Habla Walt Whitman

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Hace unos meses apareció un librito espléndido, titulado Habla Walt Whitman (Pre-Textos). Se trata de una selección de frases del poeta en sus últimos años en Camden, procedentes de libros de conversaciones con él. Dicha selección y la traducción son del poeta venezolano Rafael Cadenas. Aquí algunos subrayados con lápiz entusiasta:

-Yo no aprecio la literatura como profesión. Respecto a ella siento lo que Grant sentía respecto a la guerra. Él odiaba la guerra. Yo odio la literatura.

-Creo en todo eso –en el beisbol, en los picnics, en la libertad: creo en el tiempo de las fiestas sin los clérigos y sin la policía.

-Es maravilloso, si se piensa en ello, cuánto de un hombre se centra en su vientre: el vientre es la fuerza irradiante que distribuye vida.

-Qué felicidad reside en los pies y las rodillas, cuánto depende de nuestros poderes de locomoción.

-Hace muchos años tuve una trifulca por defender a la reina –y había ingleses presentes también. Pero en mi filosofía –en los significados de fondo de Hojas de hierba– hay puesto para todos. Y yo, por mi parte, no sólo incluyo anarquistas, socialistas, qué sé yo, sino también reinas, aristócratas.

-Debo proceder ociosamente, como si tuviera todo el tiempo que existe.

-Dudo que sea factible la fotografía a color. ¿Cómo podrá lograrse alguna vez? Parece que hay dificultades técnicas insuperables en el camino. Sin embargo, ¿cómo podemos dudar de algo en esta época?

-No espero que la política renueve a la política: lo espero de fuerzas que están fuera de ella.

-Qué despreciable es el entusiasmo del votante, su triste, afligente, enfermante parloteo sobre “mi candidato”, “mi candidato”, “mi candidato”. Nuestra política necesita un gran impulso que la levante a un plano más alto.

-Cada hombre cree que soy radical a su manera; supongo que lo soy, pero no soy radical sólo a su manera.

-Queremos hombres; hombres, un mundo de hombres, hombres vertebrales.

-Mucho de lo que pasa por habilidad en los negocios es sólo brutalidad. No olviden eso, ustedes, amos: ustedes no son tan malditamente listos como piensan; son sólo vulgares, crueles, inmorales, eso es todo, eso es todo.

-No soy un lector constitucional: no me aplico a leer en la forma usual. He leído, sin duda, pero después de todo eso no ha sido lo principal para mí.

-El misterio no es la negación de la razón sino su honesta confirmación: la razón, en verdad, conduce inevitablemente al misterio, pero como usted sabe, misterio no es superstición: misterio y realidad son las dos mitades de la misma esfera.

-Yo hiervo, me quemo, pero con frecuencia mantengo la boca cerrada. Me muevo con lentitud, no me doy prisa ni en mis rabietas. Mis pasiones están listas para la acción, pero bueno, hay muchos peros.

-Nuestros ideales modernos de lo que constituye una cara bonita son despreciables.

– Julio Trujillo

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