L’homme dit: Je suis Ptolรฉmรฉe…
Hugo, “Les Mages”
Octavio Paz practicรณ lo que en Los hijos del limo llama la “religiรณn de las estrellas”: creรญa que la poesรญa es el origen del conocimiento religioso y filosรณfico; que de hecho es la substancia misma de la religiรณn, esa poesรญa prรกctica, como dice citando a Novalis. Una substancia que remonta su genealogรญa al inicial estupor con que los humanos leyeron a las estrellas calรญgrafas, sus signos agrรญcolas, sus ritmos cronomรฉtricos, la autobiografรญa de las divinidades.
Las estrellas son las primeras palabras del primer verso del primer poema que recoge Paz en sus obras completas, un “Nocturno” escrito en “Mixcoac a 19 de diciembre de 1930”. Comprehensible cosa en un joven que en las mismas fechas se declaraba un incipiente pitagรณrico, “partidario de mรบsica y escalas”. Los versos son neรณfitos (“Las estrellas: gotas de rocรญo / en el pasto del firmamento”), pero augurales: el muchacho ha leรญdo una correspondencia entre los mundos de arriba y abajo y ha percibido su unidad, algo que habrรญan sancionado Bรถhme o Swedenborg. No los habรญa leรญdo, pero es su iniciaciรณn y ya mira como un bardo.
El diรกlogo, o mejor dicho, el dรบo que entonan las estrellas y sus รฉmulos terrestres, es constante en su poesรญa (en prosa, trata el asunto en “Sรญlabas las estrellas compongan”, capรญtulo de Sor Juana Inรฉs de la Cruz o Las trampas de la fe). Las palabras, dice en otro poema juvenil, “recorren su antiguo camino de estrellas”: el poema en su pรกgina es un doble del cielo. Si un cuerpo de mujer es analogรญa del mundo, “en la noche tu sexo es una estrella”. Cuando escribe sobre Sor Juana, el cuerpo lรกcteo y lactante del eterno femenino es ya el universo entero: “La leche primordial se convierte en un vocabulario, el cielo estrellado es un lenguaje.”
Esa experiencia numinosa fundacional sucede a la par de sus lecturas. En 1930 estudiaba la factura de poemas en Retรณrica y poรฉtica (1872), mediano manual de Narciso Campillo y Correa (1835-1900) que hallรณ entre los libros de su abuelo. ¿Habrรก subrayado ahรญ que la literatura “nos hace contemporรกneos de todos los siglos y ciudadanos de todos los pueblos”? Lo cierto es que ahรญ leyรณ un himno en que el olvidado presbรญtero Juan Arolas (1805-1849) cristianiza a Platรณn:
Seรฑor, tรบ eres santo: yo adoro, yo creo;
tu cielo es un libro de pรกginas bellas,
do en noches tranquilas mi sรญmbolo leo,
que escribe tu mano con signos de estrellas.
En “El cรกntaro roto” (1955), las estrellas indican la salida al horror de la historia: son islas vivas, racimos de piedras vivas, rรญos, cabelleras sobre una espalda oscura, y harpas, jardines de harpas. De lograr deletrearlas depende que renazca el gran รกrbol viviente estatua de la lluvia, el รกrbol del amor y la libertad que un par de aรฑos despuรฉs, en su vida privada, se convierte en un sauce de cristal.
Al final de รrbol adentro (1987) aparece la sรญntesis de su fe nocturna. “Hermandad” glosa un poema que la Antologรญa palatina atribuye al protoastrรณnomo Claudio Ptolomeo: “una afirmaciรณn de la divinidad e inmortalidad del alma que es de estirpe platรณnica”, comenta Paz. El poema celebra la hermandad con lo de arriba, con la propia alma, y, se dirรญa, aรบn con el homo ergaster, que leyendo los mismos astros comprendiรณ el mismo misterio, tambiรฉn sin entenderlo:
Soy hombre: duro pocoโจ
y es enorme la noche.โจ
Pero miro hacia arriba:โจ
las estrellas escriben.โจ
Sin entender comprendo:โจ
tambiรฉn soy escrituraโจ
y en este mismo instanteโจ
alguien me deletrea.
Leรญdo de abajo hacia arriba, al modo karkinikรฉ, es el mismo poema, pero es otro. De hecho puede leerse en cualquier orden y generar –me dice Pedro Poitevin– un 8 factorial de lecturas, es decir, 40 mil 320. Pocas, si se comparan a las 1014 combinaciones que genera el soneto Cien mil millones de poemas, de Raymond Queneau, que son a su vez pocas ante el cรกlculo de las estrellas que, en el cielo conjeturable, escriben su eternamente corregida y aumentada pรกgina… ~
Es un escritor, editorialista y acadรฉmico, especialista en poesรญa mexicana moderna.