El futuro del patrimonio  audiovisual europeo

La legislación debe encontrar el necesario equilibrio entre la protección del derecho de autor y otros derechos de propiedad intelectual y el acceso al patrimonio audiovisual en la era del streaming.
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La irrupción de las plataformas de streaming ha reconfigurado drásticamente el panorama audiovisual global, y Europa no es la excepción. Este fenómeno digital, que va desde Netflix y HBO hasta Amazon Prime, por parte de EEUU, o de Filmin, Movistar+ o AtresPlayer en España, ha desatado una profunda transformación que, si bien ofrece inmensas oportunidades para la difusión cultural y la innovación, también plantea desafíos complejos que exigen un marco legal adecuado y una cooperación interestatal extensa. En este contexto, proyectos como la Cátedra Jean Monnet “Patrimonio Audiovisual Europeo”, de la Universidad Complutense de Madrid, han abierto una línea  de investigación y debate, esenciales para trazar el camino hacia un futuro donde la riqueza audiovisual europea no solo sobreviva, sino que prospere en el Mercado Único Digital (DSM).

La transformación digital del acceso a las obras audiovisuales es innegable. Las plataformas de VOD (video on demand) y de streaming son vistas como una oportunidad clave para la proyección y competitividad internacional de la cultura europea y los valores democráticos, haciendo accesible una vasta cantidad de cine y series de televisión europeos, también creando nuevas carreras profesionales en el mercado. Sin embargo, la otra cara de la moneda es la necesidad imperiosa de mayores esfuerzos en políticas nacionales y europeas para la preservación y conservación del patrimonio audiovisual, abarcando cine, televisión, radio, grabaciones y fotografías. Desde la Cátedra Modern Times nos centramos en el análisis de las transformaciones en el acceso a ese patrimonio, con especial énfasis en las que facilitan el acceso a sus obras. En este sentido, buscamos una reevaluación crítica de los documentos culturales europeos y los objetivos de la Unión Europea al respecto bajo el principio de “Unidad en la Diversidad”.

Hacia un marco legal adecuado

El auge del streaming ha provocado cambios  de gran calado del marco legal que afecta a los proyectos y programas audiovisuales en Europa. La pieza central de dicho marco es la Directiva de servicios de comunicación audiovisual, más conocida por sus siglas en inglés AVMSD (Audiovisual Media Services Directive). Esta directiva es de suma importancia no solo para las televisiones europeas y las productoras de cine, sino, crucialmente, para las plataformas extranjeras que ofrecen obras audiovisuales en Europa, como Netflix, HBO y Amazon Prime que quedan obligadas por esta norma. Su propósito es coordinar las disposiciones legales de los Estados miembros relativas a la prestación de servicios de comunicación audiovisual, en particular obligándoles, entre otras cosas, a tener al menos un 30% de obra europea en su catálogo. En España se traspuso a través de la reforma de la Ley de Comunicación Audiovisual de 2022. 

Pero la AVMSD no actúa en solitario. El entramado legal europeo se ha enriquecido con otras normativas vitales para el ecosistema digital. El Reglamento (UE) 2017/1128 aborda la portabilidad transfronteriza de los servicios de contenidos en línea en el mercado interior, facilitando que los usuarios accedan a sus suscripciones cuando viajan por la UE, algo que el sector de las plataformas quiere revertir. La Directiva (UE) 2019/770 se centra en los contratos de suministro de contenidos y servicios digitales, sentando las bases para una mayor protección del consumidor en el ámbito de las aplicaciones y servicios de telefonía, entre otros. A esto se suma la Directiva de Copyright de 2019 (Directiva 2019/790), fundamental para los derechos de autor en el mercado único digital, aunque controvertida en el debate parlamentario por la exigencia de filtrado de contenidos en sitios como YouTube o Vimeo (por ejemplo, respecto el uso de música en análisis o clips de usuarios). Finalmente, la Directiva 2014/26/UE regula el manejo colectivo de los derechos de autor y la concesión de licencias multiterritoriales de música en línea, crucial para la gestión de derechos de músicos y discográficas.

