Muriรณ este sรกbado el narrador argentino Rodolfo Fogwill. En nuestro nรบmero de septiembre, disponible en unos cuantos dรญas, Rafael Lemus reseรฑa sus Cuentos completos publicados en Alfaguara. Sirva este ejercicio crรญtico tambiรฉn como recuerdo de la prosa y el ingenio del autor de, entre muchos otros libros, las novelas La experiencia sensible y Vivir afuera.
Localismos
Tรฉngase en cuenta este nombre, Fogwill, antes de apresurarse y decretar la defunciรณn de las literaturas nacionales. Tรฉngase en cuenta la obra de este escritor, novelas y cuentos y un puรฑado de ensayos, cuando se estรฉ a punto de afirmar que ya no hay fronteras y que ya nada nos es ajeno. Porque resulta que Fogwill (Buenos Aires, 1941) es, como Marcelo Mellado en Chile, como David Toscana en Mรฉxico, como tantos otros autores en tantos otros paรญses, un escritor esencialmente nacional โun argentino para argentinos.
No es que los escenarios y las referencias de sus ficciones sean locales โasรญ se arma casi toda narrativa. No es tampoco que su escritura estรฉ contaminada de habla โen este caso, de estilizada jerga porteรฑa. Es sencillamente que este hombre escribe desde Argentina para debatir y afectar la โya de por sรญ autorreferencialโ literatura de Argentina. Basta con notar la manera en que cita o parodia el canon local, o la frecuencia con que participa en controversias tribales, o los escรกndalos que รฉl mismo genera al interior del circuito literario bonaerense, para entender que no es a nosotros a quienes mira.
El Fogwill que alcanza a llegar hasta Mรฉxico es, previsiblemente, menos polรฉmico y, desafortunadamente, bastante escaso. Sus libros circulan apenas y apenas si son discutidos y reseรฑados. Aun su novela mรกs cรฉlebre, Los pichiciegos (1983), faltaba en los estantes de las librerรญas mexicanas hasta hace unas cuantas semanas, cuando Perifรฉrica, que reeditรณ la obra, mandรณ algunos ejemplares a esta orilla. Ahora tambiรฉn puede encontrarse โo tal vez noโ este volumen: todos los cuentos que ha escrito Fogwill salvo los cinco o seis que รฉl mismo descartรณ. En total: veintiรบn relatos โalgunos de ellos casi nouvellesโ publicados entre 1974 y 2007.
La pregunta es: ยฟcรณmo leerlos?, ยฟde quรฉ manera enfrentarse a unos cuentos que evidentemente no fueron escritos para uno? Inรบtil buscar asistencia en el nimio prรณlogo de Elvio E. Gandolfo o en la esquiva nota preliminar del propio Fogwill: no ofrecen coordenadas, estamos a solas. Inรบtil, tambiรฉn, buscar asidero en la cronologรญa: los cuentos se presentan sin orden temporal, obedecen la arbitraria secuencia que Fogwill quiso imponerles. Solo hay textos, veintiuno, y es difรญcil hallar un estilo, una estrategia, que los articule. Hay relatos con suspenso y sin suspenso, polรญticos o amorosos, metaliterarios o realistas. Hay lo mismo misterios marรญtimos (โEl japonรฉsโ) que brutales alusiones a la guerra de las Malvinas (โLos pasajeros del tren de la nocheโ) y hasta una divertida parodia de El extranjero de Camus (โSobre el arte de la novelaโ). Hay un puรฑado de cuentos maestros (los dos รบltimos mรกs โMuchacha Punkโ, โHelp a รฉlโ y โOtra muerte del arteโ) y hay, para ser sinceros, dos o tres narraciones bastante tortuosas.
Es tanta la oferta que uno podrรญa llegar a pensar: este hombre es uno de esos narradores, mรกs o menos convencionales, que sacrifican todo โestilo, poรฉtica, visiรณn del mundoโ en aras de la trama; otro cuentacuentos cuya รบnica justificaciรณn es el tรณpico placer de narrar. Sin embargo, es cosa de mirar con detenimiento para notar que estos relatos, al revรฉs de los de los narradores-artesanos, no funcionan como deberรญan. En vez de salir disparados hacia la meta, se demoran en el camino โsu ritmo es lento e inestable, la prosa bulle y zigzaguea, el narrador arrastra ideas y manรญas a lo largo de las pรกginas. En lugar de optar por la elegancia y la ligereza, no temen ensuciarse, ni ser opacos, ni extenderse y engordar. De hecho, uno tiene la impresiรณn de que los mejores de estos cuentos pesan y ocupan espacio โsignifican.
ยฟQue por quรฉ pesan? Tal vez, en parte, por su densidad intelectual. Es cierto que uno nunca dirรญa que Fogwill es un teรณrico o un filรณsofo. Es verdad, tambiรฉn, que dentro de la literatura argentina รฉl pasa por ser uno de los narradores menos intelectuales โmรกs cercano, por ejemplo, a Arlt y Puig que a Borges y Saer y Piglia. Pero ya se sabe que no se puede ser un narrador de veras argentino sin ser un narrador inteligente y Fogwill es de veras listo. Tan listo que su obra es una prueba โotra mรกsโ de que se puede narrar y pensar la narrativa al mismo tiempo. El mejor Fogwill es, en este sentido, dos Fogwills: un narrador nato, capaz de pasajes dramรกticos muy potentes, y un curioso crรญtico que extiende y extiende el relato con el propรณsito de habitarlo e investigarlo durante el mayor tiempo posible. Este recurso, desplegar y estirar los textos hasta dejar a la vista su porosidad, es clave en Fogwill. Si no se cree, lรฉase esa maravilla que es โHelp a รฉlโ, una larga y parรณdica deconstrucciรณn โya desde el tรญtuloโ de โEl Alephโ. ยฟDeconstrucciรณn? Mรกs bien: ampliaciรณn, expansiรณn de los elementos borgesianos para de ese modo volverlos mรกs obvios y comprensibles.
Estos cuentos pesan, ademรกs, por toda la realidad que acarrean. Desde luego que no se trata de una realidad universal, ingrรกvida, tรณpica โde esa que, ay, hace crack. Se trata de una realidad concreta y local โexperimentada. Si Fogwill tiene un compromiso, no es con lo Real ni con la cacareada Condiciรณn Humana. Por el contrario: trabaja con materiales claros y especรญficos โun rincรณn particular de Buenos Aires, un determinado taxista, una fecha puntual. En efecto: trabaja. Despuรฉs de elegir su porciรณn de realidad, no se limita a cuidarla ni a registrarla en detallados apuntes costumbristas. Procede del mismo modo que con el cuento de Borges: extiende el tejido โla tramaโ de esa realidad hasta botar sus costuras y abrir sus puntos. Donde se crea un espacio, clava una aguja. Que lastima en Mรฉxico y cรณmo ha de joder en Argentina
– Rafael Lemus
es escritor y crรญtico literario. En 2008 publicรณ 'Informe' (Tusquets) y 'Contra la vida activa' (Tumbona).