La democracia vaciada

Desde su instalaciรณn en el gobierno, Pedro Sรกnchez ha desarrollado una estrategia polรญtica cuyo objetivo fundamental ha sido su mantenimiento a toda costa en el poder.
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Todo polรญtico que se presenta a unas elecciones, lo hace con la esperanza de ganarlas, pero en los รบltimos tiempos abundan los que no estรกn dispuestos a perderlas. Con distintos grados de intensidad, Donald Trump, Tayep Erdogan y Pedro Sรกnchez son ejemplo de ello. Al dรญa siguiente de la derrota socialista en las elecciones municipales y autonรณmicas, el presidente reuniรณ a los diputados salientes de su partido para comunicarles la noticia de que habรญa decidido la inmediata convocatoria de las generales. Se presentรณ como lo hiciera horas un Erdogan inesperadamente victorioso, con la mano derecha puesta sobre el corazรณn. No era preciso analizar quรฉ habรญa pasado, quรฉ errores se habรญan cometido, para llegar al desastre electoral. Solo hacรญa falta activar de inmediato el mecanismo de la revancha, disolviendo las Cortes sin preocuparse por el ritual dispuesto en el artรญculo 115 de la Constituciรณn y fijar una fecha favorable, cuando las vacaciones de verano pueden generar una diferencial positiva de participaciรณn para el voto de izquierda. Y puesto a ello el PSOE no tiene que detenerse a pensar; solo movilizarse a las รณrdenes de Pedro Sรกnchez para el combate en las urnas con el enemigo.

Hasta hoy, con los ejemplos vivos de Putin, Xi Jinping o el propio Erdogan, a partir de la agonรญa de la repรบblica en Roma, pasando por las ciudades-Estado de la Italia medieval, la voluntad lograda de perpetuaciรณn en el poder ha llevado siempre a la destrucciรณn de la democracia (en el caso chino citado, de la colegialidad en la direcciรณn). Es un proceso activado siempre desde una iniciativa individual, y que por ello resullta susceptible de ser frenado en un marco democrรกtico. El problema se plantea cuando el aspirante a la continuidad indefinida de su mando encuentra los instrumentos para vulnerar los lรญmites temporales legalmente establecidos para el ejercicio del cargo.  Ello puede ser logrado, bien mediante una reforma legal, casos recientes de Chรกvez o Putin, bien generando una relaciรณn asimรฉtrica que coloca en inferioridad manifiesta a la oposiciรณn a la hora de competir en las elecciones. Tal ha sido el mรฉtodo Erdogan en Turquรญa: plena disposiciรณn en los medios pรบblicos para su propaganda, solo treinta minutos concedidos en la TV de Estado a su competidor en la carrera por la presidencia.

El pluralismo polรญtico vigente hace de momento inviable una pretensiรณn similar en Espaรฑa, pero la orientaciรณn en ese sentido es clara. Desde su instalaciรณn en el gobierno, y de modo particular desde la formaciรณn del gobierno de coaliciรณn con Podemos, con el aliciente de las grandes dificultades suscitadas por el Covid, Pedro Sรกnchez desarrollรณ una estrategia polรญtica cuyo objetivo fundamental fue su mantenimiento a toda costa en el poder. A ese fin ha ido sometiendo uno tras otro todos los mecanismos del sistema polรญtico, incluido su propio partido, a un riguroso ajuste, de manera que sin tocar la normativa constitucional, se trasformen en instrumentos eficaces de su mando. Asรญ, en el Congreso del partido, de octubre de 2021, el PSOE es definido como un โ€œpartido de militantesโ€ que con disciplina siguen las directrices de su secretario general. Todo pluralismo es eliminado. Es la consigna de โ€œunidadโ€ por encima de todo lo que preside la actual campaรฑa.

La justificaciรณn de esa exigencia reside en el dualismo radical con que contempla las relaciones polรญticas. El patrรณn definido en la primera etapa del covid, con el refuerzo de Podemos, se mantiene hasta hoy. El gobierno encarna el progresismo, los intereses de โ€œla genteโ€, de โ€œlas clases medias y trabajadorasโ€; la derecha, pronto โ€œextrema derechaโ€ del PP (luego hermanado con Vox a efectos de descalificaciรณn), los intereses minoritarios de los econรณmicamente poderosos que impulsan la reacciรณn. Pobres contra ricos. La fรณrmula era y es, con ligeras variantes, de aplicaciรณn universal, tanto al cuestionamiento de la polรญtica anti-covid como a las medidas econรณmicas o a la polรญtica internacional. Por mucho tiempo, Pablo Iglesias con sus tesis sobre โ€œlas cloacasโ€ fue aquรญ un eficaz refuerzo de Sรกnchez. Solo en el interior del gobierno habita la verdad, y como el covid desapareciรณ por fin, el รฉxito de su actuaciรณn se da por descontado.  Para ello hace falta olvidar el temerario mantenimiento de la convocatoria del 8-M en 2020, los informes borrados de Fernando Simรณn para los primeros dรญas, las mascarillas innecesarias cuando no las habรญa, la descentralizaciรณn prematura de la gestiรณn, la comisiรณn de expertos a la francesa que nunca existiรณ, la adquisiciones catastrรณficas, y sobre todo el ataque a fondo contra el intento de investigaciรณn de una jueza, la cual acabรณ cediendo, mientras el alto oficial de la Guardia Civil que realizรณ la investigaciรณn sin someterse al gobierno, lo pagรณ con su carrera profesional. Fue el momento en que el diario de mayor prestigio asumiรณ abiertamente el papel de vocero de Sรกnchez y Marlaska.

