Fue la mayor victoria electoral de la derecha desde el fin de la dictadura. El excapitán del ejército Jair Bolsonaro recibió casi 50 millones de votos y se quedó a un poco más de un João Amoêdo y medio de ser electo presidente de la república en la primera vuelta. Su partido, el Partido Social Liberal, del cual fue electo un diputado federal hace apenas cuatro años, consiguió la segunda mayor bancada de la Cámara, con 52 curules. Entre ellas, la de Eduardo Bolsonaro, su hijo, el legislado más votado de Brasil, electo con 1.8 millón de sufragios. Solamente obtuvo menos votos que los emitidos en favor de Janaína Paschoal, también del PSL, la diputada estatal más votada en la historia brasileña, con 2 millones de votos.
El PSL logró que fueran electos, además, cuatro senadores y llevó a sus candidatos en tres disputas por gubernaturas a la segunda vuelta. Sin embargo, el partido de Bolsonaro no fue el único que surfeó sobre el tsunami conservador. Su antiguo partido, el Partido Social Cristiano, tuvo al candidato a gobernador más votado, en el tercer mayor colegio electoral brasileño: Wilson Witzel recibió 41% de los votos en Río. El juez cuadriplicó a sus votantes en una semana, después de presentarse ante el electorado de Bolsonaro como el candidato de este en Río. En Minas Gerais, el segundo mayor colegio electoral, una única frase, dicha por el candidato a gobernador del Partido Novo, Romeu Zemo, al final del debate organizado por Globo, llamando a votar por Bolsonaro hizo que el empresario saliera de las intenciones de voto de un solo dígito para alcanzar el primer lugar de la primera vuelta, con 43% de los votos.
En el extremo opuesto, los mayores perdedores de la elección fueron los partidos que condujeron en las urnas a la redemocratización de Brasil. El Movimiento Democrático Brasileño descendió a su peldaño más bajo en la Cámara desde el fin de la dictadura. Las 65 curules que conquistó en 2014 se volvieron 34. De ser la segunda mayor bancada, pasó a la cuarta. Ningún otro partido perdió tantos diputados como el MDB.
El Partido de la Social Democracia Brasileña, una defección emedebista originada por la corrupción que dominó al entonces PMDB, tuvo el mismo destino que el partido de donde surgió. De los 54 diputados electos cuatro años atrás, los tucanos se quedaron con un poco más de la mitad. Pagaron el precio de los reinados de quien fuera presidente nacional del partido, Aécio Neves, con la pérdida de 25 curules en la cámara. Paradójicamente, Aécio consiguió quedarse con una de ellas para sí.
Salvación democrática
Los resultados de la primera vuelta señalan un viraje conservador nunca antes visto. Y fue ese el tsunami de derecha que dominó los debates del Foro de Teresina, videocast transmitido en vivo, el domingo, día de las elecciones, con periodistas y especialistas en política. “Se acabó la República de lo Real”, afirmó el filósofo político Marcos Nobres, para quien “es muy sobrecogedora la movilización de masas de tipo autoritaria en la base de la sociedad brasileña”, como lo que está ocurriendo.
La inclinación autoritaria de Jair Bolsonaro también preocupa al politólogo César Benjamin.”Temo que su gobierno sea peor que el gobierno militar”, dijo. “De su lado hay una movilización de grupos, de masas, que el régimen militar no tenía. Una vez llegue a la presidencia, un hacendado de Pará puede entender que el mensaje es que es hora de soltar a los pistoleros; un policía que participa en un grupo de exterminio, que es hora de ir más lejos.” Para él, está ocurriendo un reacomodo completo del sistema político-partidario del país. “El sistema vigente desde los años ochenta, especialmente desde la Constitución de 1988 ya no existe más.”
En opinión de Nobre, Fernando Haddad solo conseguirá ganarle a Bolsonaro si logra convencer a los electores que hará un gobierno radicalmente diferentes a los del PT. “El problema no es ganar o perder la elección”, dijo. “Haddad necesita asumir que él es el candidato. ¿Acaso su candidatura puede transformarse en algo como un gobierno de salvación democrática nacional? Eso va a ser la cuestión en esta elección.” Para el filósofo político, eso implica que Haddad se vuelque al papel que necesitaría ejercer, llevando al PT a proponer un gobierno amplio en favor de la democracia.
