera.

Decía que tal vez el episodio más duro e hilarante fue en 2010, al inicio de esta última etapa. Mike se impersonó como “Cokie the clown” en un concierto acústico que comenzó con el cantante repartiendo tequila entre el público. Era muy apropiado, porque iba a ser un recital distinto, dedicado a las miserias de la existencia. En las canciones recorrió los hechos más duros de su vida, como los mencionados al principio de este escrito. Aclaró que su madre, enferma terminal, pidió poner fin a sus días, por lo que Mike confeccionó una mezcla mortal de pastillas y la acompañó en sus últimas horas. “Mi madre me dio la mejor vida que nadie puede vivir, así que yo le di el mayor regalo que pude dar” (“That time I killed my mom”). También dió cuenta del episodio de la violación, que ocurrió cuando tenía 16 años: unos matones arrastraron a la chica a un sótano, y ayudarla o llamar a la policía no habría cambiado el resultado para ella, solo habría engendrado más violencia.7

El público irrumpió en insultos. Esperaba las clásicas bromas subidas de tono de la banda pero se encontró con historias crudas. “Maricón… Me da igual la edad que tuviera, qué pedazo de mierda por no parar esa violación, no quiero saber nada más de él”, critican también los comentaristas en internet8. Pero aquí se evidencia lo valioso del personaje: su honestidad desgarradora ante unos hechos que bien podría callarse, y que muestra con un dolor que le sigue atrapando muchos años después9.

Los improperios no describen tanto a Mike, que es solo el espejo grotesco en el que nos reflejamos, como a quienes los profieren: incapaces de mirar sus propias miserias, encuentran una especie de ablución moral en el insulto al responsable de airearlas en su imaginación. La corrosión semiótica solo tiene una regla: si te ofendes, pierdes.

André Breton proponía “huir de la aprobación del público, mantenerlo exasperado mediante un sistema de provocación y reto”10, y Fat Mike no se queda atrás. El cantante ya se había preguntado “cuándo el punk se había convertido en un lugar tan seguro” (“The Separation of Church and Skate”, 2003) y le dio al público criticón su merecido. Al final del concierto proyectó un vídeo en el que se le ve mear en una botella de tequila y la sigue, sin cortes, hasta el momento en el que llena los vasos y los reparte entre los asistentes11. La prensa se “escandalizó” y el departamento de sanidad de turno abrió una investigación12.

La broma ensombreció el resto del concierto. Porque se trataba de una broma: tiempo después publicó un vídeo que mostraba que habían cambiado la botella de orín por una de tequila genuino. Pero la verdad no tuvo la misma repercusión que la bufonada, en una dinámica que ya conocemos bien13. En cualquier caso, los responsables de la sala de conciertos dijeron que Fat Mike no iba a volver a actuar en ella14. Tristan Tzara estaría orgulloso de este episodio, no en vano los dadaístas gustaban de difundir noticias falsas en la prensa. Pero Fat Mike no tiene ni idea de lo que es el dadá15.

Es indiferente, porque la parodia o corrosión no se aprende, sino que nace naturalmente, y en Mike hace combo con una especie de psicopatía que no conoce la cortesía ni la delicadeza y que le impide mantener la boca cerrada. “Supongo que digo las cosas insensiblemente”, canta en “Grieving Soto” (2021). Ello abunda en malestar para quienes encuentran ofensa en las palabras, y en gusto para quienes creemos que la imaginación es siempre inocente.

De modo que, si se trata de soliviantar, NOFX se mantiene en la élite del punk: “Parece que he enfadado a algunas personas, así que mi trabajo está ya medio hecho”, cantan en “It’s my job to keep punk rock elite” (1997). Los chistes del grupo, en particular en el escenario, podrían calificarse con bastantes -ismos y -fobias, pero son en realidad un canto a la igualdad: disparan a todo el mundo. Y es el humor y no la política el terreno propicio para las generalizaciones, a pesar de que habitualmente –otra generalización– quienes las condenan en el humor son quienes las promueven en la política.

Imaginación y absurdo

La vida es absurda y nada tiene sentido, pero para NOFX hay cuestiones políticas que harán más amable nuestra existencia material. Algunas: la prohibición de las armas y de la pena de muerte; legalización de las drogas, aborto y prostitución. Critican a Estados Unidos y sus valores: consumismo, el patriotismo o las grandes corporaciones, pero también a los activistas complacientes y yihadistas. Defienden el antiautoritarismo y aborrecen el fundamentalismo. Cargan contra la industria musical, y también la pureza en el punk. Etcétera.

Pero la revolución está en la mente y no en la materia, y la ausencia de juicio moral está por encima de cualquier convicción ideológica. Fat Mike desprecia profundamente la religión, pero no le cuesta defender a un creyente en “The Happy Guy” (1994): “Es solo una persona guiándose por la vida lo mejor que puede. Tal vez sus esperanzas son falsas, pero su felicidad es real. No lo juzgues, solo es un hombre”.

