Aleksรฉi Feodรณsievich Vangengheim es un cientรญfico idealista y fiel al socialismo. Es meteorรณlogo, fundador en 1930 de la Oficina del Tiempo, director del Servicio Hidrometeorolรณgico Unificado de la URSS. โEs miembro del Partido, es un burguรฉs comunistaโ, escribe Olivier Rolin en El meteorรณlogo (Libros del Asteroide, 2017), โse sienta en un sinfรญn de comitรฉs y subcomitรฉs, presรญdiums y consejos cientรญficos. Conoce a Gorki y a Krrupskaia, la viuda de Lenin, al comisario del pueblo para la Instrucciรณn, Lunacharski, y al gran sabio y explorador รกrtico Otto Yuliรฉvich Schmidt, que aรบn estรก dando sus primeros pasos hacia la gloria. En la Gran Enciclopedia Soviรฉtica, figura justo por delante de Van Gogh. Parece bien encaminado para llegar a ser miembro de la Academia de Ciencias, ser condecorado con la Orden de Lenin, etcรฉteraโ. Sus previsiones meteorolรณgicas ayudan a la agricultura socialista, su misiรณn es โayudar al proletariado revolucionario a dominar las fuerzas de la Naturalezaโ.
Su idealismo no acaba en la Uniรณn Soviรฉtica. Sueรฑa con un sistema meteorolรณgico mundial, con un catastro de los vientos y del sol. El comunismo es los sรณviets mรกs electricidad, y Vangengheim piensa que en el futuro la URSS serรก completamente autosuficiente gracias a la energรญa del viento y del sol. Piensa con amargura que es uno de los pioneros de las energรญas renovables, pero que nunca se le atribuyรณ el mรฉrito.
Los aรฑos treinta en la Uniรณn Soviรฉtica son aรฑos de idealismo cientรญfico: hay hรฉroes socialistas que llegan a la estratosfera, que alcanzan regiones remotas con barcos rompehielos, que construyen el metro de Moscรบ. Son tambiรฉn los aรฑos de las hambrunas en Ucrania por la colectivizaciรณn forzosa, de los gulags en Siberia y Kazajstรกn, de las purgas, los chivatazos y el Terror estalinista, la paranoia por el supuesto sabotaje al socialismo. Vangengheim no escapa a esto. Ni siquiera sus verdugos pudieron escapar a los aรฑos del Terror estalinista. En 1934, fue acusado de liderar una conspiraciรณn que buscaba โsabotear la lucha contra la sequรญa desorganizando la red de los observatorios y falsificando sus previsionesโ. Un colaborador suyo en la Oficina Central del Tiempo dio el chivatazo. Lo definiรณ como โde temperamento autoritario y arribista, polรญticamente hostil al Partidoโ.
El 8 de enero de 1934, la mujer de Vangengheim le espera en el Teatro Bolshรณi de Moscรบ, pero no llega. Estรก en la Lubianka, la sede de la KGB. Despuรฉs de un interrogatorio en el que se construyen meticulosamente pruebas contra รฉl, es enviado a un campo en las islas Solovkรญ, en medio del Mar Blanco. Es el primer campo de la Direcciรณn Central de los Campos de Concentraciรณn, o GULAG, fundado en 1923. En 2012, el escritor francรฉs Olivier Rolin, en uno de sus innumerables viajes a Rusia, visita las islas. Allรญ una mujer de una asociaciรณn de memoria histรณrica del Gulag le descubre las cartas de Vangengheim a su mujer y a su hija, su โestrellitaโ, a la que enviaba dibujos de animales y plantas, jeroglรญficos, adivinanzas, poemas y pequeรฑas viรฑetas: โQuerida hijita mรญa, durante un tiempo no podrรฉ enviarte mis dibujos, pero espero que tรบ me mandes los tuyos. ยฟTe llegรณ el segundo zorro azul? ยฟRecibiste los nidos de pardillo y de varรกkushka? ยฟQuรฉ haces en este momento? ยฟCรณmo van tus clases de mรบsica? Mi gatito sigue portรกndose muy bien, somos buenos amigosโ. Es la รบltima carta que escribiรณ, en 1937.
