Por las noches voy cada vez más sola en este cuerpo.
Cuántas memorias lleva sin saberlo,
ya son sólo agua y sueño.
Al dormir soy una embarcación
que ahora va más ligera
y quizá libre al fin de grandes pesadumbres.
Pero ahora cada mañana arriba entre la niebla
y se aferra a su muelle hasta que aclara.
Ya no me reconoce como antes
rápido después de su llegada,
se sigue en los caminos de mi mente
sin distinguir entre su navegar y mi estadía
en este mismo puerto.
Esos caminos que emprende por la noche
me parecen nuevos como cuando era niña.
Van de regreso por todo lo que fui y no miré,
son mi odisea y a veces me dan miedo.
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