Cuando fue nombrado presidente de Cataluรฑa en 2018, Quim Torra no tardรณ en recordar que era solo un โpresident custodioโ. El verdadero presidente serรญa Puigdemont, huido de la justicia en Bรฉlgica. Torra tampoco podrรญa utilizar el despacho del presidente en la Generalitat. Si el presidente โlegรญtimoโ Puigdemont no podรญa ejercer su cargo, nadie deberรญa usar su despacho. Esto convirtiรณ a Torra desde el principio en un presidente vicario. En los casi dos aรฑos que lleva en el cargo ha ejercido su poder con firmeza y autoritarismo, pero siempre ha sido difรญcil adivinar si estaba simplemente cumpliendo รณrdenes.
Torra se enfrenta ahora a una mayor reducciรณn de sus poderes y a una nueva humillaciรณn. Ha perdido su condiciรณn de diputado y se debate si podrรก perder su condiciรณn de presidente (el Estatuto de Cataluรฑa exige que el president sea diputado). En un acto en el parlament, Torra exigiรณ al presidente de la cรกmara, Roger Torrent (ERC), que no ejecute la orden de la Junta Electoral, por respeto a las โinstitucionesโ y a la โvoluntad popularโ. Pero Torrent no se plegรณ. Los diputados de JxCAT aplaudieron de pie a Torra. Los de ERC, en cambio, permanecieron sentados y en silencio. Era la imagen de una ruptura. El presidente ovacionado por los suyos pero ignorado por su vicepresidente (Pere Aragonรจs, de ERC) y sus socios de gobierno.
Ante esta escenificaciรณn de una ruptura, parecรญa que Torra convocarรญa elecciones inmediatamente, pero volviรณ a humillarse: hizo una declaraciรณn institucional en la que prometรญa elecciones pero solo tras la aprobaciรณn de los presupuestos (cuya negociaciรณn lideraba ERC con los comunes, y que anticipa en cierto modo un posible tripartito en Cataluรฑa, con el PSC).
La serie de humillaciones de los รบltimos meses tiene una clave: el pacto entre PSOE y ERC para el gobierno central. Una de las condiciones que puso ERC para apoyar a Pedro Sรกnchez era crear una mesa de negociaciรณn bilateral entre el gobierno y la Generalitat, pero no contaron en esa negociaciรณn con el interlocutor principal de la Generalitat, el presidente. Torra, incluso, se negรณ desde el principio a participar. Se producรญa una situaciรณn extraรฑa en la que el vicepresidente de la Generalitat pactaba una comisiรณn bilateral Gobierno-Generalitat donde no estaba incluido el presidente de la Generalitat.
Este ninguneo es aรบn mayor ante la posibilidad de que Torra pierda la presidencia. Sรกnchez ha prometido que hablarรก con Torra el 6 de febrero, pero ha llegado incluso a decir que hablarรก con quien sea presidente de la Generalitat. Serรก una reuniรณn estรฉril y difรญcilmente explicable desde el punto de vista de Sรกnchez: ยฟpara quรฉ hablar con un presidente inhabilitado como diputado, acusado de desobediencia y ademรกs ninguneado por sus socios de gobierno? En su partido, JxCAT, ya se postulan varios nuevos nombres para la presidencia.
Torra, un presidente xenรณfobo y con tics autoritarios, que aspira a una especie de mandato por aclamaciรณn popular, dio un giro melancรณlico inusual en una entrevista reciente: โMe hubiera gustado que en todo este proceso de mi desobediencia me hubieran acompaรฑado otrosโ. El presidente custodio custodiado por sus socios de gobierno hacia la salida.
Ricardo Dudda (Madrid, 1992) es periodista y miembro de la redacciรณn de Letras Libres. Es autor de 'Mi padre alemรกn' (Libros del Asteroide, 2023).