https://www.flickr.com/photos/ewolivera/46366818485, CC BY 2.0

La censura es la norma en Cuba

El gobierno cubano acusa sistemรกticamente a artistas y periodistas de conspirar contra el Estado, creando un clima de persecuciรณn y miedo.
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El 26 de junio de 2021, agentes de la seguridad del Estado detuvieron al artista cubano Hamlet Lavastida. Acababa de regresar a La Habana tras un aรฑo en una residencia para artistas en Berlรญn. Se le acusรณ โ€“pero no se le imputรณ el delitoโ€“ de “incitaciรณn a delinquir” por una propuesta que compartiรณ en un chat privado para estampar moneda con logotipos de los movimientos opositores. Su idea nunca se llevรณ a cabo en Cuba, pero las autoridades alegaron que habรญa vuelto a su paรญs para liderar las protestas del 11 de julio y que era un agente de una conspiraciรณn imperialista para derrocar el rรฉgimen. Era la misma historieta de la Guerra Frรญa que el gobierno cubano ha vendido a sus oponentes durante dรฉcadas. Lavastida estuvo detenido durante tres meses antes de ser expulsado del paรญs.

En su esfuerzo por culpar a los artistas de las protestas del verano pasado en toda la isla, las autoridades cubanas han arrestado a los cocreadores de la canciรณn “Patria y vida”, ganadora de dos premios Grammy, y han sometido a otros “artivistas” a acoso, arresto domiciliario y detenciรณn. Aunque una generaciรณn mรกs joven de artistas politizados ha estado desafiando las leyes draconianas que coartan las libertades de expresiรณn desde 2018, las protestas del 11 de julio fueron provocadas por videos compartidos en grupos de Facebook por cubanos de a pie, como explicรณ Carla Colomรฉ en su ensayo โ€œ11 de julio en San Antonio de los Baรฑos: Lo que se ve/Lo que no se veโ€. Lavastida, que estaba fuera del paรญs mientras aumentaban las frustraciones durante la pandemia, ya estaba en la cรกrcel cuando comenzรณ el levantamiento. Sin embargo, sus “instructores” (el tรฉrmino cubano para referirse a los interrogadores) querรญan que confesara que estaba siendo “manejado” por dos extranjeros: la madre polaca de su hijo y yo. Los interrogadores exigieron que Lavastida confirmara que yo trabajaba para el National Democratic Institute (NDI), una ONG estadounidense vinculada al partido Demรณcrata, y que รฉl seguรญa mis รณrdenes.

La madre del hijo de Lavastida, Aga Gratkiewicz, trabaja en el sector inmobiliario y nunca ha sido empleada del gobierno polaco, y yo no trabajo para el NDI. Soy una artista, escritora y profesora universitaria cubano-americana. Desde la dรฉcada de 1980, he realizado investigaciones en la isla y he colaborado con artistas cubanos en pelรญculas, exposiciones e intercambios culturales. Nunca he solicitado financiaciรณn al National Endowment for Democracy (NED). En 2014, enseรฑรฉ en Brasil con una beca Fulbright financiada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, y en 1989 di una conferencia sobre el cine latino en Brasil bajo los auspicios de la Agencia de Informaciรณn de los Estados Unidos. Como artista, he recibido fondos de varios organismos gubernamentales europeos, latinoamericanos y del Medio Oriente en forma de comisiones y honorarios, ninguno de los cuales llevarรญa a la mayorรญa de la gente a concluir que me he visto obligada a servir a los intereses de ningรบn gobierno.

Pero el gobierno cubano insiste en que se trata de seรฑales de conspiraciรณn. Al igual que sus homรณlogos en Nicaragua, Venezuela y Rusia, los cubanos estรกn sujetos a leyes que penalizan las opiniones disidentes y criminalizan el apoyo financiero de organizaciones relacionadas con agencias gubernamentales estadounidenses. Si un artista o periodista cubano recibe un pago de una entidad financiada por el gobierno de Estados Unidos por un solo texto, actuaciรณn u obra de arte, toda su vida profesional se convertirรก en polรญticamente sospechosa. Pero los cubanos no tienen que recibir realmente fondos de entidades extranjeras para ser vilipendiados por hacerlo en los medios de comunicaciรณn estatales. Cualquier productor cultural que exprese opiniones crรญticas con respecto a las polรญticas y prรกcticas del gobierno cubano es susceptible de ser seรฑalado como enemigo del Estado.

