Para Alex, Batรกn, Jaimito, Javo, Juan, Lety, Marco y Rosario, conductores en la autopista al cielo.
El 8 de noviembre, Led Zeppelin IV cumple medio siglo. El รกlbum sin nombre, el de los cuatro sรญmbolos, el de la portada con el cuadro del viejito que carga unas varas colgado en la pared descarapelada. Cerebro, fundador y estratega de Led Zeppelin, el guitarrista Jimmy Page quiso que a su banda se le tomara en serio. Para ello propuso un รกlbum que desde el empaque โun aspecto prehistรณrico e irrelevante para la generaciรณn de las descargas y las plataformas digitalesโ no mostrara signos explรญcitos del grupo que lo habรญa concebido. Lo logrรณ. La historia asรญ lo confirma.
Aprovecho, pues, este aniversario para examinar el sitio del cuarteto inglรฉs en los anales del rock, sin dejar de valorar los detalles de esta grabaciรณn, brillante amalgama del sonido zeppelinesco. Opto por repasar a vuelo de pรกjaro algunos mitos, leyendas y realidades de una agrupaciรณn bautizada por Keith Moon y John Entwistle, base rรญtmica de The Who. Que no se engaรฑen los fans ni los entusiastas hagiรณgrafos empeรฑados en limpiar la imagen de una banda esencialmente sucia. Las tropelรญas sexuales del Zepelรญn de Plomo en sus primeras giras por Estados Unidos, a fines de los 60, no fueron invenciรณn de amarillistas ni persignados. El ya clรกsico Hammer of the gods (Ballantine, 1986), de Stephen Davis, da cuenta minuciosa de ellas, y no son pocos los periodistas que las corroboraron. En la era del #MeToo, Led Zeppelin difรญcilmente hubiera levantado el vuelo, derribado por crisis reputacionales y hecho cenizas en la hoguera de los trending topics. Hasta la reportera Ellen Sander, quien los acompaรฑรณ en la segunda gira de la banda por Estados Unidos, en 1969, fue agredida. En Trips. Rock life in the sixties (Dover, 2019) remata asรญ su experiencia: โSi caminas dentro de las jaulas del zoolรณgico puedes ver de cerca a los animales, acariciar las pieles cautivas y mezclarte con la energรญa detrรกs de la mรญstica. Tambiรฉn puedes oler la mierda de primera mano.โ
ยฟPlagiarios? Tambiรฉn lo fueron. Hurtaron del blues y el folk a diestra y siniestra, quizรกs escudados en aquello de โcanciรณn tradicionalโ o โdominio pรบblicoโ. El venerable Willie Dixon logrรณ un acuerdo fuera de tribunales por โWhola lotta loveโ. Estรก documentado que Page escuchรณ la versiรณn original de โDazed and confusedโ, de Jake Holmes, y luego desarrollรณ el cautivador, viajado y frenรฉtico tour de force sicodรฉlico de Led Zeppelin, que enriqueciรณ hasta hacerlo fundamental en el repertorio de la banda.
Page y Plant ganaron el pleito que interpusieron los herederos de Randy California, lรญder y guitarrista de Spirit, por el supuesto plagio a su pieza โTaurusโ. La he escuchado decenas de veces, es diminuta; digo que โStairway to heavenโ es mucho mรกs que la canciรณn de Spirit, pero tambiรฉn afirmo que estรก ahรญ, en los primeros acordes de la clรกsica de Zeppelin. ยฟPara quรฉ engaรฑarse? Tanto Page como Plant siguieron la escena californiana de fines de los 60. โTaurusโ es polvo de esa รฉpoca y atmรณsfera. El que tenga oรญdos, que oiga.
Guardemos el ocultismo y la magia negra para pรกrrafos adelante. No persigo un comentario revisionista para crucificar a unos mรบsicos consagrados, tildรกndolos de depredadores sexuales, plagiarios y satรกnicos. Apunto algunos hechos mรกs, antes de concentrarme en el รกlbum cumpleaรฑero. Puerquitos predilectos de la crรญtica rockera a fines de los 60 y principios de los 70 (Lester Bangs, Lenny Kaye y Robert Christgau los vapulearon en su oportunidad), ninguneados por mรกs de uno por su descarado cock rock โmachista, falocรฉntrico, libidinosoโ y por su bien armado business case, al paso de los lustros Led Zeppelin demostrรณ su estatura de banda reverenciada, poliรฉdrica, multifacรฉtica y versรกtil. Son ilustres exponentes del mejor hard rock y antecesores del metal, pero toda su discografรญa, y de manera notoria esta cuarta entrega, es un muestrario de influencias bluseras, folk, soft rock, rockโnโroll, rockabilly y de mรบsica india, por solo subrayar las mรกs notorias. En grabaciones posteriores se soltaron aรบn mรกs el chongo y se adentraron tambiรฉn por el reggae y el funk.
