La lluvia es vista como una bendiciรณn desde los tiempos prehispรกnicos. Los ruegos (a Chaac los mayas, a Pitao Cocijo los zapotecas, a Tlรกloc los aztecas), asรญ como las obras hidrรกulicas, empezaron entonces.
Las mรกs antiguas son mayas y zapotecas. Construyeron pilas de 80 x 60 metros y 10 de alto para captar agua de lluvia. Canales para desviar escurrimientos y guardarlos en cisternas.
El agua ha sido y sigue siendo el mayor problema fรญsico de Mรฉxico. Las regiones desรฉrticas del Norte, donde casi no llueve (50 milรญmetros al aรฑo frente a 1,500 en el Sureste). Las inundaciones de la capital.
Gran parte de la lluvia se evapora (72%), causa daรฑos o se va al mar desperdiciada. Pero una parte cada vez mayor se aprovecha.
Las presas reducen los desbordamientos fluviales, guardan el agua para cuando se ofrezca, regulan las descargas para riego y generan electricidad. Construir presas medianas y pequeรฑas resulta mรกs flexible y econรณmico que una presa gigante.
El celebrado “desarrollo estabilizador” (6% de crecimiento anual con 3% de inflaciรณn) de 1958 a 1970 fue precedido por un desarrollo hidrรกulico extraordinario. De 1940 a 1958, la superficie de riego se octuplicรณ.
A pesar de lo cual, el 70% del agua que se consume es de pozos cada vez mรกs profundos (hasta 400 metros), no de obras hidrรกulicas. El crecimiento de la poblaciรณn (de 14 millones en 1921 a 127 hoy) empeorรณ la extracciรณn.
En el subsuelo existen 653 acuรญferos que almacenan lluvias filtradas. Abusar de esa ventaja es fรกcil y peligroso, si la recarga natural por la lluvia no da abasto a la extracciรณn. Los acuรญferos requieren monitoreo constante y recarga artificial.
La mitad del agua residual llega a plantas de tratamiento. En Alemania, casi toda. Las plantas producen agua limpia, biogรกs industrial y abono agrรญcola.
Hay que separar el drenaje pluvial (inyectable a los acuรญferos) del drenaje de aguas negras (que requieren tratamiento).
Los grandes colectores pluviales y el drenaje profundo evitan inundaciones. Casi no deberรญa salir agua de las ciudades al mar.
De los hogares conectados a redes, sรณlo una quinta parte recibe agua a todas horas, todos los dรญas. Y millones no estรกn conectados. Se abastecen con pipas y colectores de lluvia caseros, todavรญa pocos; aunque las partes para hacerlos se consiguen y las instrucciones estรกn en YouTube.
El consumo de agua en las ciudades es mรกs de lo que parece. Sumando el agua agropecuaria para el trigo y la ganaderรญa, producir una hamburguesa requiere unos 2,000 litros de agua.
En la Ciudad de Mรฉxico, la consecuencia de la extracciรณn ha sido el hundimiento paulatino del suelo: entre 2 y 40 centรญmetros por aรฑo, segรบn las zonas. La extracciรณn produce oquedades subterrรกneas (al perder agua, la arcilla se contrae); grietas en el suelo (por las diferencias de hundimiento) y daรฑos a las vetustas tuberรญas de agua (13,244 kms) y drenaje (13,994 kms), que pierden el 40% del agua ya potabilizada, en fugas.
Las fugas pueden ser advertidas con sensores, sin esperar a que el derrame sea visible. La reparaciรณn debe aprovecharse para instalar ductos nuevos.
Un 30% del agua surtida no se mide. Hay que medirla y cobrarla a un precio que refleje el costo de obtenerla y surtirla. En la Ciudad de Mรฉxico, hay que aรฑadir el costo del colapso que se avecina por el hundimiento.
En vez de esto, ยกse subsidia! Consta en los recibos. Por ejemplo: usted deberรญa pagar $3,052. Subsidio: $840. Paga $2,212. Hay que reducir el subsidio a cero.
Los consumidores intensivos: embotelladoras (de agua purificada, refrescos, cerveza), minas, fรกbricas de papel, deberรญan pagar un sobreprecio o mudarse a donde abunda el agua.
El nuevo rรฉgimen de precios debe entrar en vigor gradualmente, pero ser anunciado con aรฑos de anticipaciรณn, para dar tiempo a los ajustes, innovaciones ahorradoras de agua o mudanza.
Hacen falta innovaciones para desalinizar el agua de mar a un costo mรกs cercano al de aprovechar la lluvia.
Hay que innovar para captar mรกs lluvia, conservarla, reducir las fugas, usar menos agua, reciclarla y subir el precio.
Esto requiere dรฉcadas, no aรฑos. Lo cual, desgraciadamente, rebasa el horizonte de los polรญticos (2021 o 2024).
Peor aรบn: los desastres paulatinos son invisibles. No salen en televisiรณn hasta que es demasiado tarde.
Publicado en Reforma el 30/VIII/20.
(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.