Además, la ausencia de juicio moral permite que la imaginación penetre en terrenos ignotos. “La inteligencia es cambiar de opinión. Si no puedes cambiar de opinión eres un idiota”16. Mike, que en los 80 se reía de los vegetarianos (“Shut Up Already, Vegetarian Mumbo Jumbo”, 1988), dejó de comer carne diez años después. “Si fuera un vegetariano no famoso tal vez llegaría a salvar una vaca en toda mi vida. Pero soy un modelo para mucha gente; si lo hago ahora y canto sobre el tema, tal vez salve 200”17.

Eso no significa reñir a quien elige comer carne; de hecho, la canción en la que habla de ello, “180 degrees” (1997) es más poética que explícita.En ese sentido, es particularmente interesante cómo muchas de sus letras de los años 90 responden a debates actuales en España. Con sus formas extremas, en The Black and White (1995) compara a dos feministas anti porno con la moralización bíblica: “Catherine McKinnon existe, le gusta llamarse ‘feminista’, una cruzada que lucha contra el ‘pago’. Pero lo que realmente odia es el sexo, las imágenes eróticas oprimen y degradan a la mujer en su conjunto. Pensar en blanco y negro crea soluciones simples, es una lástima que el mundo no funcione así. Catherine debería follarse a la idiota de Andrea Dworkin, creo que necesitan un buen polvo. Que haga lo que quiera pero que deje de fastidiarnos18”.

Los traumas personales proyectados hacia los demás en forma de castración moral no le gustan a Mike, vengan de donde vengan. Culpar a los hombres y odiarlos no cambiará el mundo, dice en “Kill Rock Stars” (1997): “No me etiquetes como misógino solo porque no sé el motivo por el que estás tan enfadada. Creía que el objetivo era el respeto mutuo, no construir una secta aparte”.También abordan la identidad racial, sobre la que han bromeado siempre. En “Don’t call me white” (1994) destripan el identitarismo como una falacia ad hominem: “¿La semántica genera el caos en el que vivimos? Entiendo que el lenguaje engendra estereotipos ¿pero cuál es la explicación para la mezquindad, para el rencor? No me llames blanco, no soy parte de ninguna conspiración, solo soy un tipo más. Etiquétame como un idiota porque puedo aceptar responsabilidad por lo que he hecho, pero no por quién soy”19.

Como marca de la casa, la letra funciona en las dos direcciones, y no desaprovecha la oportunidad de decir que ser blanco “representa todo lo que odia”.

También abordan la transexualidad en My vagina (2000), en la que, tras un relato groseramente humorístico sobre una vagina “de diseño”, cantan: “Mis amigas creen que soy un poco rara, pero no me importa porque les machaco jugando con la camiseta de las chicas”. Años más adelante critica el encasillamiento en el mundo LGTBQ+: él se considera queer y travesti sumiso, y no le gusta que le llamen “cis”. “Soy una persona única, no plural, así que llámame ‘per’”. “Per” es pronombre sugerido por Doris Lessing en The good terrorist (1985) con el que se puede designar a todo el mundo: es la abreviatura de “persona”.

Ironía y libertad

Detrás del boato sarcástico se intuyen dos valores claros de los que ya hemos visto bastantes ejemplos. El primero es la ironía, amortiguador que hace soportable la vida ante uno mismo y los demás. Permite asomarse al abismo sin que el vacío se apodere de uno, y devolverle a la existencia una sonrisa vencedora.

El segundo es la ausencia de juicio moral. En 2023 Mike abrió un museo del punk en Las Vegas (ciudad donde cinco años antes habían amenazado con matarle si volvía) en el que lo pone también en práctica. Un buen ejemplo es la banda Fang, que está incluida en la exposición a pesar de que el cantante asesinó a su novia. “Cumplió su condena, y nosotros no somos la policía del punk”, declara Mike. Tampoco apoya el anacronismo moral en lo que respecta a Fear, un grupo que pretendía ofender a todo el mundo a principios de los 80 y que en la actualidad es criticado por homófobo20. “Estoy con Ricky Gervais, no puedes coger algo que alguien dijo hace 15 o 20 años y sacarlo ahora”21. Sin embargo, todo tiene un límite, y ha dejado fuera del museo a la banda neonazi Skrewdriver por ser abiertamente racista22.

Pero incluso para alguien como Fat Mike hay cosas que cuestan. Es más fácil no juzgar a los demás que a uno mismo. Hoy el cantante es muy abierto sobre su travestismo y prácticas BDSM, pero no salió del armario hasta bien pasados los 40. A los 13 comenzó a usar ropa de mujer en privado, inspirado por Rocky Horror Picture Show, pero la idea de feminizarse le causaba malestar porque su padre siempre tenía la palabra “maricón” en la boca. Después se ponía los sujetadores que tiraban al escenario, escondido tras la seguridad del chiste. “Es difícil contarle a tus colegas que usas ropa de mujer incluso con la ‘apertura de mente’ del punk, por lo que siempre llevaba bragas debajo de los calzoncillos para mantenerlo en secreto”, canta en “I’m a Transvest‐Lite” (2016). Por fin en 2015 se puso un camisón rosa en un concierto: fue liberador. “Los punks deberían sorprender a la gente; mi cresta rosa no recibe ni la mitad de miradas que mi camisón rosa”23.

