En un debate con Alex Hochuli y Philip Cunliffe en su podcast (puedes escucharlo aquรญ), mencionaron uno de mis artรญculos sobre lo que he denominado paleoizquierda. En el podcast, repasรฉ las principales caracterรญsticas de la paleoizquierda, y creo que puede ser รบtil volver a ponerlas por escrito. Y espero mostrar que se pueden convertir fรกcilmente en polรญticas factibles y que no sean solo un conjunto de palabras bonitas encadenadas.
El programa de la paleoizquierda, en mi opiniรณn, tiene cuatro pilares fundamentales: estรก a favor del crecimiento, de la igualdad, de la libertad de expresiรณn y de asociaciรณn, y de la igualdad internacional. Permรญtanme explicar cada uno de esos pilares.
Estar a favor del crecimiento significa que la paleoizquierda reconoce que los ingresos y la riqueza son condiciones indispensables para la autorrealizaciรณn y la libertad humanas. No podemos alcanzar nuestro potencial, ni disfrutar de otras actividades no pecuniarias a menos que tengamos suficientes ingresos para no preocuparnos de si vamos a poder comer o dรณnde vamos a dormir la noche siguiente. La paleoizquierda estรก en contra de la denigraciรณn constante del crecimiento porque sabe que para una persona corriente la mejora de las condiciones materiales de vida significa poder entrar al โreino de la libertadโ: no queremos hogares donde las madres tengan que lavar la ropa en el arroyo cercano o en la baรฑera; queremos hogares con lavadoras. (Por supuesto, para la gente que ya tiene lavadoras esto puede parecer una demanda trivial. Pero para la mitad del mundo que no tiene no es trivial en absoluto.)
El crecimiento como tal, sin tener en cuenta quiรฉn se beneficia de รฉl, no es รฉticamente aceptable ni polรญticamente sostenible. Ahรญ es donde entra el segundo pilar: la igualdad econรณmica. El crecimiento no puede ser ciego, ni puede ser tal que la mayor parte del mismo, como en EEUU en el periodo 1986-2007 (vรฉase el grรกfico de abajo) beneficie a los ricos. Debe ser favorable a los pobres, lo que significa que los ingresos de los grupos mรกs bajos deben aumentar, en tรฉrminos porcentuales, al menos tanto como los ingresos de los grupos mรกs ricos. ยฟCรณmo conseguirlo? No solo mediante impuestos directos o indirectos sobre las actividades y los bienes que consumen los ricos (este รบltimo es un รกmbito que, en mi opiniรณn, estรก infrautilizado). Puede lograrse mediante impuestos elevados sobre las herencias que garanticen una posiciรณn de partida razonablemente igual, independientemente de la riqueza de los padres, mediante una educaciรณn y una sanidad pรบblicas casi gratuitas o totalmente gratuitas, y mediante un apoyo especial a los jรณvenes cuando entran en el mercado laboral. Los jรณvenes son ahora, en las sociedades occidentales desarrolladas, un grupo que necesita tanto apoyo como el que consiguieron en los sesenta y setenta quienes hoy son mayores.
La reducciรณn de las desigualdades de renta y de riqueza es a la vez un objetivo en sรญ mismo y un instrumento para lograr algo mรกs: la igualdad polรญtica relativa. Esa igualdad se ve socavada en las sociedades avanzadas actuales no, como se afirma, por un โpopulismoโ mal definido, sino por un peligro muy opuesto: el de la plutocracia. El hecho de que los ricos financien las campaรฑas, paguen a los polรญticos (lo que no es mรกs que una forma mรกs sutil de soborno) y controlen la mayor parte de los medios de comunicaciรณn hace que la igualdad polรญtica sea una burla.
La paleoizquierda deberรญa, en mi opiniรณn, evitar esos tรฉrminos que el discurso neoliberal ha capturado y convertido en algo sin sentido, como โdemocraciaโ. Tenemos que reconocer que el tรฉrmino โdemocraciaโ ha sido secuestrado por la plutocracia neoliberal de la misma manera que el tรฉrmino โpuebloโ fue secuestrado por las autoridades comunistas en Europa del Este. Ambos tรฉrminos se utilizan para encubrir la realidad.
En cambio, la paleoizquierda deberรญa centrarse en algo mucho mรกs real y medible: la igualdad polรญtica aproximada. Esto รบltimo implica la financiaciรณn pรบblica de las campaรฑas polรญticas, la limitaciรณn (o prohibiciรณn) del control de los medios de comunicaciรณn de masas por parte de los ricos (nada de que The Washington Post sea propiedad de Jeff Bezos), y la participaciรณn igualitaria en el proceso electoral, lo que a su vez significa facilitar la participaciรณn en las elecciones a la gente trabajadora. Las elecciones actuales en los EEUU se programan intencionadamente un dรญa laborable, y no es una sorpresa ni un anuncio de la โdemocraciaโ que incluso en las elecciones mรกs importantes la mitad del electorado simplemente no participe.
La paleoizquierda tambiรฉn reconoce que las libertades de expresiรณn y asociaciรณn carecen en gran medida de sentido mientras no exista una igualdad polรญtica aproximada. Los individuos pueden pasar horas y dรญas discutiendo en Twitter, pero su influencia polรญtica serรก nula en comparaciรณn con la de think-tanks bien pagados y organizados y otras instituciones cuyo objetivo es influir directamente en la polรญtica. Es en ese รกmbito donde el uso vago del tรฉrmino โdemocraciaโ oculta en realidad una gran desigualdad en el acceso al poder polรญtico.
El รบltimo punto es el internacionalismo. Este es, por supuesto, un viejo eslogan de la izquierda, y no deberรญa verse como algo que se aรฑade al resto de las cuestiones nacionales. Es una parte constitutiva del programa general. La paleoizquierda acepta que diferentes paรญses y culturas pueden tener diferentes formas de elegir a sus gobiernos o de definir la legitimidad polรญtica. La paleoizquierda no es ideolรณgicamente hegemรณnica. La paleoizquierda puede creer (y debe creer) que su propio enfoque es el mejor, y tiene derecho a defenderlo, pero el argumento debe ser siempre en el plano de las ideas, debe evitar las burdas injerencias en los asuntos internos de otros paรญses y, obviamente, nunca debe utilizar la violencia. La paleoizquierda debe deshacerse de la nociva idea de un โorden mundial liberalโ que, o bien carece de sentido (ya que cambia segรบn lo que convenga polรญticamente a sus defensores), o bien es una invitaciรณn directa a hacer guerras. Lo sustituye por el respeto del derecho internacional definido por las Naciones Unidas, y por otras instituciones que incluyen a todos los pueblos. El proselitismo de la paleoizquierda se hace solo por medios no violentos, y con respeto a otras culturas y Estados, y sin coacciรณn de ningรบn tipo.
Hay muchas otras cuestiones que no pueden ser cubiertas directamente por estas simples reglas. Tienen que ver con la migraciรณn, la igualdad de gรฉnero y de raza, las relaciones entre la Iglesia y el Estado, etc., pero creo que pueden deducirse con relativa facilidad a partir de estos cuatro principios generales.
Traducciรณn de Ricardo Dudda.
Publicado originalmente aquรญ.
Branko Milanovic es economista. Su libro mรกs reciente en espaรฑol es "Miradas sobre la desigualdad. De la Revoluciรณn francesa al final de la guerra frรญa" (Taurus, 2024).