Me encuentro un libro recientemente publicado en Francia, titulado De quoi se moque-t-on? (ยฟDe quรฉ nos burlamos?), con el subtรญtulo โSรกtira y libertad de expresiรณnโ, y no resisto las ganas de asomarme. Es un trabajo colectivo coordinado por Cรฉdric Passard y Denis Ramond, ambos politรณlogos, con la colaboraciรณn de acadรฉmicos de derecho, literatura, lengua, filosofรญa, comunicaciรณn, historia y sociologรญa, que hurga en la complicada relaciรณn que tiene el humor, pero especรญficamente la sรกtira publicada, la sรกtira polรญtica, con la dignidad humana, la libertad y la salud de una democracia plural.
Pienso, primero, en la burla, la misoginia y la violencia polรญtica de gรฉnero que ronda las discusiones pรบblicas. Como no solo de maรฑaneras vive uno, cambio la direcciรณn de la mirada y pienso no en el poder, sino en los caricaturistas. En los cartonistas mexicanos del siglo pasado, del periodo de transiciรณn democrรกtica y de las pรกginas de hoy. ยฟQuรฉ ha cambiado entre lo que podรญa hacer un cartonista de los aรฑos 50 sin poner en peligro su vida y lo que puede hacer un cartonista hoy sin caer presa de la cultura de la cancelaciรณn?
Recuerdo argumentos que sostienen que existe el derecho a la ofensa, pero no el derecho a poner en peligro a alguien.
Dudo que un caricaturista mexicano se atreva a burlarse hoy de una mujer poniendo un cuchillo en su imagen, o siquiera un poco de sangre, en un paรญs en el que las mujeres son asesinadas, violentadas, usadas y acosadas gracias a la permisiva, agresiva y cรณmplice cultura machista.
Una imagen asรญ, sin embargo, ยฟserรญa tan escandalosa en otro paรญs, otro contexto? En Inglaterra, el cartonista Nicola Jennings puso a Teresa May colgando de la punta de un cuchillo, pidiendo auxilio por lo del Brexit (el cuchillo era el Brexit). Encuentro caricaturas con cuchillos encajados en la espalda de los polรญticos por todas partes en el mundo. ยฟPodrรญa hacerse algo asรญ con una funcionaria mexicana? Una gobernadora que comete un error, que abusa de su cargo, que roba dinero pรบblico, ยฟpodrรญa ser representada en la prensa mexicana con una imagen que la violenta? Pienso en portadas satรญricas francesas que pusieron al papa con una mancha de excremento en su sotana, representando, por un lado, que โla cagรณโ y por otro, que es un hombre mayor que no controla sus esfรญnteres. Eso no es una crรญtica, dirรญan los autores del libro, sino un insulto, pero uno enmarcado en la dimensiรณn que le es propia al gรฉnero de la sรกtira.
ยฟPodrรญa aparecer asรญ, por ejemplo, una funcionaria mexicana corrupta, con su falda manchada de sangre representando por un lado que va sucia, pero por otro, que la menstruaciรณn es algo penoso?
Consulto este horrible ejemplo con algunos buenos amigos que ejercen el oficio y me llama la atenciรณn la diversidad de sus argumentos para cuidar lo que sale de su pincel: mencionan el buen gusto, por ejemplo, pero tambiรฉn la tarea a la que se ven llamados, una misiรณn que va mรกs allรก de la crรญtica y ronda la lucha por una causa, ya sea esta el feminismo o una ideologรญa econรณmica. Ven la caricatura como instrumento de batalla polรญtica. Tambiรฉn aparece, entre los argumentos, la imposibilidad de burlarse de las mujeres dada su poca masa crรญtica en el poder.
Yo creo que la sรกtira tiene como objeto ofender, golpear sobre la mesa, vociferar cosas indecentes, que escandalicen a la vรญctima y la hagan blanco de la risa de otros. Ese es el punto. Es un gรฉnero de denuncia que usa la desmesura, lo grotesco, lo fantรกstico y monstruoso que pone en tela de juicio el sistema de valores imperante. La sรกtira pone a dios, a su profeta, a lo sagrado, en entredicho.
Pero no es por sacudir el status quo por lo que tiene mala fama. La tiene porque, a diferencia de la crรญtica o del panfleto ideolรณgico, la sรกtira parece estรฉril. No conduce a la mejorรญa, no inhibe conductas, no propicia justicia. Solo ofende para hacer reรญr a terceros. Xรณchitl Gรกlvez aparece en una caricatura como una indรญgena falsa, el presidente aparece como una mascota del gobierno de Estados Unidos. Eso hace reรญr, o sonreรญr, a quienes no son del XochitlTeam ni transformadores obradoristas.
No sรฉ si eso es realmente estรฉril. En efecto, ninguna de esas imรกgenes cambiarรก la forma en la que se presenta una candidata o la relaciรณn con el gobierno americano, pero la sรกtira polรญtica ha estado en el corazรณn de luchas importantes contra el poder. Luchas sociales, luchas de clase. Las catrinas de Posada son una sรกtira contra las mujeres de clase acomodada en Mรฉxico, los gordรญsimos banqueros fueron la representaciรณn contra el abuso capitalista. Si al poder no se le podรญa cuestionar, sรญ que se podรญan dibujar las canalladas en un estilo de espejo deformado: no como crรญtica, sino como insulto para hacer reรญr.
Regreso al libro de Passard. Los coordinadores proponen contextualizar la sรกtira y delimitar su espacio, como una dimensiรณn autรณnoma que no tiene las mismas reglas que las dimensiones polรญtica, periodรญstica o intelectual en las que se ventilan los asuntos pรบblicos. No obstante, la sรกtira puede ser afectada por esas dimensiones, especialmente la jurรญdica. Por mucha autonomรญa que tenga, hay leyes que castigan el discurso de odio, la discriminaciรณn, la incitaciรณn a la violencia. Y la definiciรณn de eso es pantanosa. Aรฑรกdase que la diferencia entre una ofensa y un prejuicio es sutil.
ยฟPodemos reรญrnos de todo? No, dicen los religiosos, los militares, la policรญa, los poderosos. Y nos rebelamos contra ellos, porque son dogmรกticos, porque son abusivos, porque se protegen. Porque al poder hay que desnudarlo, ofenderlo y cuestionarlo. ยฟPero quรฉ pasa con otros temas? ยฟPodemos reรญrnos de la gente boba e ignorante que va a los concursos de televisiรณn? ยฟPodemos reรญrnos de los accidentes carreteros y mostrar en una imagen la estupidez humana? ยฟPodemos reรญrnos de quien ha muerto? ยฟPodemos reรญrnos de los chinos y de los tartamudos, de quienes viven con discapacidad, de las mujeres, de los indรญgenas, de los espaรฑoles, de los pobres, de los ricos, de los veganos, de las esposas de los famosos, de los esposos de las famosas, de las especies desaparecidas, de los yoguis, de los nerds, de los hรฉroes de la historia patria, de los niรฑos?
Ojalรก algรบn dรญa podamos. Ojalรก el contexto no tenga sangre, peligro y dolor, y podamos, en efecto reรญrnos de eso. Mientras tanto, ยฟpodemos burlarnos de Xรณchitl Gรกlvez, de Claudia Sheinbaum, de Beatriz Paredes, de Evelyn Salgado? Yo digo que sรญ. ~
es politรณloga y analista.