Al día siguiente de la elección intermedia en Estados Unidos, la radiografía electoral muestra que el país sigue dividido en dos partes antagónicas. El centro del espectro político se ha hundido, el Partido Demócrata dio un giro hacia la izquierda y el Republicano se fue todavía más a la derecha. Los incondicionales de Trump votaron por sus candidatos y los que repudian sus políticas y su manera de gobernar votaron por el cambio.
Al momento de redactar este texto, las últimas predicciones sobre el posible resultado de la elección se cumplían sin grandes sorpresas. El Partido Demócrata se encamina hacia la mayoría en la Cámara de Representantes con 220 curules ya aseguradas, y con la posibilidad de aumentar su ventaja en estados como California. El Partido Republicano se queda en la minoría con 196.
En el Senado, los republicanos aumentaron su representación ganando, hasta ahora, 51 curules y con la posibilidad de aumentar su ventaja. Los demócratas ganan en 44 distritos y los dos independientes que normalmente se alinean con los demócratas conservan sus curules. En Florida, el senador demócrata Bill Nelson ha pedido un recuento de votos alegando que su contrincante, el republicano Rick Scott se ha apresurado al declararse victorioso.
Lo que viene es un reacomodo de las fuerzas políticas de cada uno de los partidos y una más que probable batalla entre ambos partidos con vistas a la elección presidencial de 2020.
Mientras que el control republicano en el Senado augura que los nombramientos de jueces conservadores van a proliferar, en la Cámara de Representantes el forcejeo vendrá entre la nueva camada inconforme con el liderazgo de la vieja guardia y el principal campo de batalla será la elección de el o la nueva líder de la mayoría.
Falta ver si la nueva ola de representantes que se ha inconformado con Nancy Pelosi tendrá la fuerza suficiente para removerla de su puesto. Yo francamente lo dudo y creo que sería un error deponerla porque los siguientes dos años serán cruciales vis-a-vis la elección presidencial de 2020 y los demócratas necesitan tener una líder con la experiencia y habilidad política de Pelosi.
La segunda consecuencia del cambio de mando en la Cámara Baja será la interacción con el Poder Ejecutivo. Los optimistas dicen que se podría negociar un acuerdo sobre el programa DACA que protege de la deportación a jóvenes que fueron traídos a este país por sus padres sin documentos migratorios. También creen que se puede llegar a un acuerdo para rebajar el precio de las medicinas que es desorbitadamente alto en EE UU comparado al de otros países. Quizá, pero yo no soy muy optimista.
Los realistas creemos (¿queremos?) que los demócratas aprovechen su mayoría en la Cámara para iniciar incómodas investigaciones de los tejes y manejes de Trump.
Y para documentar mi optimismo repaso el importantísimo recambio de posiciones de poder en la Cámara de Representantes. El Comité de Inteligencia será presidido por el Demócrata californiano Adam Schiff, quien lleva dos años protegiendo la integridad de la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la intervención rusa en las elecciones de 2016. También ha anunciado que investigará si los rusos han lavado dinero en EE UU a través de la Organización Trump, y si el hijo de Trump mintió al decir que su papá no supo nada de su reunión con los rusos en la Torre Trump para ensuciar la elección de Hillary en 2016.
Los demócratas también controlarán el gasto del gobierno. El Comité de Apropiaciones, que presidirá la demócrata neoyorkina Nita Lowey, tiene autoridad para decidir cuáles deben ser las prioridades del gasto. Lo que significa que Trump va a tener serias dificultades para financiar su famoso muro de la ignominia.
Jerrold Nader, quien encabezará el Comité Judicial ha dio que revisará las acusaciones de asalto sexual y perjurio contra el juez Brett Kavanaugh. También ha hablado de revisar las políticas migratorias de Trump que condujeron a la separación de padres e hijos en la frontera sur, y el otorgamiento de perdones presidenciales por razones políticas.
En el caso del Comité de Seguridad Interior, Bennie Thompson también ha dicho que investigará las políticas de seguridad en la frontera sur y la respuesta federal a las víctimas del huracán en Puerto Rico.
En el Comité de Vigilancia, Elijah Cummings investigará los casos en los que pudo haber habido conflictos de interés entre el gobierno y los negocios de Trump.
Finalmente, Richard Means, en el Comité de Formas y Medios, (Ways and means) podría investigar las declaraciones de impuestos de Trump, y averiguar si la reforma fiscal de Trump favoreció desproporcionadamente, como todo el mundo cree, a los súper ricos y a las corporaciones.
Hoy en su conferencia de prensa post electoral siguió siendo el pendenciero, amenazador, bravucón de siempre declarando que el “triunfo republicano” se debía única y exclusivamente a su esfuerzo personal. Yo espero que en estos dos años, los demócratas hagan su trabajo con habilidad, rectitud y firmeza para que en 2020 se acabe la pesadilla de tener a un bribón en la presidencia de la república.
Escribe sobre temas políticos en varios periódicos en las Américas.