Entre La Haya y el Alto Tribunal: la dimensiĆ³n legal

En esta entrevista, el analista de seguridad Yossi Alpher responde a preguntas sobre la acusaciĆ³n de genocidio a Israel presentada por SudĆ”frica en La Haya.
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Yossi Alpher es un analista de seguridad independiente. Fue director del Centro Jaffee de Estudios EstratƩgicos de la Universidad de Tel Aviv, alto funcionario del Mossad y oficial de inteligencia de las Fuerzas de Defensa de Israel. Las opiniones y posiciones expresadas aquƭ son las del autor, y no representan necesariamente las opiniones y posiciones polƭticas de APN (Act for Peace Now).

Esta semana la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) escucharĆ” la acusaciĆ³n de SudĆ”frica de que Israel estĆ” cometiendo genocidio en la Franja de Gaza. ĀæQuĆ© gravedad tiene esta acusaciĆ³n y quĆ© estĆ” haciendo Israel para contrarrestarla?

Es una acusaciĆ³n grave. Se juzgarĆ” ante una instituciĆ³n judicial internacional respetada cuya autoridad Israel suscribe. La CIJ podrĆ­a, en cuestiĆ³n de semanas, imponer a Israel una orden provisional declarativa de alto el fuego en Gaza. Tanto si Israel cumple esa orden como si no, podrĆ­a ser objeto de un considerable castigo diplomĆ”tico y econĆ³mico internacional. Si se emite una orden provisional, las acusaciones reales se dirimirĆ”n en un periodo de cuatro a seis aƱos.

SudĆ”frica argumenta que Israel no estĆ” tomando medidas para castigar a los incitadores al genocidio. Cita el ā€œuso indiscriminado de la fuerza y el desalojo forzoso de habitantesā€ de la Franja de Gaza. Acusa a Israel de crĆ­menes contra la humanidad, crĆ­menes de guerra y genocidio.

Israel va a enviar un equipo legal a La Haya para rebatir las acusaciones. AdemƔs, un paƭs que comparece ante la CIJ tiene derecho a estar representado por un juez propio, aparte de los quince jueces que elige Naciones Unidas. Israel enviarƔ al presidente retirado del Tribunal Supremo Aharon Barak.

En el nĆŗcleo del caso presentado por SudĆ”frica hay tres argumentos. En primer lugar, desde el 7 de octubre, una serie de funcionarios israelĆ­es, desde el primer ministro hacia abajo, han hecho declaraciones que, si se toman al pie de la letra, incitan al genocidio. La peticiĆ³n sudafricana los cita a todos.

El primer ministro Netanyahu invocĆ³ a Amalek, una metĆ”fora bĆ­blica de las intenciones genocidas. El ministro de Defensa Galant dijo: ā€œEstamos luchando contra animales humanos y actuaremos en consecuencia: nada de electricidad, comida, agua o combustible.ā€ El ministro de Patrimonio Amichai Eliahu hablĆ³ de ā€œlanzar una bomba atĆ³mica sobre Gazaā€. El diputado (Likud) Moshe Saada de ā€œdestruir a todos los gazatĆ­esā€. La ministra de Inteligencia Gila Gamliel, de ā€œpromover la reubicaciĆ³n voluntaria de los palestinos de Gaza fuera de la Franjaā€. El exjefe del Shin Bet, ahora ministro de Agricultura, Avi Dichter: ā€œIsrael estĆ” llevando a cabo en Gaza la ā€˜Nakba 2023ā€™ā€ (Nakba, ā€œcatĆ”strofeā€, es el tĆ©rmino Ć”rabe para los acontecimientos de 1948 que causaron la diĆ”spora palestina).

Algunas personalidades conocidas no asociadas al gobierno de Netanyahu han intervenido en los Ćŗltimos noventa dĆ­as. El general de divisiĆ³n (retirado) Giora Eiland, un cĆ©lebre crĆ­tico del gobierno de Netanyahu, afirmĆ³: ā€œIsrael no tiene otra alternativa que convertir Gaza en un lugar inhabitable, temporal o permanentementeā€. El ex ministro de Defensa Avigdor Liberman: ā€œnadie es inocente en Gazaā€. TambiĆ©n artistas. El cantante de pop fusiĆ³n mizrachi Eyal Golan dijo: ā€œBorrad Gazaā€.