Figuras culturales internacionalmente reconocidas como la periodista independiente Yoani Sรกnchez, la artista Tania Bruguera y el dramaturgo Yunior Garcรญa Aguilera son caricaturizados en los medios estatales cubanos como mercenarios que se enriquecen con la nรณmina del gobierno de Estados Unidos. No importa que la compaรฑรญa de teatro de Garcรญa Aguilera operara bajo contrato con el gobierno hasta que fue cerrada el mes pasado, o que el periรณdico digital de Sรกnchez, 14yMedio, estรฉ financiado en su totalidad por inversores privados, o que Tania Bruguera canalice los ingresos de sus ventas de arte, asรญ como las donaciones privadas a su Instituto de Artivismo (INSTAR). No importa que los medios de comunicaciรณn independientes cubanos con financiaciรณn estadounidense solo paguen a los isleรฑos entre 35 y 100 dรณlares por sus artรญculos y videos, o que los productores culturales independientes carezcan del derecho a formar organizaciones empresariales propias, o que a los periodistas independientes se les impida obtener credenciales de prensa en Cuba y a los artistas independientes se les castigue por su disidencia con la pรฉrdida del permiso para vender sus obras.  

Humberto Lรณpez, que ademรกs de su trabajo como presentador de la televisiรณn cubana es miembro del Comitรฉ Central del Partido Comunista de Cuba, ha dedicado muchos programas de los viernes por la noche en el รบltimo aรฑo a calumniar a artistas y periodistas como lacayos de Estados Unidos. Acusaciones similares aparecen regularmente en CubaDebate, Granma y blogs patrocinados por el Estado. La presunciรณn subyacente, que a menudo es aceptada sin rechistar por los partidarios extranjeros del gobierno cubano, es que el Partido Comunista debe tener el derecho exclusivo de hablar en nombre del pueblo cubano y que si los ciudadanos no se someten a la direcciรณn del partido se dejarรกn llevar por intereses extranjeros o por la llamada “mafia de Miami”. Es un argumento que niega a los cubanos la capacidad de juicio independiente. Infantiliza a los isleรฑos y denigra a la comunidad de exiliados, que se ve obligada a financiar a un gobierno que rechaza โ€“ya que el gobierno se beneficia de cualquier dinero enviado a la islaโ€“ para poder mantener a los familiares y amigos que permanecen en su patria.

Independientemente de la veracidad de sus acusaciones, las burdas campaรฑas de los medios de comunicaciรณn estatales cubanos producen un efecto escalofriante.

Los editores de una revista cultural independiente editada en el extranjero reconocen que, una vez que los medios estatales cubanos les acusan de recibir fondos estadounidenses, los colaboradores de la isla empleados por instituciones estatales dejan de colaborar con ellos para no perder sus puestos de trabajo. Las embajadas europeas en La Habana siempre han apoyado las actividades culturales cubanas, pero las relaciones de los intelectuales independientes con ellas son tratadas como sospechosas. La curadora Claudia Genlui fue despedida de su trabajo en La Factorรญa Habana en 2019 porque dio una conferencia sobre el arte independiente cubano en la embajada checa. Yanelys Nuรฑez Leyva fue despedida de la revista Revoluciรณn y Cultura porque cocreรณ el sitio web El Museo de la Disidencia, por el cual ella y el artista Luis Manuel Otero Alcรกntara recibieron un Premio a la Libertad de Expresiรณn en 2018 de la organizaciรณn londinense Index on Censorship.