Volteretas
“Esta elección es la más impresionante de la historia brasileña”, afirmó el politólogo Jairo Nicolau. Para él, la sorpresa no se limita a la votación entusiasta del capitán en retiro. También se manifestó sobre el hecho de que tal votación reverberó en las elecciones para gobernadores y para el Congreso. “En estados como Río de Janeiro y San Pablo, el PSL va a tener una bancada mayor que la del PT, PSDB y MDB. Varios candidatos bolsoneristas llegaron delante de nombres tradicionales de la elite política.”
Nicolau no ve paralelos entres este fenómeno y otro momentos de la historia brasileña, como las elecciones de 1990 que ocurrieron meses después de que Fernando Collor de Mello asumiera la presidencia. En aquella época, su partido, el PRN, no logró conquistar muchas curules en la Cámara. “Collor no transfirió su prestigio de la presidencia al partido”, concluyó el investigador.
Durante el Foro de Teresina, la politóloga y columnista de piauí, Ana Carolina Evangelista definió el éxito de los aliados de Bolsonaro como una avalancha. “El PSL prácticamente no existía y ahora llega con una gran bancada.” Cree que el movimiento debe llamar la atención de la prensa y la academia hacia el electorada del excapitán, patentemente aquella parte que sigue a las religiones neopentecostales. “Tenemos que mirar a los evangélicos más detalladamente y sin prejuicio.”
Similar a los politólogos, la especialista en estadística Márcia Cavallari también se sorprendió con las elecciones. CEO de Ibope Inteligência, dijó jamás haber visto tantas volteretas en un día de votación. “Trabajo en la empresa desde 1982, y esta es la elección más imprevisible en la que participé.”
Algunas variaciones en la contienda no habían sido captadas por Ibope u otros institutos en las encuestas divulgadas hasta el sábado. Fue el caso de los aliados de Bolsonaro que llegaron por delante en las disputas por los gobiernos de Río y de Minas –Wilson Witzel, del PSC, y Romeu Zema, del Partido Novo, respectivamente–. Las encuestadoras tampoco previeron la derrota de nombres considerados seguros para el Senado, por ejemplo Eduardo Suplicy (PT-SP) y Dilma Rousseff (PT-MG).
Según Cavallari, las volteretas no significan necesariamente que las encuestas estuvieran equivocadas. “Quedó muy claro que los electores primero escogieron a sus candidatos a la Presidencia y dejaron las decisiones sobre gobernador y senadores para un momento después”, explicó. Por eso, las volteretas en las urnas no fueron percibidas en las encuestas de salida.
Miniatura de Brasil
La transmisión en vivo del Foro de Teresina fue conducida por los periodistas Fernando de Barros e Silva, jefe de redacción, José Roberto de Toledo, editor, y Malu Gaspar, reportera [de la revista piauí]. Además de ellos, participó el director de la revista, João Moreira Salles, quien conversó con personajes de su reportaje sobre la vida política en Três Corações, al sur de Minas Gerais. La ciudad fue escogida después de una consulta hecha de piauí a Ibope sobre los municipios cuyo electorado se pareciera más al electorado brasileño como un todo. “Três Corações era la ciudad que encabezaba la lista de veinte municipios”, explicó Moreira Salles. “Además de eso, allí hubo, en 2013, una operación de la Policía Federal que embargó el PIB local. Eso desestabilizó a la ciudad, como [la operación] Lava-Jato desestabilizó a Brasil. También en ese sentido, Três Corações es un espejo estupendo de Brasil.”
En la ciudad mineira, Moreira Salles entrevistó a decenas de personas –desde autoridades a simples electores–, buscando entender, entre otras cuestiones, cómo los conflictos políticos locales reflejan los embates nacionales, e intentando descubrir, “si la democracia está o no está muerta” en Brasil. Conversaron con Moreira Salles y los demás conductores del videocast tres de esos personajes tricordiacos: el escritor y bloguero Renato Lelo de Brito y los estudiantes Luis Guilherme Miguel de Souza e Raquel Stéfani de Souza.
Lelo de Brito presentó su tesis de que la vida política en Três Corações, como en otras partes del país, todavía está en la prehistoria pues los políticos no saben manejar los instrumentos institucionales a su disposición en el ámbito municipal. Como no saben, recurren a astucias como compadrazgos y tráfico de favores. Si el político en cuestión avanza en su carrera, termina llevando esa informalidad y esa ignorancia de la vida institucional para el ejercicio de la políticas a niveles estatales.
