Desarmando a Bartra (Respuesta de Enrique Krauze)

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Armando Bartra es mi fiel lector. Lee Letras Libres (donde ha colaborado), lee mis libros, lee mis artรญculos, lee mis textos perdidos en la web. Lee hasta lo que no escribo para confirmar su idea de lo que pienso. En Bloomberg View dije que, al menos en tres casos (el PSOE espaรฑol, Ricardo Lagos en Chile y Lula en Brasil), la izquierda ha sido la รบnica corriente polรญtica capaz de introducir reformas que logren la modernizaciรณn econรณmica con justicia social en el marco de una democracia; y que eso en Mรฉxico puede encabezarlo Marcelo Ebrard.

Si ver en Ebrard un buen candidato es una postura “derechista”, Bartra tendrรญa que considerar “derechistas” a todos los firmantes del manifiesto aparecido en El Universal, el jueves 3 de noviembre. ¿O es que Ebrard representa para รฉl uno de esos “polรญticos tibios y moderados que desde la izquierda trabajan para la derecha” a que alude su texto de Proceso?

Armando Bartra admite que califiquรฉ de “terrible” el golpe de Estado contra Allende. Y, para convencerse de que no lo creo, tijeretea este pรกrrafo: “El desenlace por todos conocido fue terrible. Con el apoyo de Estados Unidos (que con esa acciรณn coronaba su desprestigio histรณrico en Amรฉrica Latina) un golpe de Estado derrocรณ al gobierno de Allende. Una ola de ira casi recorriรณ la regiรณn: estaba hecha de frustraciรณn, odio antiimperialista, voluntad de poder, de venganza y sacrificio.”

Esta cita era el corolario de una anterior que Bartra omite y en la que aludรญa yo “al odio histรณrico contra Estados Unidos, ganado a pulso por ellos mismos, desde fines del siglo XIX y refrendado en la intervenciรณn directa del gobierno de Nixon en el golpe que derrocรณ en 1973 a Salvador Allende”. ¿Dรณnde estรก mi “justificaciรณn” del golpe?

En los ojos de Armando Bartra. Algo similar ocurre con mi acercamiento dizque “descaradamente justificatorio” del golpe contra Chรกvez.  En mi libro recogรญ testimonios de varios actores de la vida pรบblica venezolana, tanto partidarios como opositores al rรฉgimen. Uno de esos testimonios es el de un sacerdote que acompaรฑรณ a Chรกvez en las horas inciertas del golpe. La glosa de ese testimonio (que Chรกvez conociรณ y no desmintiรณ) revela su oscilaciรณn psicolรณgica en aquel trance, pero en absoluto puede implicar un apoyo a aquel golpe. Todo lo contrario. La cita completa, que Bartra tambiรฉn prefiriรณ omitir, es รฉsta: “La situaciรณn es confusa: el Alto Mando Militar anuncia en los medios que ha pedido la dimisiรณn al presidente y รฉste ha accedido, pero el punto crucial es que la renuncia nunca se materializa. Por eso, aunque algunos aducen un “vacรญo de poder”, los hechos configuran un injustificable golpe de Estado”. ¿Dรณnde estรก mi “justificaciรณn”?

En el caso del movimiento zapatista, Bartra pepena una cita mรญa del historiador Juan Pedro Viqueira incluida en el ensayo “El profeta de los indios” (publicado en el primer nรบmero de Letras Libres) para tacharme de “racista”. Ese ensayo no debe de haberle parecido tan mal a Bartra, porque al poco tiempo, en junio de 1999, colaborรณ en Letras Libres con un bonito artรญculo sobre la fotรณgrafa Flor Garduรฑo. La cita de Viqueira aludรญa a la intolerancia y la violencia de algunos usos y costumbres entre los indรญgenas. Si seรฑalar ese rasgo es prueba de racismo, entonces habrรก que concluir que Monsivรกis y Marcos son racistas. En una conversaciรณn entre ambos que cito en mi libro Redentores, Marcos, cuestionado por Monsivรกis, llegรณ a aceptar lo siguiente: “Algunos usos y costumbres no sirven a las comunidades indรญgenas: la compraventa de mujeres, el alcoholismo, la segregaciรณn de las mujeres y jรณvenes en la toma de decisiones colectivas, que sรญ es mรกs colectiva que en las zonas urbanas pero es tambiรฉn excluyente. Hay que eliminar el alcoholismo, la venta de mujeres, el machismo, la violencia en el hogar.”