Rolin traza la historia de Aleksรฉi desde su secuestro en 1934, pero su objetivo no es hacer una biografรญa exhaustiva. Hay muchas lagunas, que el escritor rellena con una breve historia de las purgas estalinistas, con su rusofilia, con reflexiones sobre la idea del espacio y las grandes extensiones de Rusia, sobre la utopรญa fracasada. Recuerda a Emmanuel Carrรฉre o incluso a la primera parte de Niveles de vida, de Julian Barnes, donde habla de la historia de los idealistas que buscaban alcanzar la estratosfera en globos.
Las cartas que envรญa a su mujer le sirven como guรญa. Son desesperadas, llenas de amargura y tambiรฉn una esperanza casi patolรณgica: Vangengheim sigue creyendo en el partido, escribe a Stalin y a altos cargos del partido para explicarse y defender su inocencia. Llega incluso a hacer pequeรฑos mosaicos de Stalin. Todo esto tiene que ser un error, Stalin no debe conocer mi caso. ยฟY no puede Gorki, el โVoltaire soviรฉticoโ, hacer algo por mรญ?, se pregunta. El escritor ruso visitรณ en 1929 el campo, y en 1933 volviรณ con ciento veinte poetas para hacer el crucero que cruza el canal Bรกltico-Mar Blanco. Miles de presos polรญticos del Gulag murieron durante su construcciรณn. Vangengheim no puede creer que el sistema por el que luchรณ en 1917 lo encarcele.
El Gulag es un infierno, pero tambiรฉn un microcosmos intelectual. Hay catedrรกticos, mรบsicos, poetas, intelectuales y cientรญficos. Hay un teatro, hay una biblioteca impresionante, que Vagengheim se ocupa de administrar, hay conferencias, conciertos (โse interpreta a Brahms y el segundo concierto de Rajmรกninov pero anunciando uno de Chaikovski, para disimular que se osa interpretar la mรบsica de un emigradoโ), una โsociedad de estudios regionales que se interesa por la fauna o la arqueologรญa de las islas. Uno de los presos recuerda โhaber tenido en sus manos una ediciรณn de Los miserables anotada, en ruso y en francรฉs, por la mano de Turguรฉnev […] Durante su estancia en las Solovkรญ, lee tanto la Geografรญa universal de Elisรฉe Reclus como La cartuja de Parma o la Historia de Tom Jones de Fielding e incluso, en julio de 1937, los dos primeros tomos de En busca del tiempo perdido, โmuy de moda en la รฉpocaโ, segรบn diceโฆโ No es una intelectualidad clandestina, sino aceptada e incluso fomentada por la administraciรณn. Hay que corregir las mentes desviadas. Vangengheim sigue investigando, sigue avanzando en sus experimentos sobre el tiempo. Rolin se lamenta de la enorme cantidad de capital humano que despreciรณ Stalin.
En octubre de 1937, el gran aรฑo del Terror estalinista, Vangengheim y miles de presos de las Solovkรญ embarcan hacia Kem, en Karelia, โy a partir de ese momento se pierde su rastro durante sesenta aรฑosโ. La mujer de Vangengheim no sabe dรณnde estรก su marido. En 1939 escribe a la direcciรณn del NKVD para preguntar sobre su paradero. Le responden que estรก bien, pero que en 1937 se reexaminรณ su expediente y fue condenado de nuevo a diez aรฑos, esta vez sin derecho a correspondencia. Mรกs adelante descubrirรก que โsin derecho a correspondenciaโ es un siniestra expresiรณn que en la Rusia soviรฉtica significa muerte, en este caso tiro en la nuca.
Ricardo Dudda (Madrid, 1992) es periodista y miembro de la redacciรณn de Letras Libres. Es autor de 'Mi padre alemรกn' (Libros del Asteroide, 2023).