Herida, temerosa
la Sinagoga abre sus puertas
al perdón,
al extraño,
al caminante.
Solo esto queda del populoso Ghetto:
el mínimo recinto,
el candelabro,
y el precario Minyán
que reza
el melodioso rito.
Por las grietas abiertas de otro sismo
llega un lamento de Sefarad.
La procesión de rollos coronados
rodea al mundo
en solo cinco pasos.
El naufragio del tiempo es inclemente
pero ellos se aferran al Arca de la Alianza:
unos cobijan con sus mantos a sus hijos
otros invocan por sus nombres a sus padres.
Micòl, Alberto, don Ermanno, Giorgio
se fueron del jardín un día:
unos por fuego,
otros por mar
todos a destiempo,
y todos regresan:
pues mañana y ayer son hoy y siempre.
Este poema aparece en el libro Spinoza en el Parque México (Tusquets, 2022.)