Kyra Kyralina

De la educaciรณn sentimental a la "civilizaciรณn danubiana"
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La idea de una "educaciรณn sentimental" parece completamente fuera de moda en un mundo poseรญdo por los demonios de la postmodernidad y por el vรฉrtigo de una sociedad globalizada. Pero lo pasado de moda puede volver a ser รบtil. Quiero poner un ejemplo. Muchos de mi generaciรณn pasamos por las pruebas de una educaciรณn sentimental basada en libros que hoy casi nadie lee. Mi padre me dio a leer, cuando tenรญa 15 aรฑos, la novela Kyra Kyralina de Panait Istrati; me apasionรณ, y devorรฉ otros relatos de este misterioso autor rumano que escribรญa en francรฉs. Ademรกs, me sirviรณ para comunicarme con mis compaรฑeros, poseรญdos por nauseas sartreanas y rondados por lobos esteparios. Ahora, muchos aรฑos despuรฉs, no lo he olvidado y recomiendo su lectura.

Kyra Kyralina forma parte de lo que Magris llama la civilizaciรณn danubiana. Su autor naciรณ en 1884 en la isla de Brฤƒila, una isla del Danubio cercana al delta que dispersa sus aguas en mar Negro. Romain Rolland, que lo impulsรณ a escribir despuรฉs de un fallido intento de suicidio, decรญa que esta novela se parecรญa a los meandros y recodos del Danubio. Claudio Magris dice de รฉl que es "el poeta de la promiscuidad y de la ambivalencia de Oriente, de ese desorden del cual parece esperarse a un tiempo redenciรณn y violencia".

Panait Istrati fue un libertario apasionado, que abrazรณ la causa comunista hasta que, despuรฉs de un viaje a la Uniรณn Soviรฉtica, publicรณ su amarga crรญtica. Aquel que habรญa sido seรฑalado como el Gorki de los Balcanes, fue marginado y atacado por la izquierda ortodoxa. Nunca dejรณ de ser el poeta de los vagabundos y de los miserables, de las vรญctimas y de los vencidos. Panait Istrati, con su deliciosa mezcla de sufrimientos y de buen humor, no dejรณ de ser nunca el hijo de un contrabandista griego (al que nunca conociรณ), lanzado al mundo en los confines orientales de Europa, en una regiรณn poblada de revolucionarios bรบlgaros, comerciantes turcos y exiliados griegos. "Para Panait Istrati, dice con razรณn Magris, la existencia se parece a un prostรญbulo de Oriente, con sus cortinas invitadoras en la entrada y su unto en el interior".

¿Quรฉ mejor lugar, agregarรญa yo, que este romรกntico e imaginario burdel oriental para iniciar la educaciรณn sentimental de los jรณvenes postmodernos de hoy?

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Es doctor en sociologรญa por La Sorbona y se formรณ en Mรฉxico como etnรณlogo en la Escuela Nacional de Antropologรญa e Historia.


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