Foto: Mahmoud Issa/Quds Net News via ZUMA Press

Terrorismo y contraterrorismo

Al evaluar lo que ha hecho Hamás, es importante recordar que los atroces crímenes no son (o no son únicamente) fines en sí mismos. Son absolutamente horribles y merecedores de toda condena, y forman parte de un plan.
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Quiero compartir una reflexión sobre el terror y la lucha antiterrorista, suscitada por los atentados de Hamás y los dilemas a los que se enfrenta Israel. No se basa en conocimientos regionales, pero sí en trabajos académicos sobre la política del terror y la insurgencia. No se trata tanto de un análisis de acontecimientos concretos como de un recordatorio general de la forma más amplia que pueden adoptar tales acontecimientos.

Para la víctima, el terror es lo que es. Para el terrorista, lo importante es lo que ocurre a continuación.

El terror puede ser un arma de los débiles, diseñada para que los fuertes utilicen su fuerza contra sí mismos. Los terroristas saben lo que van a hacer y tienen una idea de lo que vendrá después. Pretenden crear una situación emocional en la que la acción autodestructiva parezca la única y urgente opción.

Cuando has sufrido el terror, el argumento que estoy exponiendo parece absurdo; los terroristas pueden parecerte bestias delirantes que solo necesitan castigo. Sin embargo, por horrible que sea el crimen, no suele denotar falta de planificación. Normalmente parte del plan es enfurecer.

Los estadounidenses han caído en la trampa. El 11-S fue un ataque terrorista exitoso porque nosotros hicimos que lo fuera. Independientemente de que sus planificadores y autores vivieran o no para verlo, logró su principal objetivo: debilitar a Estados Unidos. Sin el 11-S, Estados Unidos probablemente no habría invadido Irak, una decisión que provocó la muerte de decenas de miles de personas, contribuyó a financiar el ascenso de China, debilitó el derecho internacional y minó la credibilidad estadounidense. El 11-S fue una causa que contribuyó a decisiones estadounidenses que causaron muchas más muertes que el propio 11-S. Pero la cuestión aquí es que el 11-S facilitó decisiones estadounidenses que perjudicaron a Estados Unidos mucho más de lo que lo hizo el propio 11-S.

(El 13 de septiembre de 2001, abandoné la conferencia que tenía prevista sobre la historia de Europa del Este y hablé enteramente sobre el terror y la lucha contra el terrorismo, siguiendo estas líneas. Estaba preocupado, pero no imaginaba entonces lo bien que funcionaría la provocación. La invasión de Irak fue un desastre que surgió de muchas fuentes; pero una de ellas fue la lógica del terror –y de hecho su explotación por parte de personas que querían una guerra en Irak de todos modos.)

Al evaluar lo que ha hecho Hamás, es importante recordar que los atroces crímenes no son (o no son únicamente) fines en sí mismos. Son absolutamente horribles y merecedores de toda condena, pero no carecen de sentido. A diferencia de los israelíes, que están conmocionados y sienten que deben actuar urgentemente, Hamás lleva años elaborando este escenario. Los que llevan a cabo los crímenes bestiales siguen un plan que anticipa una reacción israelí. 

El mecanismo clásico es que un terrorista provoca a un Estado para generar tanto sufrimiento entre su propio pueblo que este se ponga indefinidamente del lado del terrorista.

No diré que sé lo que Hamás espera de Israel, ni lo que Israel debería hacer. Eso sería cosa de personas con los idiomas y los conocimientos necesarios para leer y analizar los documentos y los datos. Lo que quiero decir es que siempre merece la pena preguntarse, en estas situaciones, si se está siguiendo el guion del terrorista. Si lo que quieres hacer es lo que tu enemigo quiere que hagas, alguien se equivoca. Puede que sea tu enemigo. Pero también puedes ser tú. 

PS. Soy consciente de que el tono frío de este texto puede parecer chocante en el contexto del sufrimiento humano. Lo lamento.

PPS. Me anticipo a la objeción de que la política estatal israelí ha sido diseñada para provocar a los palestinos. Estoy de acuerdo en que los fuertes también pueden aterrorizar a los débiles.

PPPS. Mis trabajos sobre terror y contraterror e insurgencia y contrainsurgencia, en un periodo y una región diferentes, se encuentran en mis libros Sketches from a secret war, Reconstruction of nations, Bloodlands y Black Earth, y en artículos en Past and present y The journal of cold war history.

Traducción del inglés de Daniel Gascón. 

Publicado originalmente en el Substack del autor.

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Timothy Snyder (1969) es un historiador estadounidense, profesor en la Universidad de Yale, especializado en la historia de Europa Central y del Este y en el Holocausto. Su libro más reciente en español es 'Nuestra enfermedad. Lecciones de libertad en un diario de hospital' (Galaxia Gutenberg, 2020).


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