No existe plena seguridad, pero de acuerdo con el comisionado del Instituto Federal de Telecomunicaciones, Fernando Borjón, existen “más de cinco, pero menos de diez” interesados en participar en la licitación para obtener concesiones y desarrollar dos nuevas cadenas de televisión abierta en México. Para resumir, y de acuerdo con la lógica del comisionado, existen entre seis y nueve candidatos, pero algunos podrían estar duplicados (es decir, que una empresa puede tener participación en más de un grupo postor). Dicho en otro sentido: lo más seguro es quién sabe cuántos sean[i].
Todo indica que hasta el momento, no se ha desatado la euforia por incursionar en el mercado mexicano de la televisión abierta e incluso el grupo MVS Comunicaciones ya descartó su participación, pues fuentes de la empresa señalaron que la televisión abierta “no es negocio”.
La ausencia de entusiasmo puede explicarse a que a estas alturas el país cuenta con una cobertura casi total de televisión abierta (el 94% de los hogares hasta 2012 de acuerdo con información del INEGI). Adicionalmente, dos canales de Televisa –el 2 y el 5– y los dos de TV Azteca –el 7 y el 13– llegan a más de la mitad del territorio nacional, pero puede considerarse que la cobertura de la mayoría de estas cuatro señales se extiende a prácticamente a toda la República[ii].
Además, la situación se complica si se toma en cuenta que la participación del capital extranjero en las nuevas cadenas se restringe al 50% de las acciones y que el mercado publicitario está lejos de la bonanza, pues en 2013 creció apenas 1.5 por ciento. Adicionalmente existe una alta concentración de las compras publicitarias, pues en ese mismo año el 51.84% —más d la mitad— se destinaron a la televisión abierta, es decir básicamente a Televisa y TV Azteca.
Pese a todo, el primer valiente que saltó al ruedo fue Grupo Radio Centro, empresa que declaró su abierto interés por participar en la licitación. Debe recordarse que la familia Aguirre –que encabeza a Radio Centro– ya operó una estación de televisión abierta (el canal 13 del Distrito Federal), que pasó a manos del gobierno federal en marzo de 1972.
Es paradójico que, como suele suceder en el país, la licitación de los canales llegue tarde, cuando el consumo de la televisión y de todos los medios audiovisuales se está transformando tan aceleradamente que todo apunta hacia la desaparición de la televisión abierta, tal y como existió hasta finales del siglo pasado.
Entre los factores que impulsan ese cambio pueden citarse dos: el auge de los servicios audiovisuales bajo demanda –Netflix y Claro Video entre los más importantes– que rápidamente están conquistando a los usuarios más jóvenes que, de la misma forma, abandonan a la televisión abierta. Los 1.4 millones de suscriptores que tiene Netflix en el país prefieren ver las series y películas que se les ofrece por una renta mensual de 90 pesos y olvidarse de La Rosa de Guadalupe.
El segundo factor es elauge de la televisión de paga está desplazando, paulatinamente, a la televisión gratuita. Basta recordar algunos números: al término de 2013 existían 14.7 millones de suscripciones a este servicio sobre un total de 31 millones de hogares. Dicho de otra forma, casi la mitad de la población ha dejado atrás el concepto de la televisión abierta.
Si las personas contratan televisión de paga se debe a que buscan opciones diferentes a los contenidos de televisión abierta. De acuerdo con el Consejo Latinoamericano de Publicidad en Multicanales (LAMAC, por su siglas en inglés), la audiencia en 2013 se repartió en 72.54% para los canales de televisión abierta y 27.46% para los de televisión de paga. La tendencia a una mayor penetración de los canales de pago es al alza[iii].
Aquí existe otro conflicto que afecta directamente a Televisa. Por un lado, a la empresa le resulta conveniente la expansión de la televisión de paga, ya que concentra al 64% de todos los suscriptores de este servicio en el país, pero por otro lado necesita resguardar la base de audiencia de la televisión abierta, pues todavía aporta el 28.7% de sus ingresos totales[iv].
Como ya se ha mencionado, el futuro inmediato apunta a la declinación de la televisión abierta y al auge de la de paga y de los servicios bajo demanda –como Netflix—, lo que explica que la propia Televisa se moviera rápidamente hacia el mercado de pago con el fortalecimiento de su filial Cablevisión y de la compra de Cablemás, Telecable y de la mitad de las acciones de Cablevisión Monterrey.
Hasta junio de este año, los negocios de Televisa en la televisión de paga aportan ya el 45% de los ingresos agregados del consorcio y ya son superiores a la facturación en televisión abierta.[v]
La verdadera batalla por las pantallas se librará cuando, finalmente, la autoridad permita que Telmex entre al mercado de la televisión de paga y se confronte con Televisa en la disputa de la supremacía en este segmento.
Mientras tanto la licitación de dos cadenas de televisión abierta servirá para que los propios medios y otros sectores se entretengan con especulaciones de los futuros ganadores durante lo que resta del año, pues si las cosas marchan de acuerdo con el calendario propuesto, los ganadores de la licitación se anunciarán durante el primer trimestre de 2015.
Falta ver cuánto tiempo emplearán los ganadores para construir sus instalaciones y desarrollar técnicamente su red y cuánto para que lleguen a los espectadores las señales de los nuevas cadenas de televisión abierta. Cuando suceda más de la mitad de los hogares mexicanos disfrutarán del casi medio centenar de canales que ofrecen los servicios de paga. No obstante, la licitación será útil para que el Estado pueda presumir que cumplió un vieja demanda –muy vieja— de varios sectores de la sociedad mexicana.
[i] Aunque llegó a hablarse de siete grupos, se trata apenas de una versión periodística sin fuentes oficiales identificadas.
[ii]Televisa señala en su Informe Anual 2013 que el canal 2 llega al 98.4% de los telehogares y que el canal 5 alcanza el 91.5%. Los cuatro canales fueron declarados de alcance nacional por el Instituto Federal de Telecomunicaciones.
[iii]En 2010 la participación de la televisión de paga era de 18.4% de acuerdo con la propia LAMAC.
[iv]Información calculada con base en los estados financieros enviados por Televisa a la Bolsa Mexicana de Valores.
[v]Información calculada con base en los estados financieros enviados por Televisa a la Bolsa Mexicana de Valores.