La inteligencia que conversa maravillosamente hace olvidar la inteligencia muda. La vista, el oรญdo, el tacto, el gusto y el olfato entienden muchas cosas sin palabras ni interlocutor. Es una inteligencia รญntima, incomunicable en el acto mismo de entender, aunque despuรฉs sea tema de conversaciรณn.
Sabio consejo de un entrenador de box (al poeta Julio Hubard): No pienses. Razonar toma tiempo, por poco que sea. Te distrae de la realidad inmediata. Y en esa fracciรณn de segundo te pueden noquear.
Hay una tradiciรณn milenaria que recomienda lo contrario: la previsiรณn, el cรกlculo, el ponderar los pros y los contras. Actuar sin pensar se considera peligroso, inferior. Aristรณteles llevรณ esa tradiciรณn al anรกlisis de la inteligencia prรกctica y la deliberaciรณn (รtica nicomaquea). San Ignacio inventรณ un mรฉtodo para tomar buenas decisiones y llevar el control de su cumplimiento (Ejercicios espirituales). Pascal introdujo el cรกlculo de probabilidades como criterio para tomar una decisiรณn (Pensamientos).
En el siglo XX, las ideas de estos precursores fueron convertidas en una disciplina amplรญsima que cubre desde el anรกlisis matemรกtico hasta las prรกcticas recomendables para decidir, cumplir y evaluar los resultados. Herbert A. Simon hizo en 1955 la apologรญa y la crรญtica de esta “nueva ciencia”: las matemรกticas pueden ser tan complejas y la informaciรณn necesaria tan costosa que lo racional es proceder con una decisiรณn satisfactoria, aunque no sea la รณptima (The new science of management decision).
En este contexto, se entiende un bestseller de Malcolm Gladwell, Blink: The power of thinking without thinking. Empieza con un ejemplo contundente. El Museo Getty exhibe un kurรณs: una estatua griega arcaica que representa a un joven desnudo, de pie, con los brazos a los costados y el pie izquierdo adelantado, en una posiciรณn hierรกtica que recuerda el arte egipcio. Lo comprรณ en siete millones de dรณlares porque sรณlo hay una docena de kurรณs tan completos (pueden verse en Google Imรกgenes). Naturalmente, encargรณ estudios que duraron mรกs de un aรฑo, antes de tomar tamaรฑa decisiรณn. Y, sin embargo, un conocedor y luego otro y otro dudaron al primer vistazo, sin ser capaces de explicar por quรฉ. Se organizรณ un coloquio internacional para discutirlo, y las opiniones se dividieron. Actualmente se exhibe con un rรณtulo indeciso: “Greek, about 530 bc or modern forgery”.
El verdadero tema de Gladwell es la misteriosa capacidad de acertar de golpe, sin pensar y sin argumentos. Aรฑade numerosos ejemplos de muy distintos รณrdenes. Pudo haber incluido el consejo del entrenador de box. Un buen golpe no se puede analizar, verbalizar, programar, ejecutar y controlar con la ciencia de Aristรณteles, la sabidurรญa de San Ignacio, las matemรกticas de Pascal o la nueva ciencia administrativa del decision making. No hay tiempo.
Quizรก la subestimaciรณn de la inteligencia sin palabras venga de subestimar a los animales. Aunque hay una tradiciรณn que los admira y hasta les atribuye capacidad de razonar, como en la fรกbulas de Esopo o el Coloquio de los perros de Cervantes, hay otra que niega su inteligencia, o se empeรฑa en distinguirla de la “verdadera”, que es la humana.
Los animales que observan con atenciรณn y exploran con curiosidad, que se coordinan para el vuelo o el ataque, que usan palos y piedras para lograr sus propรณsitos, que engaรฑan intencionadamente, que avisan de peligros o lugares atractivos; que hablan con palabras humanas… parecen inteligentes, pero no lo son: los loros hablan sin saber lo que dicen.
Para confirmar la diferencia, se acumulan distingos: El hombre es el รบnico animal que razona, el hombre es el รบnico animal que rรญe, etcรฉtera. Se atribuye a Mark Twain una burla sobre esta obsesiรณn de superioridad: “El hombre es el รบnico animal que come sin tener hambre, bebe sin tener sed y habla sin tener nada que decir”.
El autรณnimo de muchas tribus (el nombre que se dan a sรญ mismas en su lengua: los inuit, los maidu, los qomlik, los tlingit) es la misma palabra que usan para decir ‘seres humanos’. Puede ser etnocentrismo (no ver a las otras tribus como realmente humanas); semejante al de los griegos, que llamaban bรกrbaros (es decir: ‘balbucientes’) a todos los pueblos que no hablaban griego. Pero es quizรก antropocentrismo: distinguirse de los animales.
En todo caso, la inteligencia sin palabras parece menos inteligente o racional. Es un prejuicio milenario que ignora la refinada inteligencia de muchas formas de entender sin palabras, por ejemplo: al pintar un cuadro o contemplarlo; al componer mรบsica, interpretarla o escucharla; al catar un vino.
Un buen ejemplo son las observaciones de Daniel Barenboim a jรณvenes pianistas que interpretan sonatas de Beethoven (Barenboim on Beethoven: Masterclasses, dos devedรฉs de emi Classics). Dice cosas de mucho interรฉs para escuchar mejor un fragmento que se repite bajo observaciรณn; pero sus palabras no siempre logran comunicar la observaciรณn. A veces tiene que tocar para hacerse entender; primero, imitando la deficiencia que seรฑala, y luego haciendo el cambio que sugiere. La inteligencia musical tiene refinamientos que pueden apreciarse con el oรญdo, pero no siempre pueden describirse verbalmente.
