El sรกbado 29 de mayo, miles de personas en mรกs de 200 ciudades decidieron protestar contra el presidente Jair Bolsonaro. Fueron las mayores protestas callejeras desde el inicio de la pandemia; tambiรฉn la primera gran movilizaciรณn contra el presidente brasileรฑo desde su llegada al poder en 2019, y quizรก la mayor que ha visto el paรญs en aรฑos. El 19 de junio, dรญa en que la cifra de muertes por covid-19 alcanzรณ el medio millรณn, miles de personas salieron a las calles una vez mรกs para exigir la destituciรณn de Bolsonaro.
Mรกs de medio millรณn de muertos โpor los cuales el presidente es considerado el gran responsableโ, retrasos en la vacunaciรณn y una investigaciรณn parlamentaria sobre la forma en que el gobierno ha manejado la pandemia hicieron que el campo antibolsonarista despertara o, al menos, perdiera el miedo a salir a la calle.
Despuรฉs de dos grandes protestas monopolizada por la izquierda, sectores de la derecha โentre ellos movimientos que ayudaron activamente a Bolsonaro a ser elegido, como Brasil Libreโ tambiรฉn decidieron organizarse y convocaron protestas para septiembre exigiendo la renuncia del presidente.
Pero, ยฟquรฉ ocurre en Brasil?
Desde abril, una comisiรณn parlamentaria de investigaciรณn ha puesto bajo escrutinio el manejo de la pandemia por parte del gobierno: por quรฉ se negรณ persistentemente a firmar contratos para la importaciรณn de vacunas, cรณmo alienรณ a los aliados, en particular a China, y cรณmo el presidente y sus partidarios ayudaron a difundir noticias falsas y negacionismo cientรญfico, contribuyendo directamente a la muerte de miles de personas.
Y el 24 de junio se desvelรณ una trama de sobrefacturaciรณn millonaria en la compra de la vacuna india Covaxin, en la que estaban implicados el lรญder del Gobierno en el Congreso y el propio presidente, que habrรญa recibido documentos que probaban la corrupciรณn de su aliado y no hizo nada. La semana siguiente, se conociรณ otra acusaciรณn de compra de vacunas con sobreprecio, esta vez la AstraZeneca, a travรฉs de una empresa de dudosa reputaciรณn.
The Intercept Brasil tambiรฉn denunciรณ, a principios de julio, que el gobierno pagarรญa 2 dรณlares mรกs por dosis de la vacuna Sputnik en una compra mediada por un congresista aliado del presidente, Ricardo Barros, en lo que puede resultar ser otro escรกndalo de sobrefacturaciรณn. El mismo Barros, que es el lรญder del gobierno en la Cรกmara de Representantes, tambiรฉn estรก implicado en el escรกndalo de Covaxin y AstraZeneca.
En medio de la investigaciรณn, los partidarios del presidente empezaron a borrar videos de YouTube en los que se abogaba por lo que se conociรณ como “tratamiento preventivo”, o sea, el uso de medicamentos como la hidroxicloroquina y la ivermectina, que no han mostrado tener eficacia para el tratamiento de la covid-19.
La oposiciรณn saliรณ a la calle como forma de aumentar la presiรณn sobre el gobierno. En las protestas, el uso ostensible de mรกscaras y el distanciamiento social se respetaron, como pudo verse en las imรกgenes que se compartieron por las redes sociales. Todo muy diferente a las diversas (y mรกs pequeรฑas) protestas progubernamentales en las que la aglomeraciรณn era la norma, sin ninguna preocupaciรณn por las reglas mรญnimas de contenciรณn de covid-19.
โCreo que las manifestaciones fueron el primer evento que sacรณ a la oposiciรณn de un cierto inmovilismo, causado no tanto por la falta de voluntad de oponerse a Bolsonaro, sino mรกs bien por las limitaciones impuestas por la pandemia,โ dice Claudio Couto, politรณlogo y coordinador del Mรกster Profesional en Gestiรณn y Polรญticas Pรบblicas de la Fundaciรณn Getรบlio Vargas (FGV).