Los estudiantes Luis Guilherme y Raquel Stéfani, ambos pobres y negros, pero con preferencias políticas opuestas, hablaron sobre sus opciones. “Veo en Bolsonaro a una persona de bien que puede disminuir los problemas en Brasil. Comulgo con algunas de sus ideas, con otras no, e no creo que sea una amenaza a la democracia”, explicó Guilherme. Raquel Stéfani contó cómo sus papás cambiaron de voto por Lula para Bolsonaro después del impulso de Lava Jato. “Ellos son de una época en que un político no era encarcelado; desde que comenzaron las aprehensiones se quedaron extremadamente decepcionados.” Eso la llevó a distanciarse de su propia familia: “Me da miedo Bolsonaro, porque lo que él dice me afecta directamente. Es una persona que no respeta las diferencias.”
Hiperhistoria
El politólogo Miguel Lago, columnista de piauí, dijo no estar de acuerdo con que el país estuviera en la prehistoria. Para él, Brasil es el primer país en entrar a la “hiperhistoria”, un tiempo en que las personas ya no distinguen la realidad de la virtualidad, lo verdadero de lo falso. Según Lago, el candidato está relacionado con una forma de populismo desarrollado por medio de las redes sociales, donde se forman vínculos sociales superficiales, pero se crean enemigos externos e internos comunes. “Él es prácticamente un youtuber”, dijo.
El fenómeno Bolsonaro, para el columnista, es una encarnación del espíritu de los tiempos. Como los gobiernos electos recientemente en Italia, Austria, Hungría y Polonia, el candidato del PSL “encarna una extrema derecha medio payasa, medio fascista, en un mundo que vive una crisis de representatividad”.
El sociólogo Marco Aurélio Ruediger, de la Fundación Getúlio Vargas, llamó la atención sobre la necesidad de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) amplíe la fiscalización de las fake news. “El TSE sabía que las fake news serían un punto importante en estas elecciones, pero faltó mayor articulación con la sociedad civil para mapear este tipo de cosas”, dijo. “Se vio un aluvión de fake news.”
“La estrategia del PT al final de la primera vuelta fue bastante extraña”, apuntó el periodista Rafael Cariello. “En vez de lanzar puentes políticos y económicos en dirección al centro, prefirió adoptar una postura aislacionista.” Para él, ese comportamiento dominante en la primera vuelta habrá de dificultar el movimiento de aproximación con el centro en la segunda vuelta.
El economista Fabio Giambiagi destacó que puede ser “horroroso” el debate entre los candidatos de la segunda vuelta. “Difícilmente será un debate propositivo. Habrá acusaciones mutuas y superficiales. Haddad ha normalmente escapado por la tangente, y Bolsonaro se va a dirigir al campamento de Ipiranga.”[1]
Mujeres y voto
La lingüista Branca Vianna dirigió el debate sobre el papel de las mujeres en las elecciones en el cual participaron la economista Lena Lavinas y Suellen Guariento, doctoranda en ciencias sociales. “Siempre me pareció muy extraño decir que “la mujer” vota así o asado” Pero mujer no es una masa informe, mujer es igual a hombre”, comentó Vianna. “Existe eso que llaman voto de la mujer? ¿Hay asuntos específicos que guían el voto femenino?”, preguntó.
También para Guariento no existe una mujer genérica e universal, y es preciso identificar de qué mujeres habla, pues cada grupo tiene demandas diferentes. Ella destacó que las mujeres negras de la periferia, por ejemplo, y esencial la creación de guarderías.
Para Lavinas, los partidos en disputa en esta elección no hicieron en general ningún esfuerzo para rescatar las cuestiones importantes para las mujeres. “No hubo ningún esfuerzo en el ámbito de los debates importantes para ellas. Varias cuestiones que el movimiento de mujeres abandera estuvieron fuera del debate electoral, como el de la violencia de género o los derechos reproductivos.”
Agradecemos la gentileza de la revista piauí. Artículo original.
Traducción de Julian Etienne
[1] Referencia al lugar donde se declaró la independencia de brasil y por extensión al nacionalismo