Sí, en aquel volet gauche
De la visión terrible del Bosco
Allá en las Janelas Verdes,
Sobre el Mar de Paja,
Sí, en Lisboa,
Ulisipona, Lixbona,
Allá vive sustraída del paraíso
(En el volet droit)
Y en un delirio de deslugar
Sin topografía ni imaginario
Mas con epistemé epistemé,
Allá, en fin, vestida de batracio,
También de medio ostra
O pro-dinosauria,
Sólo que con las alas arrancadas
Y más aún con pielecita
Color de rosa y clorofila,
Las plumas rasuradas
Por un profesional de la imagen,
Con la boca que Ud. conoce,
Baconiana sí,
Bien baconiana,
Sin cerebro,
Estricnina,
La-que-regresa-siempre,
La-más-presente-que-la-aspirina,
La-post-impoluta,
La-de-la-abadía,
La-del-burdel,
La-que-dijo-que-dice,
La lenguaraz,
Densa de glosolalia,
Diosa de la glosolalia,
La Rano.
También vive en la ecuación común,
Fractal.
A veces me visita.
En zuecos. Siempre en zuecos.
Después de comer mucho ajo,
Mucho ajo siempre.
Y exhala:
A veces me quedan caligramas,
Si no los olvido
O los sublimo.
La Rano no me quiere
Ni a ti
Ni a sí
Ni a nadie.
Cuando me visita
Se me borra el mosaico aguacate,
Los pies de la niñita,
El formulario.
Y desisto
Del agua.
Creo que
Eso le da gusto:
Me mantiene con la boca reseca
Y sin beber
Y cuando le lamo
Sus flancos rociados
La Rano se retuerce de gozo. –