La lista es interminable. Lo que muestra es una vergĆ¼enza nacional para Israel y los israelĆ­es.

Muchas de las declaraciones incendiarias citadas en el informe sudafricano de 84 pƔginas fueron realizadas por israelƭes exaltados por la ira ante los sucesos del 7 de octubre. Puede que reflejen pensamientos genocidas instintivos, pero no intenciones genocidas por parte del Estado de Israel.

Todas son declaraciones estĆŗpidas. Pero ninguna estaba incluida en Ć³rdenes operativas a las Fuerzas de Defensa de Israel. A excepciĆ³n de algunas declaraciones incendiarias de poca importancia a los medios de comunicaciĆ³n por parte de oficiales de las FDI que citan los sudafricanos, no conozco absolutamente ninguna declaraciĆ³n genocida por parte de comandantes de las FDI, y ninguna por parte de los pilotos cuyas misiones de bombardeo han causado muchas de las vĆ­ctimas civiles de Gaza citadas tambiĆ©n por los sudafricanos.

Aun asĆ­, serĆ­a fĆ”cil descartar el tipo de incitaciĆ³n seƱalada por los sudafricanos como un lapsus nacional momentĆ”neo si no escuchara repetidamente declaraciones similares en mi propio suburbio de Tel Aviv, normalmente de tendencia centrista. ā€œKahane tenĆ­a razĆ³nā€, me susurra al oĆ­do mi peluquero. ā€œSon todos de HamĆ”sā€, dice el dueƱo de la tienda. Puede que el 7 de octubre fuera el detonante de estos sentimientos. Pero me temo que ya Ć­bamos por buen camino antes de esa fecha. Aun asĆ­, dudo que la acusaciĆ³n de incitaciĆ³n al genocidio prospere en La Haya.

ĀæY esos 22.000 (Ā”y contando!) muertos en Gaza?

Esta es la segunda acusaciĆ³n que los sudafricanos lanzarĆ”n en La Haya: el nĆŗmero de muertos en Gaza refleja intenciones genocidas por parte de Israel.

El abogado de Israel en La Haya se ceƱirĆ” a las leyes de la guerra, por ominosas que parezcan enĀ Gaza. Alrededor de 9.000 de los muertos de Gaza son combatientes y terroristas de HamĆ”s: objetivos legĆ­timos se mire por donde se mire. Los demĆ”s fueron utilizados por HamĆ”s como escudos humanos, sobre todo encima y alrededor de los tĆŗneles de HamĆ”s. En algunos casos, las FDI advirtieron a los civiles de que evacuaran y estos se negaron. En otros casos, sus cifras encajan en complejos algoritmos sobre cuĆ”ntas muertes de civiles son legĆ­timas al atacar a un enemigo terrorista.

Los pilotos de la fuerza aĆ©rea de Israel que bombardean Gaza conocen muy bien esas reglas de la guerra. Conviene recordar que algunos de ellos encabezaron la campaƱa contra el plan de ā€œreforma judicialā€ del gobierno de Netanyahu para degradar el poder judicial de Israel, precisamente porque temĆ­an que Israel tuviera que invocar el prestigio de sus tribunales para argumentar en La Haya que Israel es capaz de juzgar a los suyos por crĆ­menes de guerra.

Sin embargo, el balance de muertes y sufrimiento en la Franja de Gaza es espeluznante. El informe sudafricano presenta argumentos de peso que demuestran que la totalidad del sufrimiento econĆ³mico y fĆ­sico de los gazatĆ­es es un desastre humanitario. Pero no prueba la intenciĆ³n genocida del Estado de Israel. Me preocupa especialmente que el expediente demuestre en Ćŗltima instancia que todos esos bombardeos de tĆŗneles, con su espantoso nĆŗmero de vĆ­ctimas civiles, simplemente no funcionaron: todas esas bombas de 2.000 libras no destruyeron realmente suficientes tĆŗneles terroristas para marcar la diferencia. Como mĆ­nimo, esto reflejarĆ­a tanto una mala inteligencia como un mal cĆ”lculo de armamento por parte de Israel.