Sin embargo, Couto aรฑade, โlas manifestaciones siguen siendo muy restringidas a la izquierda, sin una participaciรณn mรกs efectiva de los movimientos, lรญderes y partidos del centro de la actual polarizaciรณn asimรฉtrica entre Lula y Bolsonaro (asimรฉtrica porque Bolsonaro es un extremista, pero Lula es un moderado). Creo que esta reticencia del centro y la derecha moderada tiene que ver con su miedo a ser confundidos con la izquierda, precisamente cuando intentan presentarse como alternativa no solo a Bolsonaro, sino tambiรฉn a Lula.โ
Guilherme Casarรตes, tambiรฉn politรณlogo y vicecoordinador de la Graduaciรณn en Administraciรณn Pรบblica de la Fundaciรณn Getulio Vargas (FGV), coincide con Couto en el carรกcter izquierdista de las manifestaciones, y dice que “desde el inicio de la pandemia la izquierda se encontrรณ en este dilema que es ver a Bolsonaro movilizando a un nรบmero muy grande y creciente de personas, mientras la propia izquierda no podรญa ir mรกs allรก de caceroladas ocasionales”. Pero lo cierto, aรฑade, โes que la cacerolada no tiene el mismo efecto de imagen polรญtica e incluso estรฉtica que una manifestaciรณn de grandes proporciones, por lo que la izquierda siempre ha tenido este dilema sobre quรฉ hacer, cรณmo organizarse, cรณmo movilizarseโ.
Casarรตes agrega que el dilema de la izquierda era cรณmo comportarse ante una “narrativa creciente del bolsonarismo de que solo Bolsonaro es capaz de llevar a las masas a la movilizaciรณn. Las manifestaciones a favor de Bolsonaro, aunque pretendan ser espontรกneas, estรกn maquinadas y planificadas para evitar cualquier tipo de ruido, cualquier tipo de oposiciรณn, por lo que, a pesar de ser una narrativa falsa, convence y se ha convertido en una clave importante allรญ para oponer el Bolsonarismo a cualquier alternativa.โ Al final, la izquierda ha podido movilizarse y llevar una cantidad significativa de gente a las calles. Casarรตes dice que “Bolsonaro ha perdido uno de sus campos hegemรณnicos โel otro es el de las redes sociales, donde es mรกs difรญcil mostrar algรบn tipo de retracciรณn o pรฉrdida o derrota tรกcticaโ. Pero en la calle la cosa es visible”.
Para Couto, este carรกcter puramente de izquierdas es un problema, โun error estratรฉgico, aunque es comprensible. Es un error porque estos sectores del centro estรกn mรกs interesados en desgastar a Bolsonaro que en distinguirse de Lula. Es a partir de la erosiรณn de Bolsonaro que surgirรก algรบn espacio para el crecimiento de una alternativa a la izquierda de Bolsonaro y a la derecha de Lula, y creo que esta alternativa es mรกs viable si viene de la derecha moderada que si es centristaโ, dice.
Lo cierto es que Bolsonaro ha sentido la pรฉrdida de su popularidad y las protestas sirven aรบn mรกs para ponerlo contra la pared. Segรบn Casarรตes, Bolsonaro ha optado por tratar de reunir en un solo lugar a la mayor cantidad de gente posible, para mostrar fuerza: โrenunciรณ a hacer manifestaciones repartidas por todo Brasil y comenzรณ a apostar por las manifestaciones focalizadas precisamente porque entendiรณ que esta era la รบnica manera garantizada de mostrar una imagen fuerte de apoyo popularโ.
Brasil se encuentra en un momento decisivo. La popularidad del presidente ha caรญdo, al igual que la presiรณn de amplios sectores parlamentarios y sociales, y tambiรฉn de la calle. Pero aรบn falta tender puentes entre las distintas facciones de la oposiciรณn.
A pesar del carรกcter izquierdista de las manifestaciones contra Bolsonaro, fue notorio el silencio de Lula da Silva y de Dilma Rousseff. Si bien es cierto que dirigentes del Partido de los Trabajadores โcomo la presidenta del partido, Gleisi Hoffmannโ participaron en las manifestaciones, se notรณ el silencio de sus dos principales figuras.
Para Couto, esto fue una precauciรณn de ambos para “evitar que los movimientos del fin de semana fueran tachados como actos de la campaรฑa petista a la presidencia”. Casarรตes cree que las prรณximas manifestaciones pueden adoptar un carรกcter menos “partidista” y agregar diferentes bandos, pero que probablemente “serรกn protestas mรกs dispersas, porque es difรญcil organizar, convencer y estructurar una gran protesta del bando anti-Bolsonaro debido a las diversas preocupaciones con la pandemia”. โTal vez, con la vacunaciรณn sea mรกs fรกcil lograr esta organizaciรณn y revelar la fuerza polรญtica de la oposiciรณn en la calle”, concluye.
Sรณlo el tiempo lo dirรก. Mientras, la presiรณn contra Bolsonaro crece cada dรญa y, segรบn la senadora Simone Tebet, miembro de la comisiรณn de investigaciรณn, ya hay suficientes pruebas para un impeachment.
es periodista. Ha publicado en DW, Al Jazeera, Undark, The Washington Post, Business Insider, Remezcla, entre otros medios. Es doctor en derechos humanos por la Universidad de Deusto.