Salgo con cierta frecuencia, y una vez fuera, en la calle, tengo la impresiรณn de vivir en un cuento de hadas donde todo es caรณtico y desenfrenado. Esto lo anotรณ Robert Walser, pero me gusta imaginar que lo pensรฉ hoy al cruzar una calle. Cubrebocas aquรญ, allรก, cubrebocas en todas las esquinas. Un detalle como รฉste se multiplica. Sabemos que, naturalmente, obviamente, detrรกs de cada cubrebocas se habla del problema mayรบsculo, pero observemos el objeto aislado, multiplicado, las dimensiones que toma dรญa con dรญa.
Primero, lo que se puede observar, en condiciรณn de peatรณn, en estas calles. Tipos de cubrebocas. Azules, blancos, blandos, rรญgidos, improvisados, paรฑoletas, trapos, ejemplares raros. Observรฉ, por ejemplo, uno rรญgido, muy sofisticado, quizรก el mejor del mundo, un lugar adelante del mรญo en la fila del banco. Un paso adelante, tal vez como suelen situarse las mejores cosas, estaba el cubrebocas que generรณ envidia; mรกs de uno se acercรณ a preguntar dรณnde se podรญa conseguir. Y poco faltรณ para que el hombre lo intercambiara con todos los que preguntaban. A una semana de la alerta sanitaria, los cubrebocas son parte del dรญa a dรญa, se van personalizando. Dibujos en los cubrebocas de los adolescentes sin tareas, sonrisa y lengua de fuera en el cubrebocas del gracioso de la oficina, frases ocurrentes en los cubrebocas de los que reciรฉn leyeron el periรณdico. Colores, tipos de telas, acabados, decorados. Ahora son objetos de uso diario, se personalizan. Deja de importar el tipo de cubrebocas que se usa, pues como sean, seguros o no, lo que importa es traer uno, incluso puesto como diadema o pulsera. Impera, me parece, el uso, la importancia de traerlo sin importar si es รบtil y sin importar la situaciรณn.
Hace unos dรญas, como sabemos, temblรณ en la ciudad de Mรฉxico. Mi tรญa ahora aparecerรก como un ejemplo del uso del cubrebocas en una situaciรณn doblemente extrema, pero antes imaginemos que vive en un quinto piso, que estรก barriendo su departartamento, mientras sus dos hijos adolescentes, sin clases, estรกn frente a la televisiรณn. Tiembla, sus hijos se dan cuenta, salen del departamento, pero ella quiere terminar su quehacer antes de salir. Se balancean las lรกmparas, mientras ella acomoda los cojines, cuando recuerda el cubrebocas que dejรณ en la cocina. Sale, cubrebocas puesto, cuando ya terminรณ el temblor, cuando en las calles estรกn sus vecinos, tambiรฉn con cubrebocas.
Observando el uso del cubrebocas en estas calles, surgen algunas dudas en condiciรณn de peatรณn que, con gentileza, responde el doctor Gustavo Reyes Terรกn, Jefe del Centro de Investigaciones en Enfermedades Infecciosas del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, en colaboraciรณn con la doctora e investigadora Klinsty Torres. ยฟCuรกl es el tipo de cubrebocas que hay que usar en los tiempos que corren?: โLas mascarillas quirรบrgicas son de utilidad, siempre y cuando se usen correctamente. Su utilidad se basa en que son una barrera contra salpicaduras, y evita parcialmente que nos estemos tocando las mucosas (boca, nariz, conjuntiva). Los azules no son recomendados puesto que se humedecen rรกpidamente. Bien, ยฟcuรกnto tiempo debemos utilizarlos? Depende de los materiales con que estรกn fabricados: los cubrebocas azules duran una hora o menos. Las mascarillas quirรบrgicas unas horas. Los respiradores pueden durar algunos dรญas, pero existe un riesgo si hablamos de materiales contaminados en las superficies de la mascarilla, por lo que es recomendado usarlos sรณlo un dรญa de trabajo, para el caso de las enfermeras o mรฉdicos. Es mรกs importante lavarnos las manos porque los virus (partรญculas) tienden a depositarse en las superficies en minutos. Si tocamos con nuestras manos esas superficies, es fรกcil inocularnos los microorganismos con las manos en la boca, la nariz y los ojos. Si vamos a trabajar o convivir con una persona enferma de influenza, es recomendable usar las mascarillas N95.โ
Y el doctor Josรฉ Luis Soto, Jefe del Departamento de Infectologรญa del Instituto Nacional de Neurologรญa y Neurocirugรญa, aรฑade, igual, con paciencia y gentileza: โLos cubrebocas habituales pueden evitar que la persona introduzca inadvertidamente sus manos sucias (sin aseo inmediato previo) en la boca o nariz y lleve el virus desde superficies contaminadas. Todas las medidas de planeaciรณn para enfrentar la pandemia de influenza estรกn orientadas al distanciamiento social y en ese contexto el cubrebocas, si bien es algo simbรณlico, evita una buena parte de la transmisiรณn de grandes gotas de una persona que tose o estornuda aunque estรฉ protegida con el cubrebocas bien aplicado. A mi juicio sรญ es รบtil, pero como ya se seรฑalรณ no es la รบnica medida a emplear.โ
Por รบltimo, ยฟquรฉ lee usted en el uso del cubrebocas que se da en las calles de la ciudad de Mรฉxico? โTemor y conciencia ciudadana sobre la gravedad del problema.โ
– Brenda Lozano