Pero esos no son crĆ­menes de guerra genocidas. Son simplementeā€¦ guerra. Observemos, paradĆ³jicamente, la exoneraciĆ³n de los pilotos de la FAI que implica perversamente la acusaciĆ³n del sanguinario ministro kahanista de Asentamientos y Misiones Nacionales, Orit Strook, de que los pilotos han tenido la audacia de negarse a bombardear civiles.

Una tercera acusaciĆ³n de SudĆ”frica sostiene que Israel trata de expulsar a la poblaciĆ³n palestina de la Franja de Gazaā€¦

El traslado de la poblaciĆ³n de Gaza es con bastante certeza el deseo, o la exigencia, del ala extremista del gobierno de Netanyahu dirigida por los ministros kahanistas-mesiĆ”nicos Strook, Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir. SueƱan con construir asentamientos judĆ­os en una Franja de Gaza vacĆ­a. Smotrich: ā€œSi en Gaza hay uno o doscientos mil Ć”rabes y no dos millones de Ć”rabes, toda la discusiĆ³n sobre ā€˜el dĆ­a despuĆ©sā€™ serĆ” diferente.ā€

Cierto, esta no es la polĆ­tica del gobierno de Netanyahu y, en cualquier caso, Egipto nunca aceptarĆ­a ni deberĆ­a aceptar facilitarla ofreciendo un paso seguro a travĆ©s de su territorio para los gazatĆ­es ā€œtransferidosā€. La administraciĆ³n Biden estĆ” totalmente en contra de cualquier transferencia de poblaciĆ³n. Sin embargo, Netanyahu no ha hecho nada para despedir o incluso silenciar a sus ministros ā€œfavorables a la transferenciaā€.

Como afirma el revelador Nathan J. Brown de Carnegie, ā€œ[los llamamientos a] la reubicaciĆ³n forzosa de los habitantes [de Gaza] pueden ser escuchados por muchos israelĆ­es como un exceso retĆ³rico. Sin embargo, la mayorĆ­a de los palestinosā€¦ los entienden como un plan de acciĆ³n polĆ­ticaā€. De hecho, hay informes y rumores persistentes de que Israel estĆ” haciendo averiguaciones a nivel internacional sobre su disposiciĆ³n a absorber a los evacuados de Gaza.

Y lo que es peor, el hecho de que Israel haya desplazado a los gazatĆ­es de sus hogares, la mayorĆ­a de los cuales estĆ”n ahora en ruinas, sugiere de forma bastante obvia que, cuando esta guerra termine o incluso empiece a terminar, habrĆ” mĆ”s de un millĆ³n de gazatĆ­es sin hogar que necesitarĆ”n alojamiento de emergencia y sustento. En ese sentido, los hechos sobre el terreno bastan por sĆ­ solos para respaldar el temor de que esta sea la acusaciĆ³n mĆ”s contundente que se dirija a Israel en La Haya.

Es una noticia potencialmente mala. Por otro lado, las decisiones del Tribunal Superior de Justicia de Israel de la semana pasada parecen rechazar las malignas intenciones de ā€œreforma judicialā€ del gobierno de Netanyahuā€¦

La semana pasada, el Tribunal Superior de Justicia dictĆ³ dos sentencias que rechazan los intentos de la Knesset, con su mayorĆ­a de 64 diputados pro-Netanyahu, de legislar restricciones sobre el propio poder judicial. Las decisiones se refieren a si el Tribunal puede invocar la ā€œrazonabilidadā€ en la revisiĆ³n de la legislaciĆ³n (puede hacerlo) y si un primer ministro procesado por corrupciĆ³n tiene inmunidad frente a la inhabilitaciĆ³n por parte del fiscal general para tratar asuntos judiciales (la legislaciĆ³n no puede ser retroactiva; solo puede ser vĆ”lida despuĆ©s de las prĆ³ximas elecciones).