La realidad era sustituida por la visiรณn gubernamental de la realidad segรบn sus intereses.  A partir de aquรญ fue emprendido el proceso de sometimiento de las instituciones, empezando por las claves del sistema polรญtico democrรกtico, de acuerdo con un alegalismo manifiesto. El Congreso se convirtiรณ en la cรกmara de registro de la elaboraciรณn legislativa mediante el recurso permanente a los decretos-leyes. Acentuando una situaciรณn ya implantada por el PP, el fiscal general del Estado pasรณ a actuar como simple mandadero de las instrucciones del gobierno, y solo la resistencia corporativa de la derecha judicial, llegando al incumplimiento radical de las normas de renovaciรณn, impidiรณ que hasta ahora se consumase la sumisiรณn del tercer poder al ejecutivo.

Sรกnchez tiene la virtud de ser implacable en el cumplimiento de sus designios de control absoluto de todo el aparato de Estado, con los jueces convertidos, no ya en leones bajo el trono, como pidiera el rey absolutista Jacobo I de Inglaterra, sino mastines bajo el poder, del mismo modo que una televisiรณn pรบblica y de una prensa que de la orientaciรณn favorable al PSOE pasan a la militancia abierta al servicio del Estado y contra la oposiciรณn.

Conviene recordar que en el perรญodo de gestiรณn del PP por Pablo Casado, su visiรณn apocalรญptica del sistema polรญtico se ajustaba a la perfecciรณn a la estrategia de Sรกnchez, pero de nada sirviรณ el paso a posiciones mรกs matizadas. De nada sirviรณ que el PP hiciera posible que Sรกnchez enmendara el bodrio del “sรญ es sรญ”: el encubrimiento llegรณ hasta una informaciรณn nocturna del voto en TVE, mientras se mantuvieron intactos los ataques a los conservadores por ser enemigos de la mujer. Vuelven las dos Espaรฑas, solo que ahora la autรฉntica Espaรฑa es la capitaneada por Sรกnchez, y la conservadora es la Antiespaรฑa. De ahรญ la pertinencia de una Ley de Memoria Democrรกtica que devuelve las cosas, invirtiรฉndolas, al dualismo del 36. Y como lo que no conviene a Sรกnchez no existe, la supuesta memoria democrรกtica salta hasta la Repรบblica y la Guerra Civil, e ignora el asalto que para la transiciรณn representรณ el terrorismo de ETA. Fue y es la manipulaciรณn de la historia, puesta al servicio de una estrategia de la tensiรณn.

Todo se subordina al fin principal de la primacรญa de Sรกnchez, que para sobrevivir necesita los votos de aquellas formaciones como ERC y Bildu cuya finalidad es precisamente la destrucciรณn del orden constitucional y de la propia Espaรฑa. El fraude polรญtico llega al extremo de que en el programa electoral del PSOE para estas elecciones, el problema catalรกn simplemente no existe. El terror de ETA tampoco existe y solo reaccionarios impresentables, como los demรณcratas que lo sufrieron y los โ€œpopularesโ€ se atreven a evocarlo, siendo descalificados violentamente de modo inmediato

Tampoco existen el problema de las difรญciles relaciones internacionales con Marruecos, y el drama costoso del abandono de la solidaridad con el Sahara. El objetivo de Pedro Sรกnchez no es someter a discusiรณn y explicaciรณn los aspectos mรกs complejos y representativos de su polรญtica, sino exhibir su permanente acierto y destruir a la derecha. El contenido de la democracia resulta asรญ totalmente vaciado en su campaรฑa electoral, reducida a un plebiscito en torno a su persona.

La situaciรณn es tanto mรกs grave cuanto que a medio plazo, los problemas planteados por independentistas catalanes y vascos se han aplacado, pero a costa de un aplazamiento que incluye, en el caso catalรกn, el desarme total del Estado frente a una nueva declaraciรณn unilateral de independencia, y en el caso vasco, un aval a los herederos de ETA que les convierte en el primer partido de un Paรญs Vasco ahora bajo total hegemonรญa nacionalista. Y en la vertiente opuesta, que como fruto de la insistencia en el regreso simbรณlico al 36, el neofranquismo se presenta con Vox convertido en una fuerza ascendente, imitadora de la vocaciรณn posfascista de Giorgia Meloni en Italia, y con posibilidades reales de entrar en un gobierno Feijรณo. La experiencia de las alianzas despuรฉs de mayo asรญ lo indica, y entonces sรญ que el regreso a los valores predemocrรกticos serรญa inevitable.  No podรญa ser menos elevado el precio de un progresismo simplificador y maniqueo, sometido a unos intereses estrictamente personales. Por una parte, la confirmaciรณn electoral de Pedro Sรกnchez el 23J supondrรญa tambiรฉn la de su sultanismo, mรกs que caudillismo, el control absoluto de los tres poderes en su mano, con una clara deriva populista en el plano econรณmico; su derrota, con el ascenso de Vox a รกreas de gobierno, un regreso cultural al pasado y una insoportable agudizaciรณn de las tensiones polรญticas y sociales, impulsadas a modo de rรฉplica desde la extrema izquierda. No se trata, pues, de elegir entre dos proyectos de paรญs, sino de un lado entre la organizaciรณn de la convivencia, que en buena lรณgica y de manera improbable debieran asumir los dos grandes partidos, y de otro, un camino de destrucciรณn que afectarรญa al propio Estado.

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Antonio Elorza es ensayista, historiador y catedrรกtico de Ciencia Polรญtica de la Universidad Complutense de Madrid. Su libro mรกs reciente es 'Un juego de tronos castizo. Godoy y Napoleรณn: una agรณnica lucha por el poder' (Alianza Editorial, 2023).


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