Cantar el ardiente beso, liriquear el divino labio de coral, entonar la loa del intercambio de néctar divino (o sea: saliva) fue metonimia socialmente tolerada de lo que los clásicos llamaban “el acto”. El trío de bigotito de alcayata y pestañas enhiestas, rulos engomados y patilla seductriz gemía un poquito, entrecerraba el ojo anhelante y lograba –si había suerte– el más difícil tour de force del “bolero”: que tres hombres con corbata meciesen al unísono, al son de la maraca afrodisiaca, una erección sincronizada.
Eso era amor, no babosadas.
En tiempos más liberales, el lirida popular se dejó de besos y le entró de plano a lo que la sociedad en su conjunto dejó de llamar “el acto” y empezó a llamar “el sexo” (por ejemplo: hacer el sexo).
Esto dio motivo a que los compositores urdieran nuevos estilos líricos que se las arreglaran para hablar del “sexo” y, a la vez, para preservar la “poesía” del asunto. Fue en ese nuevo espíritu que un trovador que se llamaba, o se llamó, Roberto Carlos, tuvo a bien aceptar el consejo de la musa en el sentido de tramitar la cosa con una metáfora surgida de la ciencia óptica.
El resultado es conmovedor: una pareja se quiere tanto que se representa como dos espejos, uno cóncavo (suponemos que la dama) y otro convexo (el caballero):
Concavo y convexoNuestro amor es así
y al hacerlo tu y yo
todo (sic) es más bonito (sic)
y en él se nos da
todo eso que está (sic)
y lo que no se ha escrito.
Cuando nos abrazamos
tantas cosas sentimos,
no hace falta ni hablar.
Un encuentro perfecto
entre el tuyo y mi pecho
nuestra ropa no va (sic).
Nuestro amor es así
para ti, para mí,
como una receta (sic).
Nuestras curvas (sic) se hallan
nuestras formas entallan (sic)
en medida perfecta.
Este amor de los dos
es locura que trae
este sueño de paz
bonito por demás (sic).
Y cuando nos besamos
a la par olvidamos
la vida allá afuera (sic).
Cada parte de ti
tiene forma ideal
y si estás junto a mí
coincidencia total
de concavo y convexo.
Así es nuestro amor
en el sexo (click).
A ver quién le gana.
Es un escritor, editorialista y académico, especialista en poesía mexicana moderna.