La relaciรณn entre Ciudadanos y el PSOE pasa por uno de sus peores momentos. Los primeros fueron muy crรญticos con la mociรณn de censura de Pedro Sรกnchez, a quien todavรญa reprochan no haber pasado por unas elecciones. Es una postura incomprensible en un partido que ha defendido el parlamentarismo frente a las mayorรญas aplastantes del bipartidismo, y que ha sido apoyo en el congreso tanto del PP como del PSOE. El PSOE, en cambio, para convencer a sus socios independentistas en la mociรณn, comenzรณ una campaรฑa de desprestigio contra Ciudadanos. El partido de Sรกnchez acusa a Cs de ser casi de ultraderecha. Es una exageraciรณn frรญvola e inaceptable.
Tras la victoria de la mociรณn de Sรกnchez, el PSOE ha convertido a Ciudadanos en el enemigo nรบmero uno, especialmente con respecto al independentismo. Le acusa de vivir del conflicto social, de polarizar, de ser la otra cara de la moneda de Puigdemont. La estrategia es expulsarlo de un nuevo consenso alrededor del gobierno. Es una estrategia arriesgada, dada la debilidad de sus apoyos parlamentarios. ยฟQuรฉ ocurrirรก cuando el independentismo decida โy realmente avisa cada dos por tres de elloโ saltarse la ley de nuevo, o insista en que el autonomismo ha acabado, o exija cosas que el gobierno no puede darle?
El intento de apaciguamiento del gobierno con el independentismo ha roto con una alianza constitucionalista que se puso de acuerdo en algo sencillo: que no cabรญan equidistancias a la hora de asignar culpas entre constitucionalistas e independentistas, que la carga de la prueba siempre estarรก en quien se salta el orden constitucional y las leyes, y no en quien se planta ante eso. La alianza constitucionalista es una alianza de mรญnimos, y trasciende intereses electorales y partidistas.
La estrategia del PSOE es negociar en vez de buscar la โderrotaโ del independentismo (como si esto fuera un objetivo ilegรญtimo: se puede hacer simplemente no cediendo a sus chantajes). Pero por el camino estรกn alienando a potenciales aliados. Porque, por mucho que el PSOE quiera dibujar a Ciudadanos como un partido peor que el PP, ambos partidos comparten mucho. En 2016 llegaron a hacer un pacto de gobierno juntos. Acordaron un documento con medidas progresistas. Habรญa buena sintonรญa entre los dos partidos porque realmente no se diferenciaban tanto: hay una intersecciรณn entre la socialdemocracia del PSOE y el liberalismo de Cs donde pueden hacerse muchas cosas.
El PSOE lidera las encuestas desde que estรก en el gobierno. Ha conseguido recuperar la ilusiรณn de la izquierda. Busca visibilizarse como una opciรณn viable de cara a las elecciones, pero su estrategia consiste tambiรฉn en polarizar, acusando a Ciudadanos de lo que no es (comparando incluso a Rivera con Pablo Casado). Ciudadanos estรก recogiendo el guante y haciendo una oposiciรณn dura, a veces infantil: el partido, que lideraba las encuestas antes de la mociรณn, estรก todavรญa resentido y se lame las heridas. Pide elecciones constantemente, habla de presidente provisional. Dos potenciales aliados separados por el tacticismo y el narcisismo de la pequeรฑa diferencia.
Ricardo Dudda (Madrid, 1992) es periodista y miembro de la redacciรณn de Letras Libres. Es autor de 'Mi padre alemรกn' (Libros del Asteroide, 2023).