2013

Un balance del año que terminó y el análisis de los escenarios por venir. 
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Hacer balances del año que se va y trazar escenarios del que se anuncia, es una actividad muy socorrida en los últimos días de diciembre. Los recuentos y las profecías –así como los buenos propósitos– se elaboran como si realmente las últimas campanadas de las doce que dan paso a un nuevo año marcaran una frontera que detuviera el rumbo de los hechos y los encauzara por uno nuevo. Eso nunca sucede, ni siquiera con el fin de un Baktún maya: la historia sigue su curso sin hacer caso de nuestra versión del tiempo. Por ello, trazar escenarios a corto plazo no es una tarea tan difícil. ¿Cómo será el 2013?

2012 se encargó de poner los cimientos de los años por venir en diversas regiones y países del planeta. En Asia, China y Japón vivieron relevos de mando. Previsiblemente, el liderazgo colegiado chino seguirá gobernando bajo el mismo esquema dual que se consolidó en 1989, después de la masacre de Tiananmen: un sistema económico abierto y pujante, (que dicen los profetas largoplacistas se convertirá en 7 años en la economía más grande del mundo), y una estructura de poder de partido único,autoritaria y represora. Los modos de gobernar chinos transitarán por el 2013 sin mayores sobresaltos. No así la relación entre Beijing y Tokio. El electorado japonés  le dio una nueva oportunidad a Shinzo Abe, del dinosaúrico PLD. Un político ultranacionalista, que no resolverá la deflación nipona si no desregula la economía y aplica otras reformas profundas, pero puede elevar la temperatura de la guerra tibia que escenifican China y Japón alrededor de un pequeño grupo de islas en disputa: las Diaoyu o Senkaku.

En el Medio Oriente no habrá nada nuevo: los conflictos se multiplicarán en los meses por venir. El presidente sirio Bashar al-Assad, difícilmente se mantendrá en el poder doce meses más. Si la oposición triunfa, la caída de Assad abrirá un período de enfrentamientos entre los muchos grupos étnicos y religiosos que conforman Siria que podría desmembrar al país o llevar a otro partido islámico al poder. Pero tendría también el efecto benéfico de debilitar a Jizbolá –el grupo islámico que se ha convertido en un Estado dentro del Estado libanés– y a su principal patrocinador: Irán. En Egipto continuará el estira y afloja entre la Hermandad Musulmana que encabeza el gobierno y quienes quieren una democracia moderna. Ésta seguirá siendo una meta distante, mientras la oposición no se organice y construya un partido político que pueda contender con la Hermandad. Mientras, y durante todo 2013, la economía egipcia seguirá su camino al despeñadero.

Pierda toda esperanza quién sueñe con una solución al conflicto palestino israelí en el 2013. La coalición de ultra derecha que encabeza Netanyahu será reelecta en unas semanas y mientras Benjamín Netanyahu esté en el poder, no habrá negociaciones de paz con los palestinos. También deben abandonar cualquier asomo de optimismo, quienes esperen la democratización de Rusia o la solución de los problemas económicos de la Unión Europea en el próximo año.

Lo que suceda en Asia sólo nos afectará directamente si un conflicto entre China y Japón desacelera el crecimiento chino; los acontecimientos del Medio Oriente, solamente si disparan el precio del petróleo. Lo que pase en América Latina tendrá una repercusión económica y política más directa en México. Al parecer, de los famosos BRIC, sólo se mantendrá la C (de China) en el 2013. Brasil crecerá apenas a una tasa de 1%, lo que abre oportunidades para México. Su problema no radica en el ámbito de la macro, sino de la microeconomía. Hasta Petrobrás, responsable del 10% de la economía brasileña, está teniendo pérdidas como resultado de leyes locales y la fijación irracional de precios. Todo ello arroja también lecciones para nuestro país.

Sin embargo, a fin de cuentas, en el contexto internacional, lo más importante para México será el avance o retroceso de los Estados Unidos en 2013. Hasta antes de la negociaciones de estos días al borde del llamado “abismo fiscal”, los pronósticos políticos y económicos de Estados Unidos eran positivos para nosotros: la reelección de Obama nos libró de Mitt Romney; la fuerza electoral de los hispanos augura la aprobación de una ley migratoria y la terrible masacre reciente de niños en Newtown, restricciones a la venta de armas que le han dado un poder inmenso a cárteles y delincuentes en México. En el tercer trimestre de 2012 la economía norteamericana creció más de lo previsto: 3.1%.  Esperemos que los republicanos aterricen en la realidad y hagan posible un acuerdo sobre impuestos y gastos en Washington que promueva el crecimiento económico del que depende un alto porcentaje de nuestras exportaciones.

Peña Nieto inició su sexenio enviando al Legislativo un paquete indispensable de reformas. Esperemos que las inevitables protestas de los grupos de poder que verán afectados sus intereses, no obstaculicen la restauración de una política exterior de alto perfil que nos permita aprovechar las oportunidades que se abran en el mundo en el 2013. ¡Feliz año nuevo! 

 

(Publicado previamente en el periódico Reforma)

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Estudió Historia del Arte en la UIA y Relaciones Internacionales y Ciencia Política en El Colegio de México y la Universidad de Oxford, Inglaterra.


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