Aunque algunos artistas plรกsticos y mรบsicos pueden mantenerse con la venta de sus obras, a menudo con la ayuda de internet para encontrar mercados fuera de los canales estatales, muchos productores culturales se encuentran en una situaciรณn econรณmica desesperada cuando el Estado toma represalias, dejรกndolos sin empleo e incluso sin hogar: la seguridad del Estado suele intimidar a sus propietarios para que los desalojen. Algunos han buscado becas en el extranjero. En el รบltimo aรฑo, los colaboradores de El Estornudo Mario Luis Reyes y Mรณnica Barรณ, que en su dรญa informaron desde Cuba, se han instalado en Espaรฑa, mientras que el cofundador Abraham Jimรฉnez Enoa, que tiene prohibido salir de la isla, ya no aparece en la cabecera. Otros han buscado el apoyo financiero de ONGs con un enfoque de derechos humanos o a favor de la democracia en Estados Unidos, Amรฉrica Latina y Europa.

El Movimiento San Isidro, por ejemplo, se acercรณ al Instituto Nacional de la Democracia en 2019. “Las cosas llegaron al punto de que Luis Manuel (Otero Alcรกntara) no tenรญa dinero ni para el transporte pรบblico. Nos habรญamos quedado sin trabajo, pero querรญamos seguir con nuestra labor”, explica la integrante Iris Ruiz sobre la decisiรณn. Desde entonces, algunos miembros han viajado a Europa y Sudamรฉrica bajo los auspicios del NDI y de la ONG argentina CADAL , y el NDI ayudรณ a Ruiz a viajar a Estados Unidos para recibir el tratamiento mรฉdico que no podรญa obtener en Cuba.

En los รบltimos cuatro aรฑos, la escalada de tensiones entre el sector artรญstico y el gobierno ha politizado a una generaciรณn joven de artistas, mรบsicos, periodistas y cineastas. Estos trabajadores de la cultura estaban acostumbrados a operar en una zona gris de la cultura cubana que no estรก dirigida ni sancionada por el Estado. Viajaban con frecuencia, vendรญan ellos mismos su trabajo, lo hacรญan circular por internet y presentaban sus obras en lugares privados. Desde 2018, cuando se introdujeron leyes para restringir la actividad cultural independiente y penalizar a cualquiera que publicara comentarios crรญticos sobre el gobierno cubano en lรญnea, se han vuelto cada vez mรกs ruidosos acerca de su desafecciรณn, produciendo comentarios crรญticos, campaรฑas de internet y videos musicales, conferencias de transmisiรณn en vivo y denuncias en el terreno sobre los excesos de los funcionarios cubanos. Como el resto de la poblaciรณn, dependen de los cubanos de la diรกspora para recargar sus telรฉfonos mรณviles. Facebook es su plaza pรบblica alternativa, a pesar de que ETECSA, la empresa estatal de telecomunicaciones, puede bloquear intermitentemente el acceso a internet de los disidentes.

Tras la histรณrica sentada de cientos de artistas en el Ministerio de Cultura en noviembre de 2020, que dio lugar a la formaciรณn del movimiento 27N, los ministros rechazaron las demandas de diรกlogo de los artistas. Como represalia por seguir alzando la voz, los artistas sufren la expulsiรณn de los puestos de trabajo y los sindicatos estatales, restricciones a los viajes, arresto domiciliario, multas, interrogatorios hostiles y detenciรณn sin juicio. Y las continuas acusaciones en los medios de comunicaciรณn estatales sirven para intimidar al resto de la poblaciรณn. En los medios de comunicaciรณn extranjeros que simpatizan con el gobierno cubano, el hecho de centrarse en la financiaciรณn estadounidense de las actividades prodemocrรกticas echa mรกs leรฑa al fuego al dar credibilidad a la posiciรณn del Estado cubano de que la disidencia en la isla estรก orquestada por Estados Unidos. Ademรกs, la caracterizaciรณn de la financiaciรณn de la NED como necesaria y exclusivamente subversiva no tiene en cuenta el hecho de que la NED financia proyectos progresistas en numerosos paรญses latinoamericanos que son aliados de Estados Unidos, como Guatemala, Brasil y Colombia.