A la hora del estruendo, el Zeppelin siempre se la rifรณ, pero es evidente que cultivรณ muchos estados de รกnimo, sentimientos, texturas, sonidos e influencias culturales. El Led Zeppelin lascivo y caliente tambiรฉn logrรณ ser reflexivo, contemplativo y sensible. Banda de muchas caras que algunos se obstinaron en ver unidimensionalmente, calรณ hondo en el corazรณn de millones de adolescentes de ambos gรฉneros de todo el mundo, sin importar lo que escribiera la crรญtica, y rompiรณ los rรฉcords de asistencia de The Beatles en los Estados Unidos.
Muchos honramos al IV, llamรฉmosle asรญ para entendernos, como la quintaesencia de la obra zeppelinesca. En ella estรกn presentes todos los estilos musicales que cultivaron, sus influencias culturales y su variada actitud ante la vida. En la excitada โBlack dogโ, bautizada asรญ por un can que merodeaba por Headley Grange, la mรญtica casona en la campiรฑa inglesa donde se grabรณ el รกlbum (y que bandas como el Fleetwood Mac de Peter Green y Genesis utilizaron para ensayar), Page y Plant dan cuenta de su origen y corazรณn rocanroleros. La pieza remite claramente a โKeep a knockingโ de Little Richard.
โThe battle of Evermoreโ recicla las lecturas de historia escocesa y la mitologรญa celta que habita en la obra de J. R. R. Tolkien, ambas aficiones de Plant. Musicalmente, muestra a Page y a John Paul Jones incursionando en la mandolina. El Zeppelin que tiende a verse solo como un tiranosaurio de pesadez y testosterona aquรญ ostenta conocimiento, admiraciรณn y cultivo del folk inglรฉs. Alumnos informales de Roy Harper, Bert Jasch, The Incredible String Band y Fairport Convention, Page y Plant invitaron a Sandy Denny, una magnรญfica cantante de culto que se fue pronto y deberรญa ser mucho mรกs conocida fuera del mundo anglosajรณn y de las viejas generaciones.
El IV tiene lo que ninguna otra grabaciรณn de Zeppelin: ocho minutos de mรบsica con el tรญtulo โStairway to heavenโ. No sรฉ ustedes, pero yo no me he cansado de oรญrla; tampoco lo hago todos los dรญas, aunque me parece perenne. Ni se gasta ni se deslava; permanece vital, rica en misterio y significados. Esta es la parte del comentario en la que punks, post punks y todos los que siguen empiezan a mofarse y preparan sus dagas de sarcasmo. Tomo valor: la rola asciende, como si fuera escalera; transita de lo acรบstico a lo elรฉctrico. Se prende. La letra propone mรบltiples caminos. ยฟQuรฉ es? ยฟCrรญtica al materialismo? ยฟInvitaciรณn a la toma de conciencia? ยฟLlamado a elegir lado o rumbo? ยฟAceptaciรณn del cambio constante? En su radical apertura y ambigรผedad reside la resonancia de una de las canciones mรกs programadas en la historia de la radio: en su estimulante ensayo sobre el รกlbum, parte de la colecciรณn 33 1/3, Erik Davis recuerda que en 1991 Esquire publicรณ un cรกlculo: hasta entonces, habรญa sido tocada en las frecuencias el equivalente a 44 aรฑos seguidos. Sรบmele el lector el importe de otras dos dรฉcadas.