La importancia de este repertorio legislativo radica en que todos los operadores audiovisuales deben funcionar bajo un conjunto de reglas armonizadas en toda la Unión Europea. Nos resta decir que queda pendiente en España la actualización de la Ley 55/2007 del Cine,  prometida en dos ocasiones en las legislaturas del presidente Sánchez. En particular, desde el sector del patrimonio se ha pedido al Gobierno que se incorpore en la futura nueva Ley más facultades y presupuesto para  la Filmoteca Española, para lo cual es de interés que se le declare “Bien de Interés Cultural”, dado su papel en la conservación y preservación de nuestro acervo audiovisual.   

La cooperación interestatal: avances y obstáculos

La naturaleza sin fronteras de internet y del contenido digital hace que la cooperación interestatal sea absolutamente esencial. Los esfuerzos individuales de los Estados miembros resultan insuficientes para abordar un fenómeno tan transnacional como el streaming. La política audiovisual europea, a través de directivas como la AVMSD, busca precisamente esta coordinación, forjando un terreno común para todos los actores del mercado. La Cátedra Jean Monnet subraya la importancia de este enfoque al promover “nuevas ventanas” para el contenido audiovisual de la UE. Me refiero a las  coproducciones con Latinoamérica; no se trata solo de proteger  el cine, la cultura y los idiomas europeos, sino también sus industrias de producción fuera de la Unión. Esto, por definición, exige una visión y una acción conjunta.

Sin embargo, el camino hacia una cooperación fluida y efectiva no está exento de obstáculos:

  1. Complejidad del ecosistema digital: la rapidez con la que evoluciona el mercado digital dificulta la creación y aplicación de leyes que se mantengan al día con las nuevas tecnologías y modelos de negocio.
  2. Trasposición nacional heterogénea: aunque las directivas establecen un marco común, su incorporación a las legislaciones nacionales puede variar en tiempo y forma. 
  3. Desafíos técnicos y logísticos: aspectos como el filtrado de contenidos exigido por la Directiva de Copyright plantean retos técnicos considerables para las plataformas. 
  4. Preservación y acceso al patrimonio: la vasta cantidad de patrimonio audiovisual europeo requiere esfuerzos coordinados para su preservación y digitalización, así como la gestión de cuestiones legales relacionadas con su acceso y difusión. Encontrar un equilibrio entre el acceso abierto para futuras generaciones y la gestión efectiva de los derechos de autor es un desafío constante.

A pesar de estos obstáculos, los avances son palpables y significativos:

  1. Compromiso legislativo europeo: La existencia de la AVMSD, el Reglamento de Portabilidad Transfronteriza y las directivas de copyright y contenidos digitales demuestra una clara voluntad política de la U.E. para regular y adaptar su mercado audiovisual a la era digital.
  2. Iniciativas académicas y de investigación: la Cátedra Jean Monnet  está preparando a futuros profesionales en campos de creciente demanda laboral, a través de sus programas de enseñanza, investigación y difusión como el Máster de Patrimonio Audiovisual: Historia, Recuperación y Gestión,  de la Universidad Complutense de Madrid.  Igualmente, el consorcio REBOOT del Programa Horizon, en el que colaboro junto a Fernando Ramos Arenas, investiga sobre la competitividad del cine europeo, que debe fortalecerse frente al dominio del cine norteamericano en Europa.
  3. Diseminación y concienciación: La Cátedra ha generado una notable cantidad de publicaciones, tesis doctorales y de másteres centradas en estas temáticas. La creación de canales de YouTube para la historia oral de la televisión y el patrimonio audiovisual, junto con plataformas web y seminarios, contribuye a la alfabetización digital y a la concienciación sobre la importancia de la gestión del patrimonio y los derechos. Todos los recursos están en abierto en la web de la Cátedra que denominamos Modern Times, como homenaje a Charles Chaplin. 

En conclusión, el mercado audiovisual europeo se encuentra en una encrucijada apasionante. La expansión de las plataformas de streaming representa una oportunidad sin precedentes para la proyección y revitalización de la cultura europea, pero solo si se acompaña de un marco legal robusto y flexible y de una cooperación interestatal inquebrantable. Los desafíos son complejos, desde la armonización de leyes hasta la preservación del patrimonio digital, pero los avances demuestran un compromiso firme de Europa con la construcción de un futuro digital que sea inteligente, inclusivo y respetuoso con su rica diversidad audiovisual.


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