En realidad, el apoyo de fuentes gubernamentales estadounidenses representa solo una parte del dinero que los isleรฑos utilizan para expresar sus crรญticas, y el propio gobierno cubano recibe apoyo de la USAID a travรฉs de la Organizaciรณn de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaciรณn. Segรบn el Havana Consulting Group, la diรกspora cubana enviรณ 3,720 millones de dรณlares en remesas a Cuba en 2019, lo que constituye la tercera mayor reserva de divisas del paรญs. Parte de ese dinero se destina a las telecomunicaciones y a la producciรณn cultural independiente de la isla. Artistas, escritores y cineastas cubanos emprendedores han utilizado el crowdfunding para financiar sus emprendimientos durante mรกs de una dรฉcada, y los influencers cubanos astutos solicitan suscripciones a sus espectadores habituales. El flujo de quejas que los cubanos de a pie airean en las redes sociales es posible gracias a las remesas de los exiliados, no al Departamento de Estado de Estados Unidos.

Los empresarios cubanos expatriados respaldan el medio de comunicaciรณnCiberCuba. Los podcasts de El Toque reciben apoyo de RNW Media en los Paรญses Bajos. Periodismo de Barrio recibe financiaciรณn de Suecia y Noruega. Algunas de las publicaciones digitales que reciben financiaciรณn de ONGs financiadas por el gobierno de Estados Unidos tampoco dependen totalmente de esos fondos; obtienen ingresos de la publicidad y de empresas editoriales auxiliares. La mayor parte del dinero estadounidense que se distribuye para trabajar en Cuba, como detalla Tracey Eaton en su Cuban Money Project, nunca llega a Cuba: se gasta en Espaรฑa, Florida y Mรฉxico en los costes de funcionamiento, salarios, tecnologรญa y de internet de las publicaciones digitales, y en la producciรณn de eventos culturales cubanos celebrados fuera de la isla. Los editores de las publicaciones que sรญ reciben subvenciones de la NED seรฑalan sistemรกticamente que sus decisiones de contenido siguen siendo independientes y que sus financiadores solo exigen que se rindan cuentas de los gastos. Los medios de comunicaciรณn opositores que defienden las opiniones polรญticas mรกs conservadoras, como ADN Cuba, tienen su sede en Miami, donde todas las noticias en espaรฑol se inclinan fuertemente hacia la derecha, mientras que las publicaciones con oficinas en Europa y Mรฉxico tienden a tener una lรญnea editorial mรกs liberal y culturalmente enfocada.

Las afirmaciones del presidente cubano, Miguel Dรญaz-Canel, de que los artistas y periodistas independientes cubanos forman parte de una campaรฑa de terrorismo mediรกtico, se hacen eco de las acusaciones formuladas contra los disidentes de รฉpocas anteriores. Pero mucho ha cambiado en los รบltimos 20 aรฑos. El acceso a internet ha ampliado la capacidad de la poblaciรณn en general para comunicarse, compartir preocupaciones e informarse utilizando fuentes ajenas a los canales estatales. La disminuciรณn de la dependencia del apoyo del gobierno cubano a la cultura, junto con la creciente represiรณn de los artistas, ha envalentonado a un sector de la sociedad cubana que antes preferรญa someterse a la autoridad a cambio de privilegios econรณmicos. Cuanto mรกs ejerza el gobierno cubano el poder sobre los artistas a travรฉs de la violencia, mรกs se identificarรกn los artistas e intelectuales con las vรญctimas de fuera de su entorno que sufren un maltrato similar.

Ahora, la reciente decisiรณn de desestimar los casos contra un puรฑado de artistas blancos y de alto nivel educativo, mientras que docenas de manifestantes pobres de color se enfrentan a largas condenas de prisiรณn, estรก siendo criticada por los activistas como una medida diseรฑada para exacerbar las divisiones de clase y raza, alejando asรญ a los artistas de “los cubanos de a pie”. Segรบn Prisoners Defenders, en diciembre de 2021 habรญa 842 presos polรญticos. Mรบltiples fuentes de noticias han informado de que decenas de cubanos estรกn siendo sometidos a juicios sumarios, incluidos menores de edad. Los artistas y periodistas que estรกn arrojando luz sobre esta injusticia no necesitan que el Departamento de Estado de Estados Unidos los aliente.

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Este ensayo fue publicado originalmente en inglรฉs en NACLA: Report on the Americas.

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es artista y escritora y autora de Pasos Peligrosos: Performance y Polรญtica en Cuba (Turner Libros 2017). Es profesora en The Cooper Union for the Advancement of Science and Art.


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