Sordos ciegos mudos: sólo
en tocar oler gustar
y así flotando
a la deriva nadadores
de una tibieza sin ahora
ni aquí de un no saber
ni dónde empiezan mi tu piel
ni dónde acaban cuál
licuada cuál licuante
uno en el otro desa
pareceremos eso creo
a fuerza de morir y remorir
Mejor entonces indecirlo inexplicar
este goce indiviso o escribir
su crónica en blanco sobre blanco
y en papel Bond “Malevitch”
de cero gramos ¡Oh inefable
amorosa danza horizontal!
Por lo pronto respirémonos
uno al otro e ice el jadeo
su invisible poema
Delgado estar pensándote
Las sílabas
de un
nombre
en ligero
soplo
cruzan
mi cráneo:
sólo ritmo
sin sonido
Y nace
en mi lengua
la muda y larga
u dulce
de un “tú”
que me hilvana
la frente
al plexo
solar
Y en una
cálida
ningunaparte
te veo. ~