La cabeza del optimista ilusorio funciona asรญ: โno me molestan demasiado los lunes, aunque prefiero los martes en la tarde, ya que a esa altura es casi miรฉrcoles y el dรญa siguiente es jueves y, ยกya estรก!, es viernes de nuevoโ.
El optimismo realista, por su parte, ve las cosas de modo muy distinto. De acuerdo con su enfoque, la gracia que tienen los lunes es que son siempre un โbaรฑo de realidadโ. Atrรกs quedan las ilusiones y fiestas del fin de semana. Por delante solo se avizora trabajo y mรกs trabajo.
Como bien sabemos (y sufrimos por ello), el deseo siempre choca con la realidad, no existe escapatoria a esa ecuaciรณn fundamental de la existencia humana. Lo que se anhela, lo que se exige, sueรฑa o vocifera, si no se traduce en rigor, planificaciรณn, esfuerzo, compromiso y trabajo, enormes dosis de trabajo, se queda en la superficialidad de las consignas y la estridencia de la muchedumbre.
Los lunes obligan a aterrizar teorรญas y expectativas meramente desiderativas, dejando frente a nosotros el vasto camino que aรบn queda por recorrer. Mรกs allรก de las consecuencias del รฉxtasis y de los espejismos de fin de semana, lo cierto es que no podemos evitar que estos lleguen. Todo fin de fiesta conduce a una tarde de domingo, para una gran mayorรญa, angustiosas y temibles, por lo que se sabe despuntarรก a la maรฑana siguiente. A veces los lunes tambiรฉn contienen resaca y โcruda moralโ (nada mรกs inรบtil que ella). La culpa no sirve de nada si no se transforma en responsabilidad con el pasado y en aprendizaje para el futuro. Los grandes proyectos individuales y colectivos requieren lucidez para asumir el costo que implican, resiliencia para administrar la energรญa que requieren y compromiso para no desfallecer en el camino.
Ya es lunes otra vez, y todo lo que vivimos el pasado fin de semana se comenzarรก a clarificar. Algunos al despertar se sentirรกn felices y aliviados, otros frustrados, tambiรฉn los habrรก enojados y asustados. Lo cierto es que, disipadas las fantasรญas del fin de semana, si queremos en verdad tomar la oportunidad que hemos elegido como ciudadanos, deberemos dejar de razonar desde la ilusiรณn y trabajar en conjunto para construir un mejor paรญs, donde no sobre nadie; contemos con un Estado moderno y dinรกmico; un empresariado sin miedo a la transformaciones; intelectuales que contribuyan desde la creatividad, las ideas y la ciencia a estar a la altura del siglo por el transitamos y una ciudadanรญa con espรญritu cรญvico que entienda que, para ocupar el lugar que la historia le ofrece, deberรก trabajar consistentemente en dejar atrรกs la adolescencia y, como todo adulto, tomar en forma responsable las riendas de sus destino y asumir las consecuencias de sus actos.
es psicรณlogo, lingรผista y artista visual. Sus libros mรกs recientes son La revoluciรณn del malestar (2020) y En defensa del optimismo (2021). Es vicepresidente de Amarillos por Chile.