El Festival Aural, dentro del Festival de Mรฉxico en el Centro Histรณrico, es calificado por muchos como de mรบsica experimental. En efecto, algunos artistas que se han presentado en este festival han tenido una carrera basada en buscar nuevos planos sonoros y maneras de producirlos, pero muchos se desarrollan dentro de tradiciones que alguna vez rompieron paradigmas. No es que esto tenga menos valor, muchos de los grandes artistas en la historia han sido los que han podido adaptar ciertas reglas y rechazar otras para expresar su personalidad a travรฉs de la disciplina que hayan escogido. Festivales como este nos muestran personajes que interpretan disciplinas que se atreven a hacer algo diferente, o que por lo menos alguna vez lo trataron.
Esto fue evidente en las actividades del Nicho Aural. El viernes 15 de marzo en el Espacio X del Centro Cultural Espaรฑa pudimos ver a Dolphins Into The Future, seudรณnimo del artista belga Lieven Martens, quien utilizรณ tonos puros, sampleos de jazz y otras armas auditivas para sonorizar transparencias proyectadas al fondo del escenario. Esa misma noche se presentรณ Jan Anderzรฉn con su proyecto solista Tomutonttu. Vinculado a la llamada ola de nueva mรบsica rara finlandesa, lo que Anderzรฉn presentรณ era parecido a lo practicado por el colectivo Kemialliset Ystรคvรคt que รฉl mismo dirige —sonidos aleatorios, sicodรฉlicos, orgรกnicos y con su propio sentido de armonรญa— con la peculiaridad de ser hecho por una persona y guiado por beats de hip-hop.
El sรกbado, en el mismo recinto, Floris Vanhoof utilizรณ proyectores de carretes con una banda sonora ambiental de sintetizadores espaciales, con reverencia a Tangerine Dream y Klaus Schulze. Anna Zaradny presentรณ un cortometraje antes de dar una muestra de su material basado en sรญntesis de laptop. No todo lo presentado ese dรญa contรณ con una pantalla al fondo; el trรญo del saxofonista/clarinetista noruego Frode Gjerstad, el baterista estadounidense Eli Kezler y el contrabajista mexicano Itzam Cano ejecutaron una pieza de free jazz a la antigua, elevada por el nivel de los tres mรบsicos, su atenciรณn al detalle y pasiรณn por la improvisaciรณn. Antes de ellos, Damion Romero hizo una demostraciรณn de frecuencias graves que se sintieron vibrar en los cuerpos de los asistentes, sus cambios de sonido lentos y calculados.
El Laboratorio de Arte Alameda abriรณ sus puertas para continuar con el ciclo. Gjestrad repitiรณ, ahora con un set de improvisaciรณn solo y otro a dueto con el mexicano Fernando Vigueras, quien tocรณ de forma percusiva una guitarra acรบstica montada en una mesa de madera. Hanna Hartman presentรณ una combinaciรณn interesante de artefactos para hacer sonido, monedas que se deslizaban por varillas y otros aparatos propulsados por su aliento. Por Mรฉxico, .RR, proyecto del tapatรญo Arturo Ortega tambiรฉn conocido como Piscis, su nombre artรญstico, dio una demostraciรณn de electrรณnicos que evocaron un ambiente denso y lleno de sentimientos que pocas veces se aprecian en este tipo de presentaciones.
El Festival Aural continuรณ el miรฉrcoles 19 en el Ex-Teresa, recinto de historia importante para artistas nacionales e internacionales que se dedican a la exploraciรณn sonora. La sede vio a cuatro compositores que hacen piezas tanto destructivas como inspiradoras (en muchas ocasiones al mismo tiempo) utilizando electrรณnicos a su gusto. La generaciรณn de tonos desoladores y calculados de Florian Hecker, las exploraciones cรกlidas de forma libre que oscilaron entre lo ambiental y lo percusivo de Keith Fullerton Whitman, las proyecciones y manifestaciones sรญsmicas de sonido, a la vez aterradoras e impresionantes, por parte de Thomas Kรถner; y el cierre con la improvisaciรณn de Rashad Becker, una narrativa libre de tonos extremos que tomรณ un sentimiento dramรกtico al final.
El concierto que Melt-Banana dieron en el 2008 aรบn estรก fresco en la memoria de los capitalinos por la reacciรณn tan energรฉtica que provocaron en el Lunario, por ello su regreso generรณ mucha anticipaciรณn. Si algo caracterizรณ a este dรญa fue el uso del poder en toda su expresiรณn. Comenzรณ con Monosodic, proyecto del autor de este texto por lo que se ahorrarรก comentario. El trio Coso de Buenos Aires gusta del rock visceral sin reglas, muchas notas o constancia, revelado en composiciones ambiciosas y ejecuciones energรฉticas. Para la presentaciรณn de Black Pus, Brian Chippendale (tambiรฉn de Lightning Bolt) se armรณ no sรณlo de sus percusiones sino de efectos y su voz (procesada a travรฉs de un micrรณfono pegado a una mรกscara casera); su hiperactividad y golpes retumbantes que construรญan paisajes ruidosos, caรณticos y hasta bailables, contagiaron a un pรบblico extรกtico. Para cerrar, el dรบo de Tokio conformado por Yasuko (voz, programaciรณn) y Agata (guitarra) se soltaron con carisma y grandes canciones desenfrenadas llevadas por baterรญas urgentes (sampleadas) y efectos increรญbles. Una lรกstima que el sonido no fue el mรกs idรณneo pero no pareciรณ importarle a la banda ni a la audiencia, quienes parecieron dejar parte de sus vidas en el Casino Metropolitano el pasado jueves 20.
El Festival Aural es para quienes aman el sonido mismo, sea el producido por las llaves de un saxofรณn sin recibir el aliento de la boca del mรบsico, un sintetizador anรกlogo intervenido por un electricista amateur, un sampleo de un disco olvidado de una tierra lejana, el parche de un tambor al ser rosado o abatido por una baqueta o una varilla, o el sonido mismo de la voz humana y como รฉsta nos puede sorprender de lo que es capaz de hacer. Sobre todo, nos hace conscientes del sonido a nuestro alrededor, de lo que nos acompaรฑa dรญa a dรญa y lo que podemos aprender dejรกndonos sentir a travรฉs de nuestros canales auditivos.