Los escรกndalos de corrupciรณn se dieron en cascada. El presidente y su cรญrculo cercano estaban bajo ataque. La aprobaciรณn del gobierno cae a niveles sin precedentes. La prensa internacional narra las historias de dinero mal habido con lujo de detalle. La gente en las calles exige a gritos la renuncia del presidente. Los empresarios comienzan a pensar que esta es la mejor soluciรณn. Primero lo dicen en corto, despuรฉs lo piden pรบblicamente, porque creen que es la รบnica salida viable a la profunda crisis de liderazgo, legitimidad y confianza en la que estรก sumido el paรญs.
Me imagino al presidente reunido con sus asesores.
–¿Cรณmo salir de este tremendo desastre?
– Tiene que dar un mensaje reconociendo la situaciรณn, pero al mismo tiempo, tiene que afirmar categรณricamente que usted no ha hecho nada ilegal
– Invoque a la ley, a las instituciones y diga que usted las respeta.
Alguien en la junta le recomienda que, ademรกs, se disculpe con la gente.
– Es la รบnica manera de pasar este trance. La gente estรก muy enojada y una disculpa puede ayudarle a recuperar legitimidad ante la sociedad. Es lo correcto.
Al principio, al presidente no le gusta nada la idea. Como hombre de poder, no estรก muy acostumbrado a disculparse, y menos por acusaciones de corrupciรณn. Es cierto, su riqueza es inocultable. Pero estรก convencido de que no tiene nada de quรฉ avergonzarse. Pese a ello, sus asesores lo convencen. Asรญ, con la credibilidad por los suelos y con la clara mayorรญa reprobando su mandato, sale a dar su mensaje. En รฉl le pide perdรณn a su pueblo por los escรกndalos de corrupciรณn, de los que se deslinda en lo personal, aunque reconoce y asume su responsabilidad indirecta, “esto ha acontecido en mi gobierno y por funcionarios cercanos, y a los que designรฉ. Esto me obliga a pedir una disculpa pรบblica y a decir lo que nace desde el fondo de mi corazรณn. A pedir perdรณn.” Lamentablemente, muy pocos le creen. “Ha sido un mensaje patรฉtico, vergonzoso y cรญnico” afirman los analistas polรญticos.
Hablo, desde luego, de la situaciรณn de nuestro paรญs vecino, Guatemala, y de la grave crisis por la que atraviesa el gobierno del presidente Otto Pรฉrez Molina.
Creo que el mensaje a la naciรณn del presidente Pรฉrez Molina tiene varias fallas importantes:
1) El tono de la voz, asรญ como sus gestos y lenguaje no verbal reflejan exasperaciรณn y enojo. Esto en vez de generar empatรญa, genera distanciamiento de la audiencia.
2) El lenguaje es abstracto, rebuscado y lejano.
“Ignorar las demandas manifiestas de la poblaciรณn en su ejercicio ciudadano expresado en la coyuntura actual a nivel nacional es un alto riesgo. El fin superior es resguardar la institucionalidad y avanzar en las transformaciones urgentes en lo polรญtico, legal y administrativo”.
Un claro ejemplo de cรณmo no comunicar con claridad. La transparencia comienza con el lenguaje.
3) No se refuerza el argumento de inocencia con mรกs elementos que la palabra del presidente. Este comienza haciendo referencia a las protestas contra su gobierno. Luego habla de las acusaciones en su contra y dice que darรก la cara. Pero no le explica a la gente los valores, creencias o hechos en las que basa esa afirmaciรณn. Esto es importante en tรฉrminos de persuasiรณn, porque estรก demostrado que la gente acepta con mucho mayor facilidad un mensaje cuando viene acompaรฑado de un argumento que suene razonable.
4) El discurso no busca generar certidumbre en el pueblo guatemalteco, sino que apuesta por su divisiรณn con el argumento del complot. Primero, el presidente acusa al sector empresarial y grupos de poder externo de seguir “estrategias intervencionistas” que pretenden “quebrantar la democracia”. Luego, apela a la “Guatemala profunda” de las organizaciones sociales y las zonas rurales para que defiendan la democracia, aunque suena mรกs a que pide que lo defiendan a รฉl. Lo hace como una especie de afirmaciรณn de que el verdadero pueblo, el que lo apoya, no estรก en esas รฉlites traicioneras que lo cuestionan.
A pesar de que en nuestro vecino del sur sรญ ha habido consecuencias significativas por ese penoso escรกndalo de corrupciรณn, el caso nos demuestra una vez mรกs lo difรญcil que es para nuestros polรญticos convencer de que actรบan con una รฉtica de la rendiciรณn de cuentas y del cuidado del interรฉs general. El discurso del presidente Pรฉrez Molina es mรกs el discurso de un polรญtico acorralado que denuncia a sus enemigos, que el de un jefe de Estado que busca rendir cuentas, resolver la crisis, conciliar y marcar un nuevo rumbo para su paรญs.
Lo รบnico que me consuela es que ver presidentes impopulares aferrรกndose al cargo y disculpรกndose por actos de corrupciรณn que ellos nunca cometieron es algo que solo estรก pasando en Guatemala y Brasil…
Especialista en discurso polรญtico y manejo de crisis.