La semana pasada arrestaron en Harvard a Henry Louis Gates Jr., académico de renombre y una de las voces más connotadas de la intelectualidad afroamericana. El caso adquirió notoriedad por los motivos raciales que lo informan, tanto que hasta el presidente Obama ha opinado al respecto (sin mucha fortuna, parece ser). En lo general, los hechos son claros: el académico forzó la puerta de su propia casa por haber olvidado las llaves, algún vecino lo vio y llamó al 911. La policía llega a su puerta, le pide que se identifique y que salga del domicilio. Gates se resiste y lo detienen por conducta desordenada. Los detalles, sin embargo, son un despeñadero de sugerencias, insinuaciones, atribuciones y presunciones difíciles de esclarecer.
En exclusiva para esta revista, Gates Jr. concedió una entrevista a principios de año. En ella es fácil distinguir la convicción y la vehemencia de sus ideas en torno a los problemas que enfrentan los afroamericanos. Está claro que las sensibilidades exacerbadas y los reclamos de legítima retribución mantendrán encendidas las brasas de este tema.
– La redacción