Los diccionarios de la lengua mejoran con dibujos o fotos, porque muchas cosas se entienden mejor mostradas que descritas con palabras. Hay incluso diccionarios puramente visuales que no sรณlo tienen esa ventaja, sino que permiten la bรบsqueda inversa, por ejemplo: saber cรณmo se llama tal parte de un automรณvil. Hay uno gratis en lรญnea (//visual.merriam-webster.com), y abundan los bilingรผes, como el excelente Oxford-Duden pictorial Spanish and English dictionary.
No hay soluciones semejantes para las cosas musicales, tรกctiles, gustativas, olfativas. Serรญa de gran utilidad un devedรฉ que ilustrara musicalmente el significado de muchos tรฉrminos. Que mostrara, no sรณlo los instrumentos musicales y sus partes, con sus nombres en diversos idiomas, sino que permitiera escucharlos separadamente y contrastarlos. Que, tocando versiones comparables de un mismo fragmento, permitiera escuchar la diferencia entre una composiciรณn escrita en clave de sol o en clave de fa; entre una interpretaciรณn lenta o rรกpida, con mucho o poco pedal, con rubato o sin rubato. Y asรญ tambiรฉn quรฉ es el timbre, la fuga, la tesitura.
Abundan los ejemplos de inteligencia sin palabras en la vida cotidiana:
-Cuando se busca a tientas algo que no se ve, el tacto sabe reconocer, por ejemplo: el apagador de la luz.
-Observando partes de un rompecabezas, no hace falta razonar con palabras para ver dรณnde van o no van.
-Bastan unos cuantos compases para saber lo que sigue de una pieza musical, aunque no se recuerde el tรญtulo.
-Frenar oportunamente para no chocar es un acto reflejo, pero inteligente, que no da tiempo para hacer un anรกlisis previo de los actos.
-En el futbol americano, hay jugadas planeadas y explicadas a los participantes, pero tambiรฉn improvisaciones que aciertan sin plan previo y sin palabras.
-Muchos actos heroicos se hacen sin pensar y luego sorprenden al mismo que los hizo.
-La madre entiende lo que quiere un niรฑo que no habla.
-Todavรญa no se sabe exactamente cรณmo se reconoce de quiรฉn es una cara, y los programas de computaciรณn que lo intentan son complicados y requieren grandes bases de datos; a diferencia de una persona que reconoce a otra inmediatamente.
-La misma persona no sabrรญa fรกcilmente describir esa cara conocida con palabras, ni siquiera apoyรกndose en los recursos para construir un retrato hablado.
-Tampoco es fรกcil describir por telรฉfono un cuadro abstracto.
-Ni explicar a quรฉ sabe un platillo exรณtico a quien nunca lo ha probado.
Asรญ como se habla de inteligencia artificial y de edificios inteligentes, puede hablarse de inteligencia sin palabras en general, pero conviene distinguir tipos de contacto:
1. Inteligencia puramente fรญsica. Sensores fotoelรฉctricos, piezoelรฉctricos, quรญmicos, electromagnรฉticos. Cosas que se entienden entre sรญ: el agua con el vaso, los clavos con el imรกn, la veleta con el viento, la llave con la cerradura, la bola con el hueco de la ruleta. Partรญculas, sustancias o cuerpos que responden a cuerpos o campos cambiando de lugar, de velocidad, de forma, de temperatura, de presiรณn, de voltaje; o resistiendo, disolviรฉndose, desintegrรกndose.
2. Inteligencia vegetativa. Adaptaciones automรกticas de la vida al medio. Los girasoles siguen la posiciรณn del sol a lo largo del dรญa. Las pupilas se dilatan cuando reciben menos luz.
Las defensas salen al encuentro de virus y bacterias, los reconocen y los destruyen.
3. Inteligencia sensorial. Contactos sentidos. Los ojos (los oรญdos, las manos, la lengua, las narices) reciben estรญmulos, los retienen (grabando imรกgenes efรญmeras o permanentes de la experiencia sensorial), los comparan con imรกgenes previas que estรกn en la memoria y los interpretan.
El tacto se concentra en las yemas de los dedos, pero toda la piel puede sentir calor o frรญo, presiรณn o vacรญo, formas y texturas, piquetes, acidez, quemaduras. El medio interno tambiรฉn puede sentirse: hambre, sed, palpitaciones. Las diferencias y los matices, el placer y el dolor de las sensaciones en este tipo de inteligencia corresponden a un solo sentido que las identifica, las diferencia por contraste y mide su intensidad.
4. Intelecciรณn con todo el cuerpo, integrando dos o mรกs sentidos para identificar algo, situarlo en su contexto y resolver problemas del medio externo (por ejemplo, evitar un golpe), interno (por ejemplo, guardar el equilibrio) o ambos (por ejemplo, marchar, bailar o aplaudir con ritmo). Implica interpretaciones y respuestas instantรกneas, no reflexivas y esencialmente mudas, aunque pueden incluir gritos, gemidos o interjecciones.
5. Lectura de signos naturales, no simbรณlicos ni verbales. Presagios de lluvia. Presagios de un desmayo. Sonrisas. Caras de disgusto o de pรกnico. Seรฑales de inteligencia.
Un entrenador de budismo Zen aconseja (con palabras desconcertantes o con actos inusitados que parecen no venir al caso) salir de la pelรญcula del fantaseo mental y sus razonamientos, abrir los ojos a la realidad y entender directamente las nubes que avanzan lentamente, los รกlamos que menea el aire.
No pienses. Mira la eternidad en la que estamos sumergidos.
(Letras Libres Espaรฑa, diciembre 2010)
(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.