El punk sigue vivo de la forma más insospechada, como debe ser. No siempre tenemos la oportunidad de conocer, y mucho menos empatizar, con la vida sexual de un señor de casi 60 años de edad.

Si algo muestra todo esto es que Fat Mike no le tiene miedo a la vida. Se arremanga la imaginación y mira el rostro vacío de la existencia con ojos ávidos, dispuestos a curiosear y experimentar hasta el límite. Con fallos, sin remordimientos, interiorizando los aprendizajes honestamente, ajeno a la presión social.

A la vez, no tiene filtro en sus palabras, lo que puede hacer sentir incómoda a mucha gente. Es un ironista que parasita las convicciones para devolver algo mucho mejor de lo que tomó. Airea sus aprendizajes, a veces más acertados, otras menos, y en la intimidad de nuestra conciencia nos podemos medir con ellos sin que nadie vea nuestro reflejo grotesco. Fat Mike puede parecer un idiota, pero un idiota que necesitamos.

  1. NOFX, Alulis, J (2016) The hepatitis bathtub and other stories (p. 258). Nueva York: Hachette Books ↩︎
  2. Fat Wreck Chords (2019) Cokie the Clown. Disponible en https://fatwreck.com/collections/cokie-the-clown
    ↩︎
  3. Ghost Cult Magazine (2023) Fat Mike on The End of NOFX, His Punk Rock Musical, And a “Double Album” Breakdown (min. 13:15). Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=Ot6-0Op7N-0
    ↩︎
  4. “Creo que vine a este mundo para cabrear a la gente” (Linewleum, 2021), “Soy una alimaña y siempre voy a roer las cosas que sé que te fastidian” (I am a rat, 2024), “Soy el reverendo de la irreverencia” (Blashphemy, 2009), “No intentes decirnos de qué podemos hablar. La blasfemia es una herramienta que no puedes quitar” (Freedumb, 1988), etc.
    ↩︎
  5. Ghost Cult Magazine (2023) Op. cit. (min. 7:20)
    ↩︎
  6. Chesler, J. (2021) NOFX’s Fat Mike on His Sobriety, Sexuality: ‘I Think I Came Out of the Closet Even More’. Spin. Disponible en  https://www.spin.com/2021/02/nofx-fuck-euphemism-premiere-fat-mike/
    ↩︎
  7. NOFX, Alulis, J (2016) Op. cit. (p. 24) ↩︎
  8.  “Pussy…I don’t care what age he was, what a scumbag for not stopping that rape, I’m done with him”. Citado en Blades, J (2010) Banned in Austin: Fat Mike Shocks SXSW. The Inertia. Disponible en https://www.theinertia.com/music-art/nofx-fat-mike-banned-in-austin/
    ↩︎
  9. NOFX, Alulis, J (2016) Op. cit. (p. 24)
    ↩︎
  10. Breton, A. (1929) Segundo manifiesto del surrealismo
    ↩︎
  11. datagoon (2010) Cokie the Clown at SXSW 2010 (min. 34.56). Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=CrPw_BtX36M ↩︎
  12. NOFX, Alulis, J (2016) Op. cit. (p. 353) ↩︎
  13. NOFX, Alulis, J (2016) Op. cit. (p. 353)
    ↩︎
  14. RoffMan, M. (2010) Idiot NOFX singer banned from Emo’s Annex. Consequence. Disponible en https://consequence.net/2010/03/idiot-nofx-singer-banned-from-emos-annex/
    ↩︎
  15. Finn Mckenty (2023) FAT MIKE: Punk Rock Museum, NOFX breaking up, Hayley Williams & more (min. 37:00). Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=vj1phlK8n5Q
    ↩︎
  16. Finn Mckenty (2023) Op. cit. (min. 51:41)
    ↩︎
  17. Finn Mckenty (2023) Op. cit. (min. 51:00)
    ↩︎
  18. “Catherine McKinnon does exist
    She likes to call herself a ‘feminist’
    A crusader who fights the pay’
    But what she really hates is sex, erotic images oppress
    And debase women as a whole.
    Simple solutions created by black and white thinking
    To bad the world don’t work that way
    Catherine should get busy porkin’
    That dolt Andrea Dworkin
    I think they need a good hard fuck
    But she may be off her back but she needs to get off ours”
    (The Black and White, 1995)
    ↩︎
  19. “Could it be semantics generating the mess we’re in?
    I understand that language breeds stereotype
    but what’s the explanation for the malice, for the spite?
    Don’t call me white
    I ain’t a part of no conspiracy, I’m just your average Joe
    So go ahead and label me an asshole ’cause I can
    accept responsibility for what I’ve done but not for who I am”
    (Don’t call me white, 1994)
    ↩︎
  20. Finn Mckenty (2023) Op. cit. (min. 10:20) ↩︎
  21. Finn Mckenty (2023) Op. cit. (min. 53:20) ↩︎
  22. Finn Mckenty (2023) Op. cit. (min. 10:20)
    ↩︎
  23. NOFX, Alulis, J (2016) Op. cit. (p. 329) ↩︎
Anónimo García
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