Yo tenรญa siete aรฑos cuando โEscalera al cieloโ saliรณ a la luz. Asumo que habรญa dejado atrรกs las rolas de Francisco Gabilondo Soler y โlapรญdenme si les hace sentir mejorโ quizรกs andarรญa en un random entre Beatles, Roberto Carlos y Mocedades. Empecรฉ a escuchar con atenciรณn a Led Zeppelin a los doce aรฑos, cuando ya habรญan publicado Presence, su sรฉptimo รกlbum. Ya eran leyenda viviente. Tambiรฉn habรญa visto The song remains the same varias veces en el cine Latino de Reforma. Desde entonces, no dejo de escuchar โEscalera al cieloโ. No sรฉ cuรกntas veces al aรฑo, pero mรกs de una, sin duda. Jimena, mi hija de 18 aรฑos, la tiene en su playlist. Podrรญa preguntarle a Simon Reynolds o a otro estudioso del rock su hipรณtesis sobre la vigencia del track. Me quedo con la de Jime: โMuchas de sus canciones son mรกs fuertes y รฉsta es mรกs tranquila, al menos al principio. Me gusta su tono, no dirรญa que romรกntico, pero sรญ mรกs reflexivo. Ademรกs, narra una historia que me hace imaginar muchas cosas.โ
โMisty Mountain hopโ es otra canciรณn de clara inspiraciรณn tolkieniana. El autor de El hobbit y El seรฑor de los anillos menciona a las Misty Mountains en ambos libros. Niรฑo flor, hippie de Birmingham aรฑorante de la California contracultural, Plant siempre tratรณ de hacerle campo en sus letras a la fantasรญa, la algarabรญa, la concordia y la buena onda.
โFour sticksโ es de mis rolas favoritas del Zepp: un remolino polirrรญtmico para jugar al hulla hoop con la cintura, pero sobre todo con la mente. El tรญtulo alude a la hazaรฑa del malogrado John โBonzoโ Bonham al tocarla con cuatro baquetas. Composiciรณn ambiciosa, experimental, con un riff que, una vez inoculado, es difรญcil combatir y erradicar. No sorprende que, por su complejidad, solo la hayan tocado una vez en vivo, de acuerdo con los meticulosos historiadores galos Jean-Michel Guesdon y Philippe Margotin, autores de Led Zeppelin. All the songs (Black Dog & Leventhal Publishers, 2018): fue en Copenhagen, el 3 de mayo de 1971. Las guitarras de seis y doce cuerdas de Page tambiรฉn muestran una lograda asimilaciรณn de la mรบsica india.
De la variada tesitura y gustos de Page y Plant da cuenta โGoing to Californiaโ. Homenaje a Joni Mitchell, de quien ambos mรบsicos se declararon fans, tambiรฉn es un acercamiento a toda la escena del Caรฑรณn de Topanga, en Los รngeles, en donde Mitchel, Neil Young y Crosby, Stills y Nash lograron brebajes mรกs intimistas y confesionales, disminuyendo a veces el volumen.
โWhen the levee breaksโ es un blues pesado con el sello Led Zeppelin; hipnรณtico, machacรณn, casi inductorio al trance. La rola retoma la inundaciรณn que en 1927 azotรณ a varios estados sureรฑos de la Uniรณn Americana. Los cuatro integrantes le conceden coautorรญa a Memphis Minnie, blusera afroamericana; acaso habrรกn deseado conjurar mรกs pleitos legales.
Mรบsico de sesiรณn desde la pubertad y arquitecto fundamental de Led Zeppelin โsรบmese la mano dura del manager Peter Grantโ, Jimmy Page es, en sรญ mismo, materia de incesante especulaciรณn y leyenda. Como seguidor del ocultista Aleister Crowley โal grado de comprar Boleskine House, que fuera su casa a orillas del Lago Ness, y patrocinar una librerรญa, Equinox, que vendรญa sus textosโ, a Page se le responsabiliza por los vรญnculos de Led Zeppelin con la magia negra. En los 70 se afirmaba que habรญa mensajes ocultos en algunos discos de rock, y en รฉste, en particular. En su libro Fallen Angel, que hoy se consigue en Amazon por no menos de cinco mil pesos, Thomas W. Friend, ex fan de la banda y adicto rehabilitado, afirma que los mensajes son explรญcitos e implรญcitos. Arriesga toda una historia de la banda a partir de una discutible exรฉgesis del IV.
Confieso que a veces, ya de noche y mi edificio en silencio, he girado mi acetato al revรฉs. Aguzo el oรญdo. No detecto loas al chamuco ni mensaje que me invite a militar en el movimiento de Luzbel. Luego pongo el disco al derecho. Escucho una obra bien producida; el cuarto รกlbum con cuatro sรญmbolos que remiten a los cuatro elementos (tierra, aire, fuego y agua) con cuatro canciones por cada lado del vinilo. And it makes me wonderโฆ
Ernesto Flores Vega (Huichapan, Hgo., 1964) es un melรณmano eclรฉctico. Ha ejercido el periodismo y la comunicaciรณn corporativa.