Sobre el obispo de Chiapas escribรญ: “Su memoria, en no pocos mexicanos, convoca respeto y aรบn reverencia. Dada la direcciรณn actual de la Iglesia es improbable que llegue a ser canonizado. Pero para los indios en la diรณcesis de Chiapas, el recuerdo de don Samuel permanecerรก al lado de fray Bartolomรฉ de las Casas, como su segundo apรณstol.” ¿Donde estรก la denigraciรณn de Samuel Ruiz y de los indios?

Por lo que hace al Subcomandante Marcos, en el ensayo que le dedico en Redentores trazo su filiaciรณn legรญtima y directa con Josรฉ Carlos Mariรกtegui. Mis palabras finales sobre Marcos son รฉstas: “Marcos, segรบn se dice, padece una enfermedad a pesar de la cual –se rumora tambiรฉn visita con frecuencia La Realidad, cuartel que sin los reflectores internacionales es muy distinto al que fuera en los aรฑos noventa. Tambiรฉn la realidad mexicana de hoy es muy distinta, mรกs cruda y violenta que la de esa รฉpoca, pero un poco mรกs sensible a la postraciรณn de los indios. Y la conciencia de esta realidad es algo que los mexicanos debemos a aquel estallido sorprendente del 1 de enero de 1994, a la prรฉdica de Samuel Ruiz y al trรกnsito fulgurante del Subcomandante Marcos por el escenario de la historia.” ¿Dรณnde estรก la denigraciรณn a Marcos y a su movimiento?

Lamento no haber escrito el libro que Bartra necesitaba para confirmar sus prejuicios. Si un alma caritativa se acomide a leerle Redentores, encontrarรก temas que lo perturbarรกn aรบn mรกs: dos ensayos sobre Martรญ y Rodรณ que fundamentan el agravio histรณrico iberoamericano frente al imperialismo estadunidense; un ensayo elogioso sobre Mariรกtegui, el gran ensayista y editor peruano que escribiรณ sobre Marx, Freud, la vanguardia literaria y el indigenismo; y un ensayo comprensivo sobre la significaciรณn mรญtica del Che Guevara.

Quizรก deberรญa leer el texto sobre Octavio Paz en mi libro. Allรญ encontrarรก a un pensador que supo confrontar sus pasiones e ideas con los hechos, para concluir que la izquierda latinoamericana necesitaba una profunda autocrรญtica que le permitiera ver de frente los horrores de los regรญmenes comunistas y para recobrar sus raรญces liberales. Con la izquierda, Paz compartรญa muchas cosas: su desconfianza del liberalismo econรณmico ortodoxo, su sensibilidad social, su raigambre romรกntica, su amor y respeto al Mรฉxico campesino. Pero los que prefieren no abrir los ojos le contestaron con descalificaciones y escupitajos. El diรกlogo civilizado entre el liberalismo y la izquierda puede ser muy รบtil en sรญ mismo y para apartarnos de tres caminos deplorables: la restauraciรณn autoritaria, el redentorismo caudillista y el continuismo mojigato. A estas alturas de su vida, no serรฉ yo quien convenza a Armando Bartra sobre la necesidad del diรกlogo. Pero la voluntad sigue ahรญ, sin dobleces, sin adjetivos.

Publicado en la revista Proceso 1827, 6 de noviembre de 2011.

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El texto de Armando Bartra “Mira quiรฉn lo dice (los consejos de Enrique Krauze a la izquierda)” publicado en Proceso el 29 de octubre de 2011 puede consultarse aquรญ.

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Historiador, ensayista y editor mexicano, director de Letras Libres y de Editorial Clรญo.


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