De paso, y quizĆ” de mayor importancia a largo plazo, el Alto Tribunal dictaminĆ³ que estĆ” facultado para revisar y anular leyes fundamentales, que tienen rango constitucional en Israel. La legislaciĆ³n del gobierno de Netanyahu ha abusado sistemĆ”ticamente del concepto mismo de ley fundamental.

En otras palabras, junto con el agudo malestar causado por las acusaciones de genocidio en La Haya, y con el telĆ³n de fondo de la peticiĆ³n de Netanyahu de que Aharon Barak represente a Israel en la CIJ, la semana pasada tambiĆ©n fue testigo de una victoria del Estado de derecho en Israel.

Pero en ambos casos la votaciĆ³n se decidiĆ³ por un margen de uno (8-7, 6-5), lo que refleja la influencia potencial de una minorĆ­a conservadora del Alto Tribunal que se pone del lado de la interpretaciĆ³n gubernamental. Si, en los prĆ³ximos meses y aƱos, se permite que Netanyahu y el ministro de Justicia Levin prevalezcan, las vacantes en el Tribunal se cubrirĆ”n con mĆ”s conservadores y el Alto Tribunal bien podrĆ­a fallar de forma diferente en casos como estos.

Eso, a su vez, contribuirĆ­a al declive de la democracia en Israel en general.

ĀæPor quĆ© envĆ­a Netanyahu a Aharon Barak a La Haya? Barak es el padre del ā€œactivismo judicialā€ en Israel, el mismo enfoque que la ā€œreforma judicialā€ de Netanyahu pretendĆ­a negar. Netanyahu ha sido muy crĆ­tico con Barak; los derechistas que toman ejemplo de Netanyahu se han manifestado violentamente contra Ć©l.

Aharon Barak es el jurista israelĆ­ mĆ”s respetado internacionalmente. Sus opiniones jurĆ­dicas sobre cuestiones de seguridad nacional y terrorismo se estudian en universidades de todo el mundo. El propio Barak, de 87 aƱos, es un superviviente de un genocidio (el Holocausto). Netanyahu sabe todo esto. El hecho de que pudiera nombrar a Barak parece indicar hasta quĆ© punto Netanyahu se toma en serio las acusaciones sudafricanas en La Haya, y hasta quĆ© punto Netanyahu sabe que sus iniciativas de ā€œreforma judicialā€ son falsas y endebles.

ĀæEn pocas palabras?

Aharon Barak no es el Ćŗnico vĆ­nculo (muy bienvenido) entre las deliberaciones de La Haya y las del Alto Tribunal. En Ćŗltima instancia, ambas dependen, o dependerĆ”n, de la percepciĆ³n ā€“que tengan el mundo y la propia Israelā€“ de Israel como un paĆ­s gobernado por el Estado de derecho y por las normas internacionales de las leyes de la guerra. En Israel, estas normas han sido atacadas por fascistas israelĆ­es, mesianistas judĆ­os, no demĆ³cratas y oportunistas cĆ­nicos como el propio primer ministro.

La semana pasada, un jurado de jueces de JerusalĆ©n fallĆ³, por un estrecho margen, a favor de estas loables normas. En La Haya oiremos en breve a un jurado internacional. Su veredicto podrĆ­a, si es contrario a Israel, causar un considerable malestar tanto en el paĆ­s como en el mundo.

Sin embargo, para la gran mayorƭa de los israelƭes, incluso teniendo en cuenta los excesos, las horrendas pƩrdidas y los objetivos de guerra mal definidos, los terribles acontecimientos del 7 de octubre hacen pensar que se trata de una guerra justa. ~

TraducciĆ³n del inglĆ©s de Daniel GascĆ³n.

Esta entrevista con Alpher fue publicada originalmente en APN (Act for Peace Now), una organizaciĆ³n situada en Washington que trabaja para impulsar la paz entre palestinos e israelĆ­es.

